Desde este miércoles y hasta el próximo viernes, la provincia de Córdoba tiene, en el marco de una “analogía” de la Ley de Acefalía, a un vocal del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) a cargo del Poder Ejecutivo.
La situación se da ante las ausencias, por licencias, del gobernador Juan Schiaretti (de viaje en España), el vicegobernador Martín Llaryora (por ocupar su cargo como diputado), más el presidente interino de la Legislatura Oscar González y el presidente del TSJ, Aída Tarditti (de vacaciones).
Entonces estos días, “técnicamente”, el vocal del máximo organismo judicial, Sebastián López Peña, ocupa el lugar y las facultades del gobernador. Rápidamente y entre risas, el funcionario afirmó que es “el único que está”, ya que actualmente cumple la función de la guardia en tiempos de feria en soledad.
“En la práctica nunca ocurre, pero tenemos la facultad de tomar decisiones de gobierno. Estoy legalmente amparado” le confió esta mañana a radio Universidad.
Sobre el particular caso, advirtió que se trata de “una situación de emergencia” y que continúa cumpliendo sus funciones en su despacho en Tribunales Federales.
Como antecedente, López Peña recordó una situación similar en 2003, cuando la titular del TSJ, Cafure de Battistelli, ocupó ese mismo lugar.
