Fuente: UNCIENCIA – Juan Pablo Argañaraz | Victoria Marinelli | Ariel Orazzi | Andrés Fernández

En tres décadas, se quemó prácticamente el 58% de la geografía serrana en la provincia de Córdoba. El dato surge del banco de datos al que tuvo acceso UNCiencia y que registra, año por año, las áreas dañadas por el fuego. Durante el período analizado se documentaron más de nueve mil focos, que terminaron comprometiendo 1,6 millones de hectáreas. El mapeo completo con las “cicatrices” que dejaron las llamas estará disponible en los próximos meses, cuando finalice su revisión y ajuste. Una vez puesto en línea, será de acceso libre para la comunidad científica y el público general.

El fuego afectó el 57,9% de las sierras de Córdoba entre 1987 y 2018. En esos 31 años, 9.210 focos asolaron 1.609.672 hectáreas, el equivalente a casi 28 ciudades de Córdoba, la capital provincial.

Las cifras provienen del banco de datos sobre incendios creado por un grupo de investigación del Instituto Gulich, dependiente de la UNC y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae), al que tuvo acceso UNCiencia.

Se trata de una cartografía histórica de las áreas quemadas. Su propósito es proveer información científica sobre los patrones espaciales y temporales que sigue la ocurrencia de estos disturbios en las sierras de Córdoba.

Conocer las zonas más propensas a sufrir este tipo de eventos es un insumo crucial. No solo posibilita gestionar el riesgo de incendios y delinear planes preventivos, sino prever medidas de rehabilitación para los espacios degradados.

La base consta de 31 archivos vectoriales georreferenciados, uno por cada año. En ellos, las superficies alteradas por las llamas están delimitadas mediante polígonos, cuyos vértices corresponden a pares de coordenadas (latitud/longitud).

Cada registro fue producido a partir de imágenes capturadas por satélites del programa Landsat, del Servicio Geológico de Estados Unidos, a las que se accedió a través de la plataforma Google Earth Engine.

Especialistas del Instituto Gulich efectuaron un primer análisis sobre ellas y luego las sometieron a un procesamiento semiautomático en la nube para generar las “cicatrices” (polígonos) provocadas por las llamas.

Actualmente, esa treintena de documentos atraviesa un proceso de revisión exhaustiva para incrementar su precisión, corregir falsos positivos y agregar incendios omitidos.

Cuando finalice esa etapa, todo el material estará disponible en el portal de esa institución. Será de acceso libre, tanto para la comunidad científica como para el público general.

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