Una mujer víctima de violencia de género criticó la inacción del Estado ante las 10 denuncias que hizo contra su expareja

En agosto del año pasado, Dory Orozco denunció a su expareja tras recibir una golpiza y el intento de despojarla de su casa y vehículo.

El resultado de la denuncia fue que el Poder Judicial libró una orden de restricción que ambos deben cumplir. La misma establece que no pueden acercarse a menos de 100 metros, no pueden enviarse mensajes ni llamarse.

A seis meses de esa denuncia inicial, Dory presentó otras 10 ampliaciones de denuncia justamente porque su expareja violó la orden de restricción. La llama, le manda mensajes con amenazas explicitas donde la incita a que retire la denuncia o tomará represalias con ella, la persigue.

dory orozco“Vivo una pesadilla, porque desde agosto no estoy tranquila. Cada 15 o 20 días recibo amenazas y cada amenaza fue denunciada. Y lo voy a nombrar, porque ya estoy cansada de ocultar nombres. Se llama Mario Rodolfo Chalar. Es bromatólogo y trabaja aquí en Villa Carlos Paz para algunos comercios”, expresó la mujer a VillaNos Radio.

El episodio más reciente de hostigamiento y persecución se dio el pasado fin de semana, en el marco de la competencia de triatlón donde Dory participaba. Hasta allí fue su expareja, que es oriundo de la localidad de Cruz del Eje.

Dory pudo cumplir con la instancia de natación y circuito de bicicleta. Pero mientras cumplía con la carrera pedestre, escucha que alguien le silba. Primero no prestó atención, porque iba concentrada en la carrera. Luego escucha que le gritan “te mato”.

“Es ese momento uno piensa: ‘No. Estoy loca. La carrera me está haciendo mal’. Unos metros más adelante veo un auto muy parecido al de Mario. Me detengo, veo la patente y efectivamente era su auto. Miro hacia el costado y veo a una persona escondida detrás de una pirca y era él”, relató.

Dory intentó seguir corriendo, pero el temor fue más fuerte. Después que lo vio, hizo 100 metros más y se desmayó. “Mis manos y mi cara comenzaron a adormecerse. Tengo un solo riñón, soy hipertensa. Tengo 53 años, no soy ninguna joven. Tomo recaudos y por eso hago deportes.

“Hace 26 años vivo con un solo riñón y el deporte es lo que me mantiene viva. A mitad de camino, mi cabeza me decía ‘dale’, pero mis piernas ya no me respondían. Tenía que girar a la derecha. Vi que había una ambulancia. Hasta allí me fui y no recuerdo más nada. Me desmayé y perdí el conocimiento. Cuando desperté, lo primero que le dije a la doctora es que llamara a la policía”.

La mujer relató que siempre lleva en su cartera la orden de restricción que debe hacerse cumplir. Según comentó, desde la fiscalía se le sugirió que lleve permanentemente ese documento con ella, que ante cualquier acercamiento del denunciado dé aviso a la policía y que, mostrando esa orden judicial, él quedaría “automáticamente detenido”.

“Yo me pregunto qué se entiende por automáticamente detenido. Porque los mensajes de amenaza que me escribe por Facebook, de que mi riñón va a explotar, que no voy a volver a competir, de que mi hijo va  a terminar preso, de que mi casa se va a quemar. ¿Dónde está el cumplimento de la orden de restricción? Lo máximo fue lo que pasó el fin de semana. Donde él se hizo presente en una competencia donde yo estaba participando”, indicó.

Luego de desmayarse y de recobrar el conocimiento, Dory le mostró al policía la orden de restricción y la respuesta fue: “Bueno, ya veremos que hacer”. “Ese ‘vamos a ver que hacemos’ significó que pasaron dos horas esperando que fiscalía resuelva. ¿Qué resolvió? Que seguirán investigando. El resultado: la persona quedó en libertad. Yo no entiendo más nada. Ahora busqué un abogado para ver si podemos tener otra respuesta”.

Quien lleva la causa es la Fiscalía N°2, a cargo del doctor Ricardo Mazzuchi. En este sentido, la mujer reclamó la falta de acción del Poder Judicial. “Confié en la Justicia. Todo el mundo de me decía: ‘Quedate tranquila porque hoy la violencia de género está a full y están atendiendo a las víctimas. Te van a dar bolilla. Ya vas a ver que va a caer preso’.

“Eso nunca sucedió. Al contrario. Yo me siento manoseada, ultrajada e indefensa. Me duele tener que decir esto porque soy defensora de la Justicia. Pero lamentablemente, el haber denunciado que una persona me golpeó, me salió carísimo y me está costando muchísimo”, dijo.

Y remarcó: “Tal vez tengo que estar muerta como Andrea o como Ingrid para que alguien haga algo”.

Al ser consultada sobre si acudió a la Casa de la Mujer del municipio, respondió que sólo le ofrecieron atención psicológica. “En su momento Alejandra Roldán (ex directora de Niñez, Adolescencia y Familia y actual concejala de Carlos Paz Unido) me dijo ‘contá conmigo’. Pero eso no me sirve. Porque el ‘contá conmigo’ sirve en el momento. Cuando uno está en situación de vulnerabilidad, está sola”.

Finalmente, Dory cerró con un mensaje hacia las mujeres que puedan estar viviendo una situación similar a la de ella: “Por más amor que nos juren, siempre hay que abrir bien los ojos”.

 

Nota correspondiente a la edición n° 404 del semanario La Jornada, del 14 de febrero de 2015.

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