“La mesa de los galanes… maduros” (Bar 2001 – Villa Carlos Paz – Abril de 2017)
En toda sociedad inteligente se les reserva un lugar especial a los “Consejos de Ancianos”.
No es este el caso: no son ancianos sino “viejitos con onda”, tampoco parece ser la nuestra una Sociedad muuuy inteligente… y por último, nadie les reservó este espacio: lo arrebataron Ellos!!!
Con miembros permanentes, y otros más bien itinerantes, esta mesa los espera a diario para debatir, discutir, ingeniar, persuadir, tramar, urdir… y porqué no… conspirar en los temas que nos interesan a todos (y no tanto).
Las primeras juntadas se hunden en la historia de la Villa, y supieron de otras sedes y otros cafeses hasta llegar aquí, a ‘La Coral’, a ‘La 2001’.
Hay miembros de todas las razas, credos, color y simpatías políticas o… lo que es más importante… futboleras.
Hay también, como en las antiguas logias masónicas, ritos de iniciación (imposible develarlos acá) y dogmas a los que atarse: no se permite ingreso al exsexo débil, no está permitido ningún tipo de injerto capilar ni procesos de tintura carmelera. Tampoco se pueden repetir apellidos ni parentescos de grado 2 (motivo por el cual, jamás podría el que suscribe integrarla ya que hay un Tórtolo en la mesa).
Varios de Ellos, no me pidan nombres por favor, integran la Comisión de Amigos por la Historia y son, a no dudarlo, parte ya de la misma.
Hasta lograron arrebatar la figura del presidente de dicha institución ad honorem.
La postal, tomada en una mañana de bancos con mi celular, tiene una composición un tanto ladeada… y es debido a que quise incluir la columna de la derecha, donde hay una plaquita que… bien vale otra foto en primer plano vertical.
Allá por el 2013, con motivo del centenario de la Villa, la Confitería 2001 decidió plasmar con impronta de café los nombres de los venerables que allí radicaron su sede para los ruidosos encuentros.
Las pibas curiosas, gafas mediante, zoom a mano, pueden descubrir las edades de los galanes que, en un descuido fatal, pusieron el año del llantito inicial entre paréntesis al lado de sus nombres y apellidos. ¿Era necesario ese dato?!?
‘La 2001’, ya conociendo los gustos y debilidades de los parroquianos no les alcanza más la tradicional carta de productos y precios, pero en un servicio admirable, en un gesto que la enaltece, les alcanza a cada uno el vademécum de pastillas que deben consumir por prescripción médica: la de la presión para usted, Profe… la de la memoria para Vos, viejito… la roja para el pelado… la azul para…
En esa mesa, vale reafirmarlo: se honra la Vida, pero en esta placa se toma con practicidad y humor (siempre el humor) el traslado de la Vida a otra dimensión… desconocida.
Si era un error poner entre paréntesis la fecha del natalicio… lo es poner la del final?!?
Los tenues puntitos tatuados con borra descafeinada de la izquierda señalan con respeto y cariño, a los compañeros de mesa que ya se adelantaron y están buscando una mesa lo más parecida posible (nunca igual) en otro destino… al que todos iremos. A no dudarlo.
El que pague “el último café” prometió apagar la luz. Chan Chan.
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Nota correspondiente a la edición n° 461 del semanario La Jornada, del 16 de abril de 2017.
