Despliegue económico y mediático, slogans vacíos y enemigos a la carta, la estrategia de Avilés para buscar la continuidad

Las expresiones en el Palacio 16 de Julio son de preocupación. La tercera gestión consecutiva que parecía un trámite tras el arrasador triunfo de 2015 no parece estar del todo asegurada.

A pesar de la intensa y costosa campaña publicitaria que el intendente Esteban Avilés planteó para instalar a su delfín, Daniel Gómez Gesteira, los datos que devuelven las encuestas no son todo lo alentadores que se esperaban.

Encima, el verano cierra con un balance turístico de regular para abajo, y la situación del lago San Roque –aunque previsible- explotó y desnudó que entre el discurso de los funcionarios y los hechos hay una distancia enorme.

En este contexto, el lanzado ‘operativo continuidad’ se parece más a una lucha por la supervivencia expresada en términos políticos. Para la mayoría de los funcionarios y empleados que entraron con la actual gestión, esto se traduce -nada más ni nada menos- en mantener el puesto. Dicho en otras palabras, garantizarse seguir cobrando un sueldo del municipio.

Por eso, la decisión es redoblar esfuerzos. La estrategia tiene tres pilares básicos: obsceno despliegue económico que se traduce en presencia publicitaria y mediática, slogans vacíos que suenan lindo, y enemigos a la carta.

Lo más llamativo es la enorme inversión monetaria realizada hasta el momento, y eso que la campaña todavía no comenzó oficialmente.

Además de los carteles en la vía pública, el bombardeo en las redes sociales y las condescendientes entrevistas en los medios que tienen jugosas pautas, en los últimos días se sumó un ‘set’ marketinero que se reparte casa por casa. El sobre, del típico color naranja con la leyenda ‘Sigamos Juntos’ incluye una calcomanía, un folleto con la foto de Avilés y Gómez Gesteira y una carta firmada por el intendente donde asegura que, desde que asumió, “escribimos una nueva historia en la que el vecino es protagonista”.

La ‘militancia’ para la distribución la aporta, mayormente, el mismo municipio, aunque lejos está de ser completamente voluntaria (ver aquí).

‘Gestión Comunitaria’ es un buen ejemplo de slogan vacío de contenido. La gestión Avilés ha demostrado sin margen para dudas que solo es participativa, abierta y plural con los que piensan igual. El resto, a la lista de enemigos. Y esto se aplica tanto a históricos adversarios y exaliados políticos, como a instituciones, centros vecinales, ONGs. Llegado el caso, no está de más lanzar una teoría conspirativa para meterlos a todos juntos en un escenario victimizante, aunque el costo sea que los funcionarios encargados queden ridículamente expuestos.

Pero el malestar interno también tiene que ver con que Avilés ‘hace la suya’ y en su proyección provincial solo se ‘salvan’ un puñado de los más cercanos. Y temen que al momento de la definición ‘descuide’ lo local. Otros, en cambio, confían en que para reforzar la propuesta y aunque llegue a los comicios municipales como legislador provincial electo, se presentará como primer candidato a concejal. De paso, un reaseguro para seguir cobrando del Estado si la experiencia provincial fracasa.

Dirigentes de la segunda línea del municipio admitieron que las expectativas de que Gómez Gesteira pueda ‘crecer’ para garantizar una victoria son mínimas; en cambio, las esperanzas se centran en que la oposición sea incapaz de articular un proyecto conjunto. En este escenario con una fuerte dispersión de candidatos, aseguran que con el 30% o menos de los votos, ganan.

Habrá que ver.

Nota correspondiente a la edición n° 538 del periódico La Jornada, del 27 de febrero de 2019.

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