Varios hechos delictivos se produjeron la semana pasada, tres de ellos en vehículos particulares y con características similares.
Uno ocurrió en barrio Santa Rita cerca de las 19,30 del miércoles en cercanías del supermercado Cordiez. La damnificada fue Cintia Daglio, quien dejó su vehículo estacionado y cuando volvió a buscarlo se percató que le habían robado.
Los delincuentes forzaron las cerraduras de la puerta del acompañante y la del baúl.
“Dejé el auto en la calle Gobernador Peña a metros de supermercado Cordiez, y cuando volví estaba todo abierto. Me violentaron la cerradura del baúl, me sacaron bolsas con ropa, varios pares de zapatos y me sacaron la documentación del vehículo y propia”, contó Daglio. Y agregó: “recién estaba oscureciendo, había mucha gente que pasaba por el lugar, gente que cargaba la mercadería que había comprado del supermercado. Le pregunte a los vecinos y nadie vio nada”.
La mujer manifestó estar preocupada y con miedo por esta situación. “Tienen la dirección de mi casa y anoche los perros ladraron muchísimo. Estamos viviendo con miedo”, subrayó.
Dos en la misma calle
Sorpresa fue la que se llevó el propietario de un Fiat Palio el miércoles por la noche cuando se encontró con los vidrios rotos y las cerraduras de las puertas forzadas.
“Dejó el auto estacionado en calle Sargento Cabral y cuando salió de trabajar se da con que tiene el cristal roto y la puerta del acompañante forzada”, relató María, madre de Nahuel Quevedo, propietario del vehículo.
“Entre las 19,30 y las 20 lo dejó ahí. A esa hora están los que cobran estacionamiento, le pagó cuatro horas por adelantado que es el tiempo estipulado. Cuando regresó la gente que cobra el estacionamiento ya no estaba y para sorpresa de él se da con que unos metros antes de donde estaba su auto había cristales rotos, lo que daría a pensar que no sería el único auto dañado”, continuó.
Sobre lo sustraído, María especificó que, “se llevaron dos bolsos de mano, uno tenía ropa deportiva y el otro material de estudio, que es lo que le alcanzaron a sacar creemos por la parte rota porque adelante no le tocaron nada”.
“El cobrador de auto ya no estaba y la preocupación está en saber hasta qué hora están estos señores porque si te cobran por cuatro horas tendrían que respetarlas”, advirtió.
Otro caso de similares características también tuvo como escenario el mismo día a la calle Sargento Cabral, donde Alejandra dejó su vehículo estacionado frente a su lugar de trabajo. Para sorpresa de la mujer cuando fue a buscar el auto se encontró con la cerradura del baúl violentada y no se encontraban ninguna de sus pertenencias.
“Fue en pleno centro. Dejé mi auto estacionado como siempre porque tengo allí mi lugar de trabajo y cuando salí confiada subí al auto y de pronto veo algo raro que sale de atrás del baúl. Era una bolsa y cuando abro el baúl me doy cuenta que forzaron la cerradura y lamentablemente me sacaron las cosas que tenía que eran muchas, porque ese día dejaba de trabajar y me ponía a hacer cosas de la casa como renovar tapizados. Se llevaron telas, casi toda la ropa y la goma de auxilio”, contó la damnificada.
“Era al atardecer en pleno centro. Por suerte no ingresaron al auto ni se llevaron algunas otras cosas que estaban adentro”, continuó.
Manifestó además que, “nadie vio nada. Es más, hay muchas obras de construcción, estaba algo atemorizada por eso y me sentí observada”.
“Siempre dejo el auto en el mismo lugar porque es mi zona de mi trabajo y nunca me pasó nada.
Uno se siente vulnerable y que te roben en tus narices es doloroso”, expresó.
Nota correspondiente a la edición n° 376 del semanario La Jornada, del 19 de julio de 2015.
