Y los bomberos, ¿cómo están?

Por Evelina Ramírez y Jorgelina Quinteros

¿En qué condiciones se encuentran los cuarteles de bomberos de la zona para enfrentar la época de incendios forestales? Con esta pregunta comenzamos a desarrollar este informe especial que implicó el relevamiento de los cuarteles de bomberos de la región que tienen a Villa Carlos Paz y localidades aledañas como su área de cobertura.

Fueron incluidos en esta investigación los cuarteles de Icho Cruz y Tanti que integran la Federación Agrupación Serrana y Villa Carlos Paz y Malagueño que forman parte de la regional N° 6 de la Federación de Bomberos de la provincia de Córdoba. Registramos la cantidad de bomberos activos con los que cuenta cada cuartel, su forma de organización, capacitación, equipamiento y móviles que dispone, cantidad y tipo de alarmas que recibe y formas de financiamiento.

En Córdoba hay 182 cuarteles de bomberos. No todos perciben el subsidio nacional. Para poder hacerlo hay que estar al día con todas las obligaciones estatutarias (balance y asambleas al día y todos los subsidios rendidos). El subsidio provincial se consigue a través del Fondo del Fuego, el impuesto incluido en la tarifa de EPEC desde el año 2004. A eso hay que sumar eventuales aportes que los municipios realizan a los cuarteles (cada institución tiene su particularidad). 

Equipamiento, infraestructura y bomberos capacitados son tres ejes fundamentales para el funcionamiento de manera efectiva y responsable de un cuartel. Especialmente, en zonas con alarmas en simultáneo, extensas áreas de influencia, diversidad de tipos de alertas (inundaciones, incendios, emergencias prehospitalarias, accidentes) como es la nuestra.

Tanto el cuartel de bomberos de Villa Carlos Paz como el de Malagueño atravesaron por crisis institucionales. En el caso de Villa Carlos Paz, el poder político se vio directamente implicado. Uno de los imputados en la denuncia penal por presunta defraudación por administración fraudulenta que pesa sobre la comisión directiva saliente es el hermano del intendente Esteban Avilés y otro Hernán Anders, director de la secretaría Privada, Prensa y Protocolo del municipio, quién ocupó la presidencia de bomberos antes que asumiera Alberto Lorenzatti.

El caso de Malagueño también tiene sus particularidades. Lo primero que tuvo que hacer el cuartel de esta ciudad fue reconstituir la comisión directiva, ordenar su economía y trabajar con transparencia, luego de que el anteúltimo presidente se viera forzado a presentar la renuncia el 21 de diciembre de 2015. También, en este caso, hubo una denuncia por el presunto desvío de fondos pertenecientes al cuartel. El subsidio municipal fue clave para sobrellevar los meses posteriores, hasta que lograron reacomodar su estado contable.

Lo fundamental para el funcionamiento efectivo de cada cuartel sigue siendo un buen manejo de los fondos. Más allá de que las irregularidades en la administración, en muchos casos, han generado el descrédito y el desprestigio de la institución. Trabajar con transparencia, apuntar a la democratización de la organización interna de los cuarteles y fortalecer los vínculos con la comunidad se esbozan como una salida frente a las crisis institucionales que en la región le ha tocado atravesar a los cuarteles. Siempre manteniendo como verdadera prioridad que se garanticen las medidas de seguridad básicas a los bomberos que voluntariamente prestan un servicio esencial para la sociedad y se asegure a los vecinos respuestas rápidas y efectivas ante cualquier alarma.

 

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Nota correspondiente a la edición n° 475 del semanario La Jornada, del 23 de julio de 2017.

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