La Fundación “Unidos por la Inclusión Social” (UPIS) realizó el lanzamiento del proyecto para instalar y gestionar un hotel cuya administración y funcionamiento dependa de personas con discapacidad. La iniciativa pretende replicar la experiencia de “Albergo Ético”, un hotel y restaurante que funciona en Asti, un pueblo de Italia, desde el 2010.
El jueves pasado en el Hotel El Cid el italiano Mauro Dagna, embajador por el mundo de esta propuesta, explicó a un auditorio lleno la historia de este proyecto y brindó la información necesaria para que la experiencia pueda ser reproducida en nuestra ciudad.
Personas con discapacidad junto a sus familiares, integrantes de organizaciones que abordan la discapacidad, empresarios hoteleros y autoridades de diversas instituciones de Villa Carlos Paz escucharon atentamente el relato de Dagna. Un empresario que decidió emprender un viaje alrededor del mundo en el 2014, para contar la experiencia de inclusión social que nació en un pequeño pueblo de la región de Piamonte, en el noroeste de Italia.
“El ‘Albergo Ético’ es un programa que se incorpora dentro de un hotel común y capta a personas mayores de 18 años con discapacidad intelectual para que aprendan un oficio y se integren socialmente en el ámbito laboral. Es un proyecto maravilloso que permite a personas con discapacidad intelectual desarrollar su propia autonomía, a través de una capacitación de trabajo en un restaurante y un hotel”, explicó el impulsor del proyecto en Latinoamérica.
El programa comenzó en el 2010 y trabaja principalmente con personas con síndrome de down. Hasta ahora participaron 60, “algunas con atraso cognitivo, un par con autismo y estamos colaborando con la asociación de personas ciegas y haciendo un trabajo con ellos también”, especificó.
“Albergo Etico” es el establecimiento-escuela que dónde los jóvenes aprenden oficios relacionados con la hotelería y gastronomía, y luego realizan pasantías. Durante ese tiempo, los pasantes residen en el hotel y aprenden a realizar todas las tareas para hacer funcionar el alojamiento y el restaurante. Posteriormente, profundizan el aprendizaje de las tareas que más les interesan.
“La idea es que lleguen a ser independientes en todo lo que se hace normalmente en el día a día. A eso se llega a través de una capacitación profesional en un restaurante y un hotel donde ellos aprenden todo lo que se hace en estos lugares: cocinar, servir la mesa, cambiar las sabanas, limpiar el piso y el baño”, expuso Dagna.
Quienes participan en este programa están dirigidos en cada sector por especialistas y monitoreados externamente por un equipo terapéutico.
El objetivo es lograr la inclusión e inserción laboral de los jóvenes con discapacidad, a través de la interacción con los visitantes y la promoción de su desarrollo autónomo. Por eso, se trabaja en conjunto con sus familias en un proceso de “estimulación continua para lograr el 100% de autonomía”, enfatizó.
“No es caridad, les enseñamos a hacer un buen trabajo y de manera responsable”, añadió.
En Santiago de Chile se está impulsando una iniciativa similar y Villa Carlos Paz tiene la oportunidad de ser pionera en este proyecto innovador en materia de inclusión en el país. “Puede ser el primer proyecto fuera de Italia. Éste es mi objetivo porque hay necesidad en todos lados”, expresó.
Esta experiencia generó un impacto integral y profundo en la comunidad de Asti. Otros emprendedores y empresarios locales se han sumado al proyecto y advirtió Dagna que “está llegando gente al pueblo de afuera de Italia para conocer el ‘Albergo ético’”.
“Es maravilloso porque los chicos tienen la capacidad de cambiar a la gente, con su amor contagian a la sociedad y el restaurante esta siempre lleno. Al restaurante siempre vuelven, el hotel es más complicado porque Asti no es turística como Carlos Paz, es una ciudad chiquita. Sin embargo, está trabajando bien”, señaló.
El proyecto en Italia no recibe apoyo del Estado. El restaurante es una iniciativa privada de un empresario de Asti que decidió “dedicar su vida por esta misión”, enfatizó. El programa, en este caso, se mantiene con los ingresos del emprendimiento gastronómico.
“El hotel lo abrimos como una cooperativa social, de los diez socios fundadores cinco son chicos con síndrome de down y cinco personas sin discapacidad. La ganancia del hotel se reinvierte para sustentar el proyecto”, afirmó.
El hotel fue abierto gracias al financiamiento de una fundación de una compañía telefónica europea. “Estamos convencidos que la única manera de sostener un proyecto como este es la autosustentabilidad, que se alimente solo, este es el secreto para sobrevivir”, determinó.
El proyecto ya está en manos del ministro de Turismo de la Nación, Gustavo Santos, y se elevó un pedido para que se lo declare de interés en la Legislatura provincial y el Congreso nacional.
Carlos Paz parece el lugar ideal para que una iniciativa como esta se desarrolle por primera vez en el país. “Yo creo que es el lugar justo, es la actitud justa para empezar este proyecto. En la presentación, participaron muchos papás pero también mucha gente que trabaja en el mercado hotelero, entonces hay interés de que esto se pueda cumplir y se pueda hacer”, manifestó Dagna.
Por eso, es importante que los miembros del sector gastronómico y hotelero de nuestra ciudad y familias interesadas en acompañar este proyecto se acerquen a la fundación UPIS y sumen su aporte para hacerlo realidad. “A los empresarios les puedo decir que no se asusten cuando se habla de discapacidad. Hay que acercarse a su mundo y aprender de ellos. Es una gran oportunidad de negocio porque la energía que ellos son capaces de crear es maravillosa”, agregó.
Por mayor información escribir a [email protected] o llamar al 3541336958.
Nota correspondiente a la edición n° 456 del semanario La Jornada, del 12 de marzo de 2017.
