El pontífice argentino murió este lunes en el Vaticano debido a una neumonía bilateral. Su legado reformista y su cercanía con los más vulnerables marcaron una era en la Iglesia Católica.
El Papa Francisco, nacido Jorge Mario Bergoglio en Buenos Aires en 1936, falleció este lunes 21 de abril de 2025 a las 7:35 horas en su residencia de la Casa Santa Marta, en el Vaticano, a causa de complicaciones derivadas de una neumonía bilateral. La noticia fue confirmada por el cardenal Kevin Joseph Farrell, camarlengo de la Santa Sede.
Francisco fue el primer papa jesuita y el primero originario de América. Elegido en marzo de 2013 tras la renuncia de Benedicto XVI, su pontificado se caracterizó por una fuerte impronta pastoral, un enfoque en la justicia social y una agenda de reformas internas en la Iglesia.
Entre sus principales iniciativas se destacan la reforma de la Curia Romana, la lucha contra la corrupción, la protección de menores, la inclusión de laicos y mujeres, y la apertura hacia la comunidad LGBTI. Además, promovió el diálogo interreligioso y realizó visitas históricas a países como los Emiratos Árabes y Mongolia.
Su salud se había deteriorado en los últimos meses, lo que lo llevó a estar hospitalizado por una neumonía bilateral. A pesar de ello, su última aparición pública fue durante la bendición Urbi et Orbi en la Plaza de San Pedro.
Cumpliendo su deseo de humildad, Francisco será enterrado en la basílica de Santa María la Mayor en Roma, en lugar de la tradicional Basílica de San Pedro . Este deseo ya había sido expresado por el pontífice en años anteriores, buscando simplificar los ritos funerarios papales.
Tras su fallecimiento, se inicia el período de sede vacante en la Iglesia Católica. El Camarlengo asumirá funciones administrativas limitadas mientras se organiza el funeral del Papa, que se llevará a cabo entre cuatro y seis días después de su fallecimiento. Posteriormente, se convocará al cónclave para elegir a su sucesor.
Líderes internacionales han expresado su pesar por la pérdida del pontífice.
El Papa Francisco deja un legado de cercanía con los más pobres y marginados, y una Iglesia más abierta y comprometida con los desafíos del mundo contemporáneo.