“El Desastre de Avellaneda”: el caos que suspendió Independiente–Universidad de Chile

El partido de vuelta por los octavos de final de la Copa Sudamericana fue cancelado tras una batalla campal en el estadio Libertadores de América, con heridos, detenidos y escenas límite en las tribunas.


Durante el segundo tiempo en Avellaneda y con el marcador igualado 1-1 (con ventaja global para la U), hinchas de Universidad de Chile ubicados en una tribuna alta comenzaron a lanzar butacas, piedras, estallidos de bombas pirotécnicas e inodoros hacia la hinchada local, generando una situación de violencia incontrolable. El árbitro suspendió el partido y finalmente Conmebol lo canceló por falta de garantía para continuar.

El estadio se convirtió en un caos total. Hinchas del Rojo ingresaron a la tribuna chilena, produciéndose agresiones físicas, robos, jugadores de la U intentando calmar a su gente sin éxito y simpatizantes chilenos cayendo al vacío en desesperación. Se registraron al menos diez heridos, tres de ellos en estado grave y uno crítico, al menos 90 detenidos y más de 300 demoras.

Las autoridades sanitarias enviaron a heridos a hospitales como Fiorito, Wilde y Presidente Perón. El embajador chileno informó que dos fueron sometidos a cirugía, ninguno en estado grave crítico, y que menores ya fueron entregados a sus familiares tras ser trasladados a una comisaría. Por su parte, el presidente de Independiente deslindó responsabilidades, culpó a los visitantes y pidió sanciones contra el club chileno.


Contexto de “El Desastre de Avellaneda”

Lo sucedido en el Libertadores de América fue bautizado como “El Desastre de Avellaneda”. La violencia se desató abruptamente al inicio del segundo tiempo: hinchas chilenos incendiaron asientos y atacaron con proyectiles mientras la seguridad no actuó a tiempo. Tras la suspensión, la barra local irrumpió en la tribuna visitante con armas y bates, en una escena brutal que incluyó agresiones salvajes, desnudez forzada, y una grave falta de intervención policial. Videos muestran hinchas cubiertos en sangre, algunos inconscientes o empujados al vacío, mientras que fuerzas de seguridad apenas contenían la situación desde afuera.

Conmebol ya anunció que los hechos serán evaluados por su comité disciplinario, mientras el presidente de Chile, Gabriel Boric, calificó los episodios como una “evidente irresponsabilidad” y pidió atención a los heridos y respeto por los detenidos. En paralelo, Independiente aseguró que defenderá su postura ante la federación sudamericana.

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