En diálogo con VillaNos Radio, la candidata a diputada nacional por el Frente de Izquierda Unidad, Liliana Olivero, calificó de “estafa” las políticas del gobierno nacional y acusó a gobernadores y centrales sindicales de sostener al Ejecutivo. Llamó a fortalecer una alternativa de izquierda coherente y construida desde la base.
La dirigente Liliana Olivero, primera candidata a diputada nacional por Frente de Izquierda Unidad (FIT-U) en Córdoba, cargó con dureza contra el presidente Javier Milei: “Después de casi dos años de un gobierno de ultraderecha, que dijo que iba a liquidar la casta, gobierna para y por la casta. Es estafador, choro, corrupto.” En una entrevista con VillaNos Radio describió un panorama de ajuste creciente, complicidades políticas y la necesidad de una respuesta de izquierda que no haga concesiones.
Un gobierno débil sostenido por “complicidades”
Olivero sostuvo que, pese a su aparente fragilidad política, el gobierno se mantiene gracias a apoyos que deberían oponérsele: “Este gobierno tan débil se sostiene por la complicidad de la CGT, la CTA y de gobernadores como (Martín) Llaryora, que le prestan diputados y senadores.” Para ella, esas alianzas permiten que las medidas de ajuste avanzaran con menor resistencia institucional.
Ajuste y ataque a los sectores más vulnerables
La candidata puso el foco en las graves consecuencias de las políticas nacionales: vetos que afectan educación, salud, jubilaciones y programas sociales. “Hoy tenemos vetos que implican seguir atacando lo más vulnerable: la educación, la salud, la pediatría, los jubilados, las personas con discapacidad”, afirmó, y denunció la paradoja de que mientras se recortan derechos “se le dio 1.600 millones de dólares a la Sociedad Rural y al agronegocio”.
La complicidad provincial, una objeción central
Olivero apuntó contra el “cordobesismo” y posiciones de gobernadores que, según ella, allanaron el camino para las medidas nacionales: “Llaryora le abrió la alfombra roja, contándole los DNU, prestándole diputados y senadores. No podemos cuestionar solo la motosierra de Milei, sino también la complicidad brutal de quienes coinciden en que la crisis la tenemos que pagar los de abajo.”
Una provincia en emergencia según Olivero
El diagnóstico provincial acompaña su crítica nacional: “En Córdoba tenemos una deuda externa enorme. Hay despidos en la petroquímica de Río Tercero, en el hospital Rawson, precarización laboral e industricidio.” Para Olivero, la pauta es clara: la retórica pro-industria del gobierno provincial no se tradujo en políticas efectivas para sostener empleo y sectores productivos.
Elecciones con un horizonte de fondo
Sobre la importancia de las elecciones de medio término, Olivero sostuvo que no son “unas más”: están en juego el tipo de país y de provincia que se construirá. Advirtió además sobre las presiones del FMI: “Después del 26 de octubre se viene lo peor, porque el FMI ya puso condiciones: cambiar la ley previsional, la laboral y seguir ajustando.” Reclamó que la salida sea de fondo y no parches coyunturales.
Coherencia política y trayectoria del FIT-U
Olivero reivindicó la coherencia del Frente de Izquierda frente a lo que llama oportunismo de otros espacios: “Quien vote al Frente de Izquierda sabe que no va a tener un panqueque en el Congreso. Siempre votamos del mismo lado, defendiendo a los laburantes y a los sectores populares.” Relató su propia trayectoria —es jubilada bancaria con 42 años de aportes— para subrayar la conexión entre su discurso y su vida política.
Construcción desde abajo y proyección orgánica
Reconoció las dificultades de crecer en el interior provincial pero valoró los avances: “Hoy tenemos una bancada de cinco diputados nacionales, logramos representación en la provincia de Buenos Aires y en CABA, y venimos ganando sindicatos.” Para Olivero, la estrategia es persistente: “Sembrar y recoger, con campañas a pulmón, pero siempre en la lucha.”
Memoria de lucha y cierre esperanzado
Olivero apeló a la tradición combativa de Córdoba —cordobazo, movilizaciones obreras y estudiantiles— como recurso para “reeducar” políticamente y evitar la resignación. Aunque advirtió sobre el agravamiento futuro de la crisis, cerró con un llamado a la organización: “Luchar sirve, pelear organizados sirve. Ese optimismo no lo pierdo, aunque hoy sea el peor momento que me tocó vivir. A no bajar los brazos y a no naturalizar la miseria.”