El candidato de Unión Celeste y Blanco compartió una profunda reflexión en redes sociales. Habló de autocrítica, descreimiento, y el valor de haber defendido una utopía sin aparato político.
Tras la jornada electoral que definió al nuevo defensor del Pueblo en Villa Carlos Paz, el excandidato por Unión Celeste y Blanco, Santiago Nicolás Juliá, publicó un extenso texto en redes sociales donde repasó su experiencia, agradeció a quienes lo acompañaron y planteó una crítica a la apatía ciudadana frente a la participación política.
“Fue, sin dudas, mi primera experiencia real en el barro de la participación política, ocupando un rol protagónico”, comienza diciendo el mensaje, escrito a modo de editorial personal. Juliá, que obtuvo 731 votos (7,93%), compartió que su decisión de presentarse fue repentina: recibió la propuesta de encabezar una lista el pasado 7 de mayo y tuvo apenas 72 horas para definir su candidatura y reunir la documentación necesaria.
“La mochila simbólica de miles”
En su texto, el dirigente dividió su experiencia en tres planos: lo personal, la utopía colectiva y el logro individual. En lo personal, reconoció que suele involucrarse en causas que otros no asumen y que esta campaña fue “una mochila un poco más pesada”, pero que llevó “con orgullo”.
Sobre la utopía colectiva, fue enfático: “Me involucré para denunciar cómo una institución con nombre heroico, como la Defensoría del Pueblo, se convirtió en un refugio de privilegios sostenidos por el bolsillo de todos”.
También defendió su propuesta de vaciar el cargo si la participación no superaba el 55% del padrón y no se obtenía mayoría absoluta, como una forma de poner en cuestión la legitimidad de elecciones con escasa convocatoria.
Sin aparato, con palabra
Juliá destacó que llevó adelante su candidatura sin estructura ni recursos.
“No hubo equipo de campaña ni redes sociales ni consultores. Fui yo, dos escarbadientes y la palabra”, escribió con ironía. Aun así, valoró profundamente los 731 votos obtenidos: “Eso vale más que cualquier encuesta o titular”.
Crítica a la apatía
Entre los párrafos más duros del texto, el excandidato apuntó contra el desinterés social por la participación democrática:
“La ausencia en las urnas no es rebeldía: es resignación. Y esa resignación es el combustible de quienes viven de los privilegios que nadie controla. No votar no los castiga. Los fortalece”.
“Una semilla plantada”
A modo de cierre, Juliá agradeció a su entorno más cercano y aseguró que, más allá del resultado, se lleva una experiencia transformadora.
“Hoy no hay derrota. Solo experiencia. Y una semilla plantada”, indicó.