Luego del hallazgo del cuerpo sin vida de Laura Moyano, la mujer trans de barrio Villa 9 de Julio, el debate sobre la intolerancia social hacia este tipo de identidades tomó fuerza.
En mayo, un estudio realizado por alumnos de la Facultad de Psicología de la UNC adelantaba el alto nivel de rechazo que existe en la sociedad cordobesa hacia las cuestiones de sexualidad y género. (Ver: Córdoba, muy conservadora en aspectos de sexualidad y género)
“Existe cierta tendencia de los sectores socioeconómicos más bajos a tener actitudes de rechazo hacia las personas trans y lo mismo sucede con las personas avanzadas en edad, a partir de los 40 años. Allí se nota una tendencia hacia niveles de prejuicios más altos aún”, explicó José Páez, miembro del grupo que desarrolló el estudio.
La investigación, que formó parte de una tesis de grado y se basó en 410 casos, señaló que el 56% de los cordobeses tiene un nivel de prejuicio medio-alto y alto hacia las personas trans. De ese porcentaje, se destaca que las personas de sexo masculino mostraron niveles de prejuicio más elevados que las de sexo femenino.
Los encargados de la investigación admitieron que antes de dar comienzo al trabajo intuían que los resultados finales pudieran demostrar un alto nivel de reprobación sobre estas cuestiones: “Córdoba es más conservadora en términos de sexualidad y género”, dijo Páez.
El investigador también señaló que, si bien en los últimos años se han impulsado distintas políticas de género, “existen cuestiones culturales que siguen fuertemente ancladas en el imaginario de las personas que lleva a que continúen sosteniendo posturas conservadoras”.
Cba24n