Aparentemente, y de acuerdo a comentarios porque no hay información oficial fidedigna, la municipalidad de Villa Carlos Paz pretende instalar en la Costanera, más precisamente en el inicio del tramo peatonal, donde desemboca la calle Artigas, una batería de baños públicos.
Eso está muy bien, ya que da respuesta a un sostenido reclamo de vecinos y turistas.
La cuestión es el estilo de la instalación que, ya mucho antes de ser inaugurada, provoca críticas y fuertes cuestionamientos.
Es que en la pretensión del intendente Esteban Avilés de promover la ciudad como ‘Destino Internacional’, buscando dejar una impronta vanguardista en cada acción, se diseñó una especie de caja completamente espejada que poco y nada tiene que ver con el entorno.
Pero, además, es peligrosa.
Para muchos, los espejos directamente constituyen una trampa mortal para las aves.
Asimismo, se constituyen en obstáculos para el tránsito en una zona ya de por sí compleja. El reflejo del sol encandila y limita la visión (depende el momento del día), y las imágenes que los espejos devuelven de los vehículos que transitan confunden mucho.
Y todo por no hablar de la excesiva demora en los trabajos. La obra comenzó hace mucho tiempo y si bien la temporada ya está por finalizar, aun no logran terminarla.
Mientras tanto, la puerta de ingreso a uno de los sectores turísticos más transitados de Villa Carlos Paz muestra una imagen deplorable.
