En el marco de la crisis económica y energética que atraviesa el país, la coyuntura golpea con fuerza en el sector del gas envasado.
A tal punto que distribuidores advierten que el abastecimiento está en peligro. Villa Carlos Paz no escapa a esta realidad.
‘Estamos cruzando una grave crisis económica y energética.
Diversos sectores hacen reclamos por aumentos salariales. Se dictan conciliaciones obligatorias y paritarias, pero solo es un parche a la problemática que cada vez es más difícil de sostener’, alertó Adriana Chiarotto, de la Distribuidora Chiarotto de nuestra ciudad. Y agregó: ‘El sector del gas envasado (GLP Gas Licuado de Petróleo) está sufriendo una crisis. En las plantas fraccionadoras se está programado un paro de actividades por mejoras salariales, lo cual afecta directamente al distribuidor de gas y en consecuencia al usuario’.
En este punto afirmó que, ‘si es que se da el aumento, el costo lo va a pagar el distribuidor de gas, y es ahí donde radica el problema porque el distribuidor no puede trasladar el incremento ya que hay un tope en el precio de la garrafa Plan Hogar, dispuesto a través de un decreto de la secretaría de Energía de la Nación’.
‘Las empresas distribuidoras de todo el país están organizando una marcha para que la sociedad vea su reclamo por la falta de respuestas por parte de las autoridades nacionales hacia el sector’, indicó.
En este sentido, la principal medida será un ‘camionazo’ el jueves 27 de octubre 2022 en la puerta de la sede de la secretaría de Energía.
Los motivos: deuda del AET (Ayuda Económica Transitoria); caída de márgenes e incapacidad de asumir la suba de los costos por la inflación.
Otra de las acciones es la reducción paulatina de la comercialización en puerta hasta su cese el jueves.
‘La distribución es un eslabón muy importante en la cadena de la comercialización de las garrafas y cilindros. Sin distribuidores no habrá gas y lo sufrirán todos los sectores que se abastecen del producto; se verán perjudicados pequeños y medianos comercios que dependen del gas envasado, los empleados de las distribuidoras y todas aquellas familias que utilizan el GLP’, planteó Adriana Chiarotto.
