El 21 de septiembre, además de ser el Día del Estudiante y el comienzo de la Primavera, es también el día del fotógrafo. En ese marco, VillaNos Radio dialogó con Adriana Fossa, la profesional que desde el año 2007 retrata con su cámara la amplia vida institucional de la Cooperativa Integral.
“La institución me acompañó en mi aprendizaje, me bancó mis horarios y mis situaciones personales. Por ejemplo, he venido con las mellizas a fotografiar un arreglo del acueducto y los muchachos tenían a las nenas en brazos y yo sacaba fotos. Ha sido así a la madrugada, a la tarde.
“Es un trabajo que me permitió crecer, incluso artísticamente. Porque me toca retratar situaciones muy disimiles. Porque puede ser una tertulia en interiores a una actividad en exteriores, como los arreglos del acueducto, donde hay detalles como las tuercas, los tornillos, las manos, los gestos, las tuercas, el barro. Y luego te toca la apertura de los talleres culturales, donde hay iluminación, pinturas, colores”, describió.
Si bien viene de una familia aficionada a la fotografía, hizo un largo trayecto hasta descubrir que la fotografía es su pasión. Comenzó estudiando biología. Luego de hacer un año, abandonó y se volcó a estudiar Comunicación Social. Durante 10 años ejerció el periodismo en distintos puntos del país y es allí donde descubre su pasión por la fotografía.
“En muchos lados me tocó trabajar con fotógrafos. Y yo veía que cuando hacíamos la nota, el fotógrafo estaba en otra cosa, pensando en otra cosa. Entonces la foto no me coincidía con la idea de la nota. No me graficaba la nota.
“Cuando estuve en Buenos Aires y Tucumán, tuve la ocasión de trabajar con fotoperiodistas y realmente era un placer. Se trabajaba en equipo y ahí fui aprendiendo”, dijo Adriana y destacó como maestro a Julio Pantoja, creador de la Agencia Infoto.
Luego tuvo compañeros de los cuales aprendió mucho también como Charly Soto y Sebastián Pasalacqua. Hoy siente que su trabajo ha mejorado y afirma convencida que a sacar fotos “se aprende con la práctica”.
De las distintas ramas que la disciplina ofrece, sin dudarlo se queda con el fotoperiodismo. “Uno siente una adrenalina especial en la cobertura del lugar. En cierto modo, somos hasta protagonistas, porque siempre estamos en el frente. En las marchas, en los conflictos, en las disertaciones siempre nos toca estar en el frente”.
La misma sensibilidad que la lleva a capturar buenas imágenes es la que también le indica respetar los momentos de dolor. “Me da vergüenza sacar la foto de las lágrimas de la gente”, comentó.
Hoy sueña “con dar la vuelta al mundo con la cámara, o bien poder cambiar los equipos”. Y afirma sin dudar: ““Cada vez que aprieto el obturador, siento que la fotografía es lo mío”.
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