Vecinos rechazaron el aumento en el transporte urbano y la decisión está en manos de los concejales

Como estaba previsto, este martes por la tarde se llevó en las instalaciones del IESS una audiencia pública convocada por el Concejo de Representantes. La primera de este nuevo período de gobierno.

Como ya es habitual, apenas un puñado de vecinos se hizo presente para participar de esta instancia.

Y aunque en el orden del día aparecían sendos aumentos en las tarifas de taxis, remises, y un fuerte readecuamiento e incremento del presupuesto municipal, toda la atención estuvo dirigida al servicio de transporte urbano.

Es que se puso a consideración de los vecinos una suba el precio del boleto de los 22 pesos actuales a 26 en lo inmediato, y a 29 de pesos desde diciembre.

Hubo consenso unánime en todos los que se expresaron en rechazar enfáticamente el aumento y, al mismo tiempo, criticar al servicio que brinda Transportes de la Villa.

Pero también los vecinos utilizaron el tiempo disponible para exponer ante los concejales interesantes reflexiones sobre diferentes temas, como por ejemplo el valor de las audiencias públicas, la falta de participación de la gente, y el compromiso de las autoridades con las promesas electorales.

Opiniones

La primera en hacer uso de la palabra fue Roxana Corradi, quien habló en representación de los vecinos de Costa Azul Norte.

“Nuestro barrio carga con el estigma de ser de poder adquisitivo alto, pero hay una importante población en situación de vulnerabilidad que es usuaria del transporte urbano. Además existen dos colegios, uno público y uno privado, donde los chicos suelen venir de otros barrios.

En esa punta norte de la ciudad el colectivo es fundamental”, arrancó. Y transmitió la “unánime oposición de los vecinos” al aumento propuesto.

“La situación económica nos está apretando a todos y el servicio es cada vez más ineficiente”, dijo. Y puso como ejemplo que los alumnos de la escuela Manuel Belgrano que salen de clases a las 18 recién pueden tomar el colectivo a las 19.

“Aumenten los controles”, reclamó al municipio.

Adrián Di Gregorio (Costa Azul) sostuvo que el servicio de transporte urbano “no está a la altura de lo que se espera en una ciudad como Villa Carlos Paz”, y sugirió implementar medidas para promover su uso, arrancando por ofrecer mayor información sobre recorridos y frecuencias.

“Aumentar el boleto no es lo más indicado en este contexto, hay que ser más creativos”, apuntó. Y planteó “revisar frecuencias y circuitos para acomodarlos a las demandas, buscar sponsors, y subsidiar la tarifa”.

El excandidato a intentente y referente de Carlos Paz Despierta, Emilio Iosa, también se hizo presente en la audiencia pública y se preguntó “si esta valiosa instancia es en verdad valiosa o es un mero trámite escenográfico, necesario para solapar una decisión cerrada de antemano, negociada en una pequeña mesa, y nutrida en el doble discurso de la participación cívica”.

Luego se refirió a “la importancia de discutir en profundidad una política pública de movilidad urbana sostenible”.

Calificó al actual servicio urbano como “de mala calidad, deficitario, no sostenible e incluso peligroso”.

“Con un solo concejal haremos lo que esté a nuestro alcance para que el peso de la devaluación del peso no caiga sobre los hombros de lo que andan sin un peso”, adelantó en un curioso juego de palabras.

Consideró que la “especulación política hace que problemas como el transporte, el hambre, la pobreza y la contaminación del lago dependan de la ruleta electoral que siempre está girando”.

“¿Este aumento es urgente y necesario ahora y no lo era antes de junio? ¿Será suficiente para que la empresa comience a cumplir el contrato en regularidad, seguridad y calidad? ¿O es un nuevo parche?”, interrogó.

“Intentemos abrir el debate sobre una movilidad urbana sostenible para terminar con el aburrido círculo vicioso de aumentos poselectorales”, invitó.

Valeria Curzi, de barrio Sol y Río, opinó que el servicio de transporte urbano “es deficitario per sé”.

“Quién no estuvo esperando el B1 50 o 55 minutos bajo los rayos del sol. El servicio es una cachetada diaria a trabajadores y estudiantes”, expresó. Ante esto, “sugiero que se rescinda el contrato de una vez por todas”.

Se apartó unos instantes del tema para criticar una decisión tomada por el oficialismo en el sentido de eliminar las audiencias públicas para los proyectos de contratación de la obra pública.

“Si están dispuestos a avanzar, realicen un referéndum o una consulta popular”, retó.

Se refirió, también, a la problemática que genera la instalación de antenas de telefonía celular. “Se ha emplazado en nuestro barrio una antena que viola la ordenanza. Gracias a que abrimos la boca los ciudadanos se ha quitado de funciones pero la antena sigue. Pedimos que se cumpla ordenanza y que la quiten”, remarcó.

Celia Juárez, por su parte, consideró que el servicio “es malo” y advirtió que “corta a las 11 de la noche” por lo que “muchos trabajadores se quedan sin transporte”.

“No sé si la municipalidad controla a la empresa”, señaló.

María Mancuello, del barrio Altos del Valle, aclaró que ya había participado en otras audiencias públicas por el transporte “y hoy podría decir lo mismo que he dicho en esas oportunidades”.

“Las condiciones no están dadas para el aumento. La cantidad de unidades sigue siendo inadecuada, no corresponde a la cantidad de habitantes, y cuando no se incendian se rompen”, ejemplificó.

Se preguntó “por qué la gente participa” de las audiencias, e interpretó que en la actual situación económica la preocupación tiene que ver con “cómo se va a ganar el dinero para comer todos los días”.

Asimismo reconoció que muchos no quieren ir a expresar su opinión ya que, “van a aumentar igual”.

“Se hicieron muchas promesas de campaña, también sobre el transporte, es hora de cumplirlas”, finalizó.

Por último se leyó una nota enviada por el presidente del centro vecinal Colinas, Horacio Gigena, quien si bien afirmó “entender” al ejecutivo y las razones del aumento, reclamó que se dé por finalizada la concesión del servicio.

Otros proyectos

Aunque nadie se refirió a estos puntos, la audiencia pública también dejó habilitado al Concejo de Representantes para aprobar de manera definitiva los incrementos para taxis y remises.

Las tarifas propuestas son las siguientes, respectivamente:

Bajada de bandera: $50,90 / $55,40.

Ficha cada cien metros: $ 3 / $ 3,10

Otro de los proyectos que se puso a consideración de los vecinos fue el que establece una readecuación presupuestaria que responde al nuevo organigrama municipal (56 millones de pesos), y un aumento de casi 200 millones de pesos.

Unos 80 millones de pesos de este incremento se destinarán a pagar sueldos de funcionarios, personal permanente y contratado y becados.

1 COMMENT

  1. Soy uno de los oradores, gracias por la nota y me permito aclarar o corregir los puntos que mencioné ayer sobre Transporte público:
    1. con respecto a los datos del “Estudio de Costos” y números para justificar el pedido de aumento del boleto, que los mismos deberían ser auditados por entes externos a la empresa, de los que llama la atención: a) el kilometraje por litro de gasoil (2.24 que luego baja a 2.1); b) la pobre información con respecto al número de usuarios transportados (todo agregado y sólo de 12 meses). Datos que resaltan: la cantidad de usuarios transportados cae, dic.18 (212.394) contra dic.17 (236.863), por ejemplo. Asimismo, con respecto a las otras “variables de costos” que usan para justificar el pedido son bastante inentendibles ya que en muchos casos no se precisa a qué “unidades de medida o de tiempo” se refieren.
    2. que a causa del impacto de la devaluación/inflación y caída del ingreso “real” (aumento de pobreza), y suponiendo (como debería ser el caso) la elasticidad de la demanda de ómnibus con respecto al precio (inelástica y negativa) e ingreso (elástica y negativa), uno esperaría que aumentara la cantidad de usuarios, contrario a lo observado (pues cae, año a año).
    3. que lo anterior, sólo se explicaría por la mala calidad del servicio, entre otras, debido a: mala/pésima/nula información en las garitas con respecto a horarios (frecuencias) y circuito del recorrido (como para uno programar sus tiempos y evitar minutos muertos de espera), además de que los ómnibus no tienen visible su “nombre” (ej. B1 o B2 o X).
    4. que por ende, el boleto no debería subir pues tampoco es “competitivo”. A modo de ejemplo, con respecto al gasto que un auto insume en llegar al centro transportando 5 personas en 10′ desde Costa Azul (1 litro de nafta + 1,5h estacionamiento ($50+25$=$75), VERSUS el gasto en ómnibus, que sería, grosso modo ($30*5=$150) más el valor de 40´perdidos, con suerte.

    En base a lo anterior es que propuse:
    a) no subir la tarifa, sino buscar mejores formas de incentivar al uso del ómnibus mejorando la “infraestrucutura” (información disponible en garitas) y rediseñando los circuitos en base a necesidades de los usuarios (horarios de trabajo, escuelas), disminución de los tiempos de viaje (más rápidos) con servicios más directos (sin tantas vueltas), y definiendo frecuencias que permitan al usuario programar su jornada (las cuales incluso podrían ser menos a los efectos de bajar costos y evitar ómnibus vacíos), “pero que se controlen y hagan respetar”, incluso con la posibilidad de rescisión del contrato o multas a la prestataria);
    b) promover la contribución de “sponsors” con publicidad en las unidades (hoy inexistente);
    c) avanzar en el diseño de un sistema “polimodal e integral” que permita “articular” los ómnibuses con medios alternativos, por ej., bicicletas o triciclos taxis “competitivos” (como existe en otros países). Este diseño debería permitir aparcarlas en lugares con custodia (plataformas públicas, garitas policiales, estaciones de servicio, mercados, etc) e invertir en bici-sendas. Los “triciclos taxis”, con libertad de oferta, agilizaría el traslado barato de cortas direcciones, generando empleo productivo. Todo lo cual desincentivaría el uso del auto y el consumo insostenible de un recurso escaso como la nafta.
    d) con respecto al subsidio, lo quise decir en el sentido de fomentar el uso del ómnibus. Éste debería ser orientado al usuario (de otro modo la prestataria “aumentando costos sin control” siempre justificaría que necesita “subsidios” o “aumento del boleto”), quizá a través de un “premio” a la prestataria “si alcanza los objetivos que se definan de antemano por el municipio (por ej., X cantidad de usuarios transportados por línea por mes, por el término operativo que se defina y monitoree) y, así, la motivación para la empresa sera para mejorar la “calidad” del servicio y aumentar el número de usuarios, todo lo contrario a la realidad de hoy;
    e) para todo lo anterior, el monitoreo y auditoría del servicio, debería ser llevado por algún ente externo (organización de usuarios, centro vecinales, otra?), lo cual no es algo difícil de diseñar.

    Muchas gracias por esta posibilidad de escribir, ojalá sirva para algo, que lo considere el P.Ejecutivo y los Sres/as concejales, por el bien de los usuarios y por un servicio de mejor calidad, en una ciudad más sostenible.

    Atte. Jorge A. Di Gregorio

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