“Las increíbles aventuras del señor tijeras”, un repaso por la censura durante la última dictadura cívico-militar

Por Evelina Ramírez

 

“Yo detesto a la gente que tiene el poder

de decir lo que es bueno y lo que es malo también,

sólo el pueblo, mi amigo, es capaz de entender

los censores de ideas temblarían de horror

ante el hombre libre con su cuerpo al sol”

Estrofa censurada de “Las increíbles aventuras del señor tijeras” de Sui Generis.

 

“La historia de la cultura es la historia de la censura”, resume el pianista Guillermo Di Pietro. Y precisamente de eso se trató la intervención poético musical que el pasado viernes 23 de marzo concretó junto a la actriz Maura Sajeva en el espacio cultural Otilia, en Tanti.

“Las increíbles aventuras del señor tijeras” fue el título elegido para el espectáculo. Y la selección no fue azarosa, sino que fue tomando una de las canciones de Sui Generis que justamente sufrió la intervención de la “tijera censora del Estado”.

La canción estaba dedicada a Miguel Paulino Tato, por entonces director del Ente de Calificación Cinematográfica. El funcionario asumió el cargo en agosto de 1974 y en sólo nueve meses de gestión llevaba prohibidos ciento veinticinco films. Las películas que pasaban su filtro llegaban a las salas de exhibición con escenas cortadas. Esta canción, con cambios de ritmo y climáticos pasajes instrumentales, retrataba de manera poética su labor.

A partir de documentos oficiales, decretos, comunicados y declaraciones a la prensa, Maura Sajeva y Guillermo Di Pietro revisan la espiral ascendente de censura que transcurre en la Argentina de 1960 a 1983, realizando un recorte poético de nuestra historia reciente.

Además de ser una recopilación de músicas y textos prohibidos en un período determinado de la Argentina, “Las increíbles aventuras del señor tijeras” expuso los vínculos entre el Estado y el poder en relación a la censura en el campo educativo y cultural.

Vale mencionar que en el año 2009, el COMFER (Comité Federal de Radiodifusión de ese entonces, creado por la Ley de Radiodifusión 22285/80) dio a conocer documentos referentes a la censura de música durante la última dictadura militar 1976-1983.

Bajo el rótulo de “Cantables cuyas letras se consideran no aptas para ser difundidas por los servicios de radiodifusión” se puede leer el largo listado de canciones que la dictadura consideró -por diferentes razones y sin distinción de género– que no debían llegar a oídos de la gente durante esos años.

Desde “Amor libre” de Camilo Sesto pasando por “Tu cuerpo” de Roberto Carlos hasta “Me gusta ese tajo” de Luis Alberto Spinetta; “Te recuerdo Amanda” de Víctor Jara; “Estamos prisioneros” de Horacio Guarany y “Canción de amor para Francisca y su hijita”, de León Gieco, entre tantas otras.

La actriz Maura Sajeva fue la encargada de personificar al “señor tijeras”. Y precisamente le interpretación del personaje permitió hacer una análisis “tragicómico” de la situación, teniendo en cuenta lo absurdo de los argumentos planteados en el documentos oficiales, pero sin descuidar que se trata de un hecho de vulneración del derecho a la libertad de expresión.

“No es para tomarse nada a risa que desde el Estado se censure. Pero lo que nos iba pasando a medida que reconstruíamos los hechos y accedíamos a los documentos oficiales y a los testimonios para buscar hacia donde iba el contenido de la intervención, se asemejaba mucho a los personajes delirantes de Capussotto. Pero, por lo otro lado, no era ficción sino una realidad”, reconoció Di Pietro.

Y añadió: “Nos habilitamos plantear lo absurdo a través de este personaje”. En este sentido recuperó el documento del ministerio de Cultura de la Nación que habla de “conocer al enemigo” y platea estrategias de intervención en la educación del nivel pre-escolar.

En este punto bien vale mencionar que hubo cuentos infantiles censurados como “Un elefante ocupa mucho espacio” de Elsa Bornemann o –el que se incluyó en la intervención- “El pueblo que no quería ser gris”, de Beatriz Doumerc.

Los textos utilizados en la intervención fueron los documentos oficiales, declaraciones a la prensa, documentos de censura. Pero también se compartieron los textos de poemas censurados y la melodía de las canciones que por su mensaje, sufrieron la mutilación promovida por las mentes estrechas.

“Leer los documentos en relación a la música y cómo eran los operativos para secuestrar material y sacarlos de circulación, sumados a los argumentos que se esbozan para censurar canciones, roza lo tragicómico”, insistió Di Pietro.

Y remarcó: “Leyendo todos los documentos juntos y teniendo todo sobre la mesa, se ve que la censura fue sistemática y absolutamente pensada. No se dejó ningún margen para que algo se pueda filtrar. Lo que se evidenció es que no sólo se buscó atacar a ‘los subversivos’, sino a todo el que se manifieste en cualquier plano. Y el ámbito cultural fue uno de los más atacados. Todo estuvo pensado y ver el material todo junto, es realmente escalofriante”.

En manos de Di Pietro quedaron las melodías de “Viernes 3 AM”, “Alicia en el país” y “Los dinosaurios”, entre otras. Ambos artistas terminaron emocionados la intervención, lo que despertó el aplauso de los presentes.

 

 

Del libro de Juan Gelman y Osvaldo Bayer, Exilio.

Poema V

de los deberes del exilio:

no olvidar el exilio/

combatir a la lengua que combate el exilio/

no olvidar el exilio/o sea la tierra/

o sea la patria o lechita o pañuelo

donde vibrábamos/donde niñábamos/

no olvidar las razones del exilio/

la dictadura militar/los errores

que cometimos por vos/contra vos

tierra de la que somos y nos eras/

a nuestros pies/como alba tendida/

y vos/corazoncito que mirás

cualquier mañana como olvido/

no te olvides de olvidar el olvido

roma/9-5-80

 

Poema XVI

No debiera arrancarse a la gente de su tierra o país, no a la fuerza. La gente queda dolorida, la tierra queda dolorida.

Nacemos y nos cortan el cordón umbilical. Nos destierran y nadie nos corta la memoria, la lengua, las calores. Tenemos que aprender a vivir como el clavel del aire, propiamente del aire.

Soy una planta monstruosa. Mis raíces están a miles de kilómetros de mí y no nos ata un tallo, nos separan dos mares y un océano. El sol me mira cuando ellas respiran en la noche, duelen de noche bajo el sol.

roma/14-05-80

 

Nota correspondiente a la edición n° 507 del semanario La Jornada, del 26 de marzo de 2018.

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