Este verano “Shrek, el musical” ofrece un gran show en el Teatro Luxor para grandes y chicos y mucho talento arriba del escenario.
Entre los personajes se destaca ‘el burro’, amigo inseparable del ogro más famoso del mundo.
Talo Silveyra (27) es un joven que por primera vez hace temporada de verano y debuta en Carlos Paz. Él es quien le da vida durante 1:45 de martes a domingos a las 19,30 a ese gran personaje.
“Mi primera comedia musical la hice en Los Ángeles cuando tenía 22 años y fue porque mi papá, que vivía ahí, me insistió para que vaya al casting de Gospel y quedé. Tuve muchos nervios pero elegí el texto ideal. Después también hice un casting y quedé para hacer allá el personaje de Snoopy. Shrek es mi tercera comedia musical”, repasó.
La llegada a este personaje tardó más de un año, pero la producción esperó y encontró en Talo lo picaresco del burro: “Todos me decían que vaya a la audición y mi novia Sofía (Pachano) me insistió muchísimo. No me animaba porque nunca hice comedia musical en Argentina, nunca sentí que era para el personaje”.
Todos hablan de él y arriba del escenario se lleva risas y aplausos. Talo cuenta a La Jornada cómo es transformarse todas las noches en el adorado burro: “Es un personaje que tiene el guiño continúo con el público de los más pequeños. Es un proceso enorme de trabajo y siento que cada función es la final del mundial. Me encanta el personaje y me divierte mucho hacerlo cada noche”.
“Siento que lo que me pasaba con Chau Mixterix, obra que hice en Buenos Aires de Mauricio Kartun, en donde me veían 200 personas, ahora me pasa con el burro pero en un teatro con más de 900 personas. El burro es a nivel internacional y esa energía se siente”, manifestó.
Invitación personal
“Los chicos y grandes van a disfrutar de una gran obra que por primera vez está en la ciudad. Hay mucha producción que respeta el nivel de Broadway y eso se ve arriba del escenario. Si están en Carlos Paz van a poder disfrutar de algo maravilloso”, prometió.
Foto: Rocío Zuviarrain
Nota correspondiente a la edición n° 399 del semanario La Jornada, del 10 de enero de 2015.
