El Millonario superó por 2 a 0 al conjunto de Bahía Blanca, que milita en el Torneo Federal B. Ramiro Funes Mori a los 17 m. del primer tiempo y Juan Kaprof a los 32 marcaron para River.
River Plate resolvió en el primer tiempo el compromiso por los 32avos. de final de la Copa Argentina ante Liniers, de Bahía Blanca, al que superó por 2 a 0 en el colmado estadio Antonio Romero, de la capital de Formosa.
Los goles del conjunto riverplatense, que presentó una formación con mayoría de suplentes, fueron obra del zaguero central Ramiro Funes Mori y el volante Juan Kaprof, a los 17 y 32 minutos del primer período, respectivamente.
Las tres categorías de diferencia (Liniers participa del Torneo Federal B y la Liga del Sur) y la jerarquía exponencial del único equipo argentino que sigue adelante en la Copa Libertadores hablaron por si solas en los primeros 45 minutos y sirvieron de síntesis para un encuentro asimétrico que tuvo un ganador lógico.
Con una contundencia sin exageraciones y un dominio tranquilo, River supo resolver rápidamente el compromiso y llegar a la victoria sin subestimar a un rival inferior que se plantó con dignidad y aún desde su autorreconocida inferioridad también disfrutó del partido.
Y esto le sirvió además al técnico riverplatense Marcelo Gallardo para darle algunos minutos a Pablo Aimar y, sobre todo en esta oportunidad, cederle el último cuarto de hora a Martín Aguirre, justamente un ex Olimpo de Bahía Blanca que debió esperar un año y medio y tres operaciones ligamentarias para volver a calzarse oficialmente la camiseta “millonaria”.
Por eso el final de la noche estuvo plagada de emociones y lágrimas compartidas entre ellos y los jugadores de Liniers que “agradecieron” a sus rivales “por el respeto y la oportunidad de jugar un partido soñado toda la vida”, como reconoció el firme lateral derecho del conjunto bahiense Andrés Podlesch.
Y en consonancia con estos dichos se manifestó el “Payaso” Aimar, quien desde su inteligencia aportó que “futbolistas son todos. Algunos llegan un poco más alto que otros, pero la ilusión que tenían esta noche los jugadores de Liniers era la que cualquiera hubiese tenido en una situación así”.
“Y personalmente puedo decir que sumar minutos es lo que mejor me puede pasar en estos momentos, porque yo tengo que dar todo en cada práctica y en cada partido, pensando en poder aportarle algo al equipo. Si de afuera creen que puedo hacerlo, bárbaro, y si no es así, igual estaré muy agradecido”, sentenció el cordobés.
Por su parte Aguirre, que al igual que Podlesch terminó el juego con lágrimas en los ojos, vertió su emoción “porque en algún momento el fútbol parecía algo del pasado y hoy todo es diferente. Volver es un sueño hecho realidad”, concluyó.
Una conclusión que le puso el broche final a una jornada de fiesta en Formosa, donde la mayoría riverplatense reconoció a los suyos y la minoría bahiense hizo lo mismo con los propios. Hubo hinchas locales y visitantes. Hubo fútbol, emociones y caballerosidad deportiva. ¿Habrá sido simplemente porque el espíritu amateur de unos hizo revivir el de los otros?
Por lo que fuera, esta noche el fútbol fue un espectáculo para todos.
Télam