Según un informe de la consultora Scentia, el consumo no logra repuntar pese a la mejora de la actividad económica. La inflación, el cambio en la estructura de gastos de los hogares y la debilidad del consumo no esencial explican la tendencia negativa.
El consumo masivo volvió a mostrar signos de contracción durante marzo de 2025, con una caída del 5,4% interanual, según el último relevamiento de la consultora Scentia, una de las fuentes privadas más seguidas en el sector. Con este dato, el indicador acumula una baja del 8,6% en el primer trimestre del año y 16 meses consecutivos con variaciones negativas.
Pese a una leve mejora en algunos indicadores de actividad y a una base de comparación baja respecto de marzo de 2024, el consumo no muestra señales claras de recuperación. De hecho, los productos no esenciales continúan siendo los más afectados, reflejando la cautela del gasto de los hogares frente a un escenario económico complejo.
Diferencias por canal de venta
En detalle, las ventas en supermercados y autoservicios, que concentran cerca del 70% del consumo masivo, también evidenciaron caídas. En marzo, el canal de supermercados se retrajo un 7,1% interanual, mientras que los autoservicios disminuyeron un 3,7%. En febrero, la baja había sido aún más pronunciada, con un retroceso del 9,8% interanual entre ambos canales.
Desde la consultora señalaron que la comparación mensual está influida por el cambio estacional de Semana Santa, ya que en 2024 las Pascuas se celebraron en marzo, mientras que este año ocurrieron en abril, lo que afecta los niveles de consumo registrados.
Inflación, estructura de gasto y preferencia por bienes durables
Aunque la inflación mensual se desaceleró al 3,7%, el aumento interanual de los precios se ubicó en 55,9%, afectando la capacidad de compra de los hogares. En particular, la división Alimentos volvió a ser una de las más influyentes, con un incremento del 5,9%, impulsado por subas en verduras, legumbres, tubérculos y carnes y derivados.
En contraste, los servicios públicos registraron ajustes más moderados que en meses anteriores: Vivienda, agua, electricidad, gas y combustibles subieron 2,9%, mientras que Transporte lo hizo apenas un 1,7%.
Uno de los factores centrales que explican la caída del consumo masivo es el cambio en la estructura del gasto familiar, que hoy prioriza servicios esenciales y educativos por sobre bienes de consumo corriente. De hecho, Educación fue la división con mayor aumento mensual (21,6%), influenciada por el inicio del ciclo lectivo.
En paralelo, se observa una expansión en la venta de bienes durables, impulsada por la mayor disponibilidad de crédito, que compite con el consumo masivo tradicional y refleja una reconfiguración de las decisiones de gasto de los consumidores.
