Villa Carlos Paz, después del verano: en busca del trabajo perdido

Por Valeria Flesia

Tapa_411_la_jornada_03-04-16Según los registros de la Oficina de Empleo de la municipalidad de Villa Carlos Paz, entre enero y marzo de 2016 pasaron por sus escritorios 500 personas aproximadamente. De entre ellas, el 60% tenía entre 25 y 50 años, un 20% son jóvenes de entre 18 y 25 años y el resto mayores de 60 años. De los estudios comparativos resulta que la cantidad de jóvenes que concurren buscando alguna posibilidad laboral aumentó en un 20%.

La titular de la repartición, Gabriela Avendaño, indicó que se realizan tareas de múltiple enlace territorial con programas de empleo y capacitación que vienen de provincia y de nación. Al momento de receptar los pedidos la Oficina de Empleo elabora un perfil mediante una entrevista lo que le permite conocer más en profundidad cuáles son las necesidades de quienes se acercan. A partir de estas entrevistas se pudo conocer que quienes buscan trabajo en su mayoría quedaron desempleados tras una corta temporada.

Gabriela Avendaño - Oficina de Empleo“Lo que recibimos mayormente son personas desocupadas y personas registradas que han estado haciendo algunas changas, especialmente de franjas más vulnerables. Aquí hacemos articulación con programas provinciales y nacionales que pueden ser Plan Primer Paso, Más y Mejor Trabajo, Mujeres Víctimas de Violencia, entre otros”, precisó.

Consultada la funcionaria acerca de la permanencia de estos programas dado el cambio de administración tanto a nivel provincial como nacional, aseveró que todos van a continuar pero que todavía no se han acomodado: “Tenemos confirmación desde los distintos estamentos de que todos los programas laborales van a continuar, hay algún retraso de tipo organizativo pero esperamos que se reinicien a la brevedad”.

El servicio que brinda la Oficina de Empleo de la municipalidad de Villa Carlos Paz está fuertemente anclado en facilitar el acceso a programas provinciales y nacionales y en promover capacitaciones para mejorar la disposición de los posibles trabajadores en su búsqueda. Otro de los datos importantes que brindan los perfiles elaborados es que en su mayoría los jóvenes de entre 18 y 25 años que se presentan no tienen terminado el colegio secundario. “También facilitamos información para que estas personas se capaciten y puedan estar mejor preparadas para ingresar al mundo del trabajo. Sabemos que los empleadores ponen el acento en la terminalidad educativa así como en distintas habilidades relacionadas con el servicio turístico que se brinda en la ciudad, también apuntalamos el desarrollo de microemprendimientos con la oferta de distintos conocimientos”, explicó.

Acerca de algún programa municipal que promocione microemprendimientos o trabajo formal a través de la toma de empleados por parte de empresarios y comerciantes con alguna facilidad de tipo económica, Avendaño indicó que no se están realizando pero que se está en contacto con distintos gremios y empresarios para hacer el nexo con programas provinciales y nacionales y capacitadores.

El trabajo temporario es descripto como un movimiento natural en las posibilidades laborales que brinda la ciudad y lo que llama la atención, en esta temporada particular, es su brevedad: “La temporada empezó tarde, ya había comenzado enero cuando todavía no se notaba un gran movimiento de turistas, y terminó antes con lo que comenzamos a ver personas para quienes se había terminado el trabajo dos meses antes de lo habitual. Esto deviene de una situación de contexto nacional que no sólo está afectando a Carlos Paz, además notamos que el comportamiento de los turistas es diferente, se están aprovechando de otra manera los fines de semana largos, se quedan menos días”.

Lo que sí parece ser propio de Carlos Paz es la contratación de empleados temporales por el tiempo que dure el éxito de la temporada, porque no se trata de los tres meses de verano ni de lo que pueda entenderse por “temporada”, sino que los empleadores reaccionan directamente a la cantidad de gente circulante para tomar o despedir trabajadores. Esto permite definir eso que se menciona tan habitualmente como la base productiva de la ciudad, “la industria del turismo”, como solamente la llegada de personas a vacacionar a Villa Carlos Paz que, de acuerdo a la obviedad de los números, ya no es suficiente.

 

Registros del comercio: un relato y una contradicción

Los primeros meses del año fueron también el escenario de las primeras medidas tomadas por una administración nacional que viene a “cambiar” como lo afirma su slogan. Estos cambios significaron entre otras medidas, que seguramente habrán resultado positivas para algunos, modificaciones en las escalas tarifarias de los servicios.

Entre quienes se ven afectados, una carnicería pequeña de la avenida Cárcano recibió una factura cercana a los 30 mil pesos de luz y se pregunta: “¿Cuánto tengo que ganar para poder pagar el alquiler, los servicios y las cargas de mi empleado?”. Demás está decir por dónde va a recortar para poder seguir abriendo la puerta de su negocio al público.

Carlos Orso - CECEl representante del gremio de los empleados de comercio de Villa Carlos Paz, Carlos Orso, fue consultado sobre los números vertidos por la Oficina de Empleo del gobierno de la ciudad e indicó que lo que se observó fue “el movimiento habitual de bajas luego de la toma de algunos empleados temporarios. Esto se nota más en los locales gastronómicos que toman refuerzos de manera temporaria, pero los supermercados, por ejemplo, cada vez toman menos personal de refuerzo para la temporada”.

El secretario gremial indicó que aún no se observan despidos masivos en los locales comerciales más allá de algunos movimientos que pueden ubicarse dentro de lo habitual. “Esto no quiere decir que no vaya a suceder”, indicó en relación a otros indicios que pueden afectar a los empleadores en desmedro del mantenimiento de la fuente laboral. Consultado acerca del trabajo conjunto que, según lo explicitado por la titular de la Oficina de Empleo se está realizando, declaró: “Nunca fuimos convocados por la municipalidad para realizar ningún trabajo en conjunto ni de relevamiento ni de capacitación. Tampoco la oficina del ministerio de Trabajo que funciona en la ciudad y con la que tenemos una relación estrecha en resguardo de nuestros afiliados y empleados de comercio en general”.

Sostuvo, no obstante, que el trabajo conjunto sería importante y también la generación de ideas y propuestas para ampliar la oferta laboral porque, a pesar de no registrar despidos masivos, el mercado tampoco ha crecido en oportunidades y, por el contrario, las perspectivas no son las mejores.

 

Registros de la construcción

Días pasados se conocieron algunos números de la dirección de Estadísticas y Censos de la provincia según los cuales Villa Carlos Paz marcha a la cabeza de los permisos de edificación gestionados: según datos aportados por el municipio, en el primer bimestre del año, la ciudad registra 38.935 metros cuadrados de construcciones nuevas.

Ramón Palacios - UOCRA - Foto Jorge ElenaConsultado el titular de la UOCRA local, Ramón Palacios, acerca de este dato que parece tan promisorio para la industria de la construcción que venía registrando retrocesos en meses pasados y un parate hacia final de año que los puso en alerta, destacó: “Es un dato importante aunque creo que hay que hacer una aclaración: los números presentados son de obras que están listas para empezar pero que aún no han comenzado. Es importante aclarar eso porque no se trata de mano de obra que ya está trabajando y cobrando a fin de mes sino que se indica una posible reactivación a futuro. Nosotros desde el gremio nos hemos reunido con los inversores y tienen los planos aprobados y todo listo para largar pero, a partir de tener los permisos pueden pasar largos meses hasta que se comience y es ahora cuando Carlos Paz está necesitando trabajo, especialmente los jóvenes, que durante el verano toman otras changas temporales y ahora quedan a la deriva. Son buenas noticias los proyectos aprobados, pero aún son proyectos”.

Consultado sobre las particularidades de la construcción como una de las bases sobre las que se asienta la economía carlospacense además del turismo, destacó algunos apuntes interesantes: “Nosotros apuntamos a que las cuadrillas contratadas estén compuestas por vecinos de la ciudad en primer lugar y después, en el invierno, sucede que no alcanza la mano de obra de la ciudad, y entonces se contratan trabajadores venidos de otros lados y hasta extranjeros (en referencia a la presencia de obreros de países limítrofes). Desde el gremio se brinda alguna capacitación y es nuestra intención ampliarla para especializar sobre todo a la franja que va superando los 30 años en adelante en distintas ramas de la construcción teniendo en cuenta el desgaste corporal que significa mantener este tipo de trabajo durante muchos años. Los obreros de la construcción nos jubilamos a los 55 años pero ocurre muchas veces que un obrero de más de 45 años ya no es contratado por su edad y eso atenta contra su jubilación. La dureza de las tareas, como ejemplo pongamos el manejo de los martillos para perforar el asfalto, el cargar materiales en camiones, el traslado de piedras, la exposición a todos los fenómenos climáticos entre tantas cosas, hace que muchas veces se piense que un joven va a rendir más en desmedro de una persona de mayor edad. Contra esto tenemos que trabajar ideando posibilidades, haciendo acuerdos para que se mantengan las cuadrillas con su diversidad, capacitando y especializando para que puedan realizar tareas de mayor complejidad y menos esfuerzo físico. La capacitación, por supuesto, es un beneficio y un derecho profesional que tienen todos los obreros de todas las edades”.

Palacios hizo alusión, asimismo, a la conexión que mantienen con la Oficina de Empleo municipal y reconoció algunos contactos para poder brindar cursos en un contexto más amplio, así como indicó que habían estado varios años en diálogo con los responsables a nivel local del programa provincial CEDER donde se brindaban cursos de electricidad y albañilería entre otros. Hoy la oficina del Ceder (Centros de Desarrollo Regional) en Villa Carlos Paz se encuentra cerrada y sin autoridades pero se espera que esta situación sea resuelta desde el gobierno de la provincia de Córdoba a la brevedad.

Otra de las perspectivas favorables destacada por el referente en Carlos Paz de la Unión Obrera de la Construcción de la República de Argentina es la obra pública prevista por el gobierno de Juan Schiaretti para comenzar durante este 2016: “Estamos a la expectativa de poder abrir importantes fuentes laborales con la construcción del puente sobre el lago San Roque, la ampliación de la ruta 38, los gasoductos troncales hacia el sur de Punilla y en otras zonas del valle. Son proyectos muy buenos que, según algunas informaciones que nos llegan, estarían comenzando antes de mitad de año. Eso va a traer un gran alivio si la parte privada no arranca”.

 

Algunos casos

Los talleres de costura registrados y no registrados son una salida laboral importante en la ciudad aunque no hay número sobre la cantidad de empleados que mantienen. En algunos casos, los trabajadores son empleados a demanda y por horas de acuerdo a la cantidad de costura que tenga el taller para entregar. El comienzo de clases es un momento proactivo ya que se cosen uniformes, mochilas y enseres para los escolares.  El perfil del empleado que utiliza esta industria es calificado ya que debe saber manejar las máquinas industriales que realizan diferentes tipos de costura y hacerlo rápido y bien ya que de eso depende su calificación medida en la cantidad de prendas que pueda coser y terminar en cierto lapso de tiempo. Tanto requerimiento, sin embargo, no redunda en devoluciones por parte de los empleadores ya que muchos de estos talleres son clandestinos y con trabajadores en negro. La gran mayoría de los empleados son mujeres.

Graciela trabaja en un pequeño taller de costura de microemprendedores que confeccionan ropa de bebé. Consultada sobre la situación actual de su trabajo, explicó: “Lo que se está viviendo actualmente es un retraso en la cadena de pago. En el taller se confecciona ropa que luego se vende en distintos locales directamente, esos locales reciben las prendas y tienen una cuenta que últimamente se está haciendo difícil de cobrar, se estiran los tiempos y eso hace que no se pueda ampliar la producción. La única ampliación que se ha hecho es con los talles de la ropa: ahora estamos confeccionando para recién nacidos muy pequeñitos, bebés que nacen con algo más de dos kilos que era algo que hacía falta”.

Graciela tiene 50 años y agradece haber encontrado este taller donde está cómoda y se respeta su trabajo luego de haber peregrinado por lugares donde llegaba a trabajar y la mandaban de vuelta a su casa porque ese día no había costura, se cosía en galpones fríos y mal iluminados y para la hora del almuerzo enviaban a las trabajadoras a la vereda a comerse un sándwich que traían de su casa en media hora en invierno y verano. “Esos lugares siguen funcionando”, dice, “siguen rotando permanentemente la gente, tienen chicas por un tiempito y las largan por las dudas exijan alguna carga laboral, nunca se pudo hacer nada”.

Omar trabajó en la construcción hasta los últimos días de noviembre en una empresa. Después la empresa cerró y se fue de la ciudad con lo que quedó a la deriva con unos pocos pesos de indemnización. Su edad atenta contra la posibilidad de encontrar otro trabajo ya que tiene más de 45 años y dice que hay mucha competencia: “Durante el verano hay muchos jóvenes buscando changas y siempre son preferidos a la hora de tomar. Sigo buscando algo, estoy en la construcción desde hace mucho, tengo promesas de obras que van a empezar y me van a llamar. Mientras tanto, algunos vecinos me han dado jardines o arreglos en su casa y mi mujer limpia en dos casas por hora, pero eso también se puede terminar en cualquier momento. El hijo que ya tiene 19 años se fue a Córdoba donde tenía otra oportunidad porque acá vio que no salía nada y ya la plata no alcanzaba. Vemos mucho entre los vecinos que los chicos tienen que dejar el estudio y salir a trabajar porque la plata no alcanza para esperar que terminen”.

El empleo público también ha mermado y se han conocido despidos en el municipio carlospacense con distintas razones desde la no renovación de contratos hasta la falta de idoneidad para desempañarse en un puesto. Miriam (se preserva su nombre real a su pedido) fue despedida luego de cuatro años de trabajo cuando regresó de su licencia por maternidad. Se le dijo que, “no hacía bien su trabajo”. Hoy su bebé tiene ocho meses, tiene otro niño de 11 años y ella misma 32 años. El papá de sus hijos tiene una discapacidad que le impide trabajar de manera continuada y sobrevive con la ayuda de su suegra y de su cuñada. “Pero no alcanza”, dice con tristeza.

“Estoy buscando cualquier tipo de trabajo que pueda realizar de 7 a 14 cuando puedo dejar al bebé en la guardería y el nene va a la escuela”, tiene cursos y calificaciones y, lo más importante, tiene necesidades. Busca desde hace dos meses sin éxito.

 

Menos y menos trabajo

Resulta difícil mirar hacia el futuro con optimismo a la vista de señales que muestran deterioro en la capacidad productiva y en los salarios. Hace pocos días Villa Carlos Paz fue noticia nacional al anunciar la reapertura del Club del Trueque, noticia que provocó discusiones entre vecinos y funcionarios.

Su advenimiento saludado con simpatía por algunos que hablan de “sinceramientos comerciales” esconde una realidad expresada crudamente por quien lo promueve entre sus vecinos: una señora con tres hijos menores que paga alquiler y a quien, a pesar de los pesitos que puedan representar los planes sociales, esos mismos que ofrecen desde la Oficina de Empleo y el trabajo informal que realiza con las mentadas changas no le alcanza para comer ni para vestir a sus hijos.

Hambre y miseria son los resultados de la desocupación y subocupación frente a un panorama de aumentos constantes e inestabilidad y los clubes de trueque responden a esas variables y no a otros inventos pseudoecologistas.

La realidad laboral en Carlos Paz sigue siendo la misma ante buenas o malas temporadas, se habla de “industria del turismo” pero la falta de continuidad promueve el subempleo que sólo atiende la llegada emergente de turistas en verano y feriados.

Las ideas tantas veces discutidas de parque industrial, de industrias subsidiarias del turismo tanto para Villa Carlos Paz como para satisfacer a tantas otras localidades que promueven bellezas en Córdoba aún son sólo ideas.

Mientras tanto, al hablar de trabajo surgen enseguida los condicionantes para quienes lo buscan: o son muy viejos o están poco formados en caso de los jóvenes, o son madres, o tienen mal aspecto, o viven lejos o no dan con el perfil, las culpas recaen sobre quienes buscan trabajo para el que nunca terminan de ser dignos.

 

Nota correspondiente a la edición n° 411 del semanario La Jornada, del 03 de abril de 2015.

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