Por Felipe Etkin

Hace tres años, en el Cerro de la Cruz, fueron encontrados los cadáveres de Andrea Castana (35) y Hernán Sánchez (32). Con pocas horas de diferencia, el hallazgo cambió la historia de uno de los iconos turísticos de la ciudad y sacudió de un cimbronazo la simulada tranquilidad de Villa Carlos Paz. Como si fuese insuficiente el sufrimiento que este suceso despertó en las familias y amigos; la justicia -lenta y más aún perezosa- permanece inmóvil, con una mano tapándose la boca para guardar silencio, y con la otra agarrando la manija de algún cajón, con ansias frenéticas de arrojar todos los expedientes al veredicto de las arañas.

Desde el 13 de marzo de 2015, las figuras de Hernán y Andrea se convirtieron en un faro para quienes necesitan saber qué pasó y, sobre todo, por qué. La explicación de los hechos se considera fundamental; ya que, de acuerdo con las familias, ambas muertes se produjeron con un gran cuidado en la eliminación de indicios y rastros, lo que descarta -para ellos- la posibilidad de un crimen azaroso o aleatorio.

Aquel viernes, mientras se realizaba un operativo de búsqueda en el cerro por la desaparición de Andrea, personal del Cuerpo Especial de Policía (CEP) halló el cadáver de Hernán, quien era buscado desde el 19 de diciembre de 2014. El fotógrafo se encontraba en un cañadón boscoso al cual se llega a través del acceso que el cerro tiene por calle La Rioja. Entre las prendas de vestir estaba la credencial de un boliche con su nombre.

El cuerpo de Andrea, en tanto, fue encontrado sin ropa por un matrimonio amigo de la familia que participaba de la búsqueda. La joven había sido violada y estrangulada hasta el fallecimiento luego de dejar a sus hijos en el colegio y emprender una caminata en dirección hacia el Cerro de La Cruz. El lugar del hallazgo se produjo a pocos metros de la estación número nueve. Las prendas, por su parte, se detectaron en el fondo de una cisterna con agua ubicada en las proximidades de la estación número 3.

 

Femicidio impune

La semana pasada se cumplió un nuevo aniversario de aquella fatídica jornada, y otra vez el silencio continúa martillando la espalda de los padres, madres, amigos, amigas y vecinos que, a pesar del tiempo y las burlas de la burocracia judicial, salen a la calle, pintan murales, escriben canciones y obras de teatro o reparten un panfleto para que ese silencio no se apropie de la esperanza de justicia.

El pasado domingo 11, recordando la fecha en la que Andrea subió por última vez con vida hacia el Cerro, sus amigas Nadia Corzo y Macarena López Salvans organizaron una marcha para exigir justicia.

Cerca de 400 personas participaron del evento que tuvo comienzo en “El Burrito” y finalizó al pié del Cerro de la Cruz. La convocatoria cumplió el pedido de las mujeres de que los vecinos se involucren y compartan el reclamo; en este sentido, las amigas de Andrea manifestaron “emoción y agradecimiento” por las personas que se acercaron a reclamar.

No obstante, la contraparte negativa es la falta de novedades en la causa; lo que les genera temor ante un probable cierre de la misma. “Es como si estuviésemos en la foja cero. No hay mucho para decir ni quedan muchas líneas de investigación. Ya perdimos la cuenta hasta del cambio de investigadores que se realizaron en la causa, y lamentablemente no logran llegar al cotejo del ADN. No perdemos la esperanza pero tenemos mucho miedo que el caso se cierre porque el tiempo pasa y eso nos juega en contra. Estamos siempre al pie del cañón, manteniendo el nombre de Andrea y pidiendo justicia”, manifestó Nadia a VillaNos Radio 100.7.

Por su parte, Macarena indicó que se encuentran cansadas “física y emocionalmente” y que, si bien la jornada las “emocionó y llenó el corazón” por la cantidad de gente que fue; lo principal es que Andrea pueda descansar en paz, “sino nosotras no podemos seguir”, confesó.

Guillermo Castana, tío y padrino de la mujer asesinada expresó que se encuentra atravesado por una “sensación de angustia, desesperación, indignación e impotencia”. Si bien evaluó que asistió bastante gente al evento, consideró que tendría que haber ido mucha más. “Esto no se trata sólo de Andrea, ella está muerta y no va a volver; se trata de las mujeres que van a seguir muriendo por locos y enfermos que andan sueltos con una impunidad terrible”, comentó.

En relación al avance del proceso judicial, precisó que no hay novedades; sólo que el estudio de ADN se realizará en otra provincia y ayudaría a saber la procedencia del criminal; “pero nada concreto que nos lleve a la punta del ovillo”.

Al pié del Cerro de la Cruz las amigas ofrecieron unas palabras para los presentes. “Andrea Castana subió a este cerro un día como hoy a plena luz del día entera, feliz, plena. Nos la devolvieron muerta. La violaron, golpearon, estrangularon y enterraron. Es una víctima más de femicidio; con el agravante de que su caso sigue impune; por esa razón seguimos la lucha que comenzamos hace tres años y vamos a terminar sólo cuando se sepa la verdad”, aseguraron a viva voz las jóvenes.

Nadia y Macarena afirmaron que tienen dos objetivos: la memoria y honor a su amiga, y la justicia. En relación al primer eje destacaron la cantidad de manifestaciones y producciones artísticas que diferentes vecinos le han dedicado a ella. Canciones, banderas, libros, obras de teatro y “un mural y medio”, comentaron con ironía en relación a la pared que la Municipalidad construyó y que tapa uno de ellos.

 

Hernán, ayer y hoy

El martes siguiente a la movilización, familiares de Hernán Sánchez organizaron una volanteada por el centro de Villa Carlos Paz para conversar con los vecinos, repartir imágenes de él en los comercios y visibilizar la ausencia de justicia.

Sucede que a mediados del año pasado, y a través de una publicación del diario La Voz del Interior, se dio a conocer que el fiscal Ricardo Mazzuchi pretende cerrar la investigación sobre la muerte de Sánchez, concluyendo que se trató de un suicidio. La hipótesis del titular de la Fiscalía de Segundo Turno es que el fotógrafo de 32 años se ahorcó a pocas horas de haber dejado su casa el mismo día que desapareció.

La familia Sánchez se enteró de esta noticia a través de los medios de comunicación, no recibieron un aviso formal de la fiscalía. En ese momento apelaron la decisión y están a la espera de una respuesta del Tribunal Superior de Justicia de la provincia.

“No estoy conforme con cómo está actuando la justicia. Siento que nos están tomando el pelo”, afirmó Sandra Sánchez, hermana de Hernán. Y recordó que la autopsia demostró que el joven fotógrafo “fue torturado y asesinado”.

“Hernán no se suicidó. Tenía los dedos quebrados, le faltaba un diente que se lo habían arrancado, le falta un pedazo hueso de la cadera. Tenía golpes, signos de haber sido arrastrado y una herida en el abdomen que le causó la muerte. Fue torturado y asesinado”, subrayó.

Durante la volanteada, Sandra aseguró que la gente recibió positivamente la iniciativa y comentó que se encontraron con varios conocidos de su hermano y mucha gente que no sabía que la causa no se había cerrado. “Me gustaría que esto se resuelva ya y que el año que viene que podamos saber donde y cómo estar con Hernán, porque él no está con nosotros, está en una morgue y sabemos que se murió, pero hay algo que falta para poder cerrar esto”, expresó.

La mujer comentó que la propuesta era hacer un recordatorio y un pedido pacífico de justicia. “Es difícil que la gente se involucre y es muy desgastante esperar y ver que no hay nadie. Así que decidimos hacer algo más tranquilo, las últimas veces la policía pidió que nos fuéramos. Yo no estaba participando tampoco porque me habían intentado atropellar con un auto”, explicó.

Actualmente los familiares del joven se encuentran esperando la respuesta ante la apelación que elevaron al Tribunal Superior de Justicia para impedir que Mazzuchi cierre la causa. Sandra negó cualquier tipo de comunicación con el Fiscal con quien, de hecho, tuvieron escaso diálogo a lo largo de todo el proceso.

 

La trama judicial

Andrea y Hernán serán parte de la historia de Villa Carlos Paz no sólo por la proximidad temporal y geográfica con que fueron encontrados, ni por la brutalidad con la que fueron asesinados. Ambos son testigos sordos de una justicia que despierta enormes sospechas y muy pocas certezas. No se sabe bien qué pasa, qué hay detrás y el porqué de las decisiones de los funcionarios; pero por el momento la justicia no ha demostrado estar a disposición de los damnificados. Mientras tanto, ambas familias niegan rotundamente la posibilidad del azar en los ataques y aseguran que las evidencias dan muestras de asesinatos violentos y preparados.

“No estoy conforme con la forma en la que la justicia se está manejando. Por más que me digan que tenga paciencia y que confíe en la justicia, pasaron tres años, siento que me toman el pelo y no le están dando la importancia que se le debe dar”, evaluó Sandra Sánchez; y rechazó de plano toda posibilidad de un suicidio. “Previo a su muerte fue torturado, por algo que vio, algo sabía y lo mataron por eso”, aseguró. La hermana del fotógrafo negó tener conocimiento de las particularidades específicas que rodean el asesinato, pero recordó que una de las hipótesis es que el joven le haya sacado una foto comprometedora a un funcionario público que buscó eliminar ese registro.

En comunicación con Villanos Radio 100.7, Sandra instó a la justicia a que “trabajen con seriedad” y que se pongan en el lugar de la familia. “No trabajen en favor de otros, sino en lo que realmente corresponde, la justicia. La esperanza es lo último que se pierde, más allá de las formas sucias en las que se trabaja y la falta de voluntad. Hay asesinos sueltos, es muy feo andar con miedo porque no sabes si el criminal está cerca tuyo o si vive en tu misma ciudad. Tengo esperanza de que la gente que está en la justicia tome conciencia y justamente trabaje para lograr justicia; no en beneficio de otros”, observó.

Por otra parte, en relación a la recompensa y la línea telefónica que el gobierno provincial habilitó para aportar datos, la mujer indicó que sólo hubo un llamado y no fue de importancia. “Quien pueda aportar no lo hace porque tiene miedo, esa es la realidad. Está todo tan sucio que no se sabe si realmente la persona que aporte datos va a estar protegida o no. No se sabe si la línea la pusieron para descubrir a los asesinos o para  saber si alguien más sabe. Dudo y no confío en nadie”, sentenció.

Esta descalificación hacia el actuar de la justicia es compartida por Guillermo Castana, quien destacó que en el momento en el que se encontró el cuerpo se accionó de una manera desastrosa. “La montaña se convirtió en un shopping. Se llenó de gente, muchos con buena voluntad, pero eso ayudó a que cualquier prueba se pierda. Donde se encontró el cuerpo, los que se quedaron custodiando el lugar destrozaron todo para hacerse una choza para pasar la noche. O son idiotas o cómplices”, observó.

Frente al cerro, el padrino de Andrea evaluó que el tiempo de la justicia es demasiado lento para las familias que buscan una resolución para despedir en paz a los fallecidos. “No sabemos qué hizo la justicia hasta ahora y esta altura del partido ya no sé qué pensar, pero me molesta mucho que haya tanto silencio. Lo que es seguro es que no fue al azar, porque es demasiado perfecto el crimen. Un violador no se toma tanto trabajo para ocultar las evidencias; y hasta es probable que el asesino esté acá rondando entre nosotros”, manifestó.

Por su parte, Nadia Corzo sostiene que todo estuvo armado: “No fue un crimen al azar, la escondieron, no estaba desde el momento cero ahí, la ropa se encontraba en otro lado. Esto fue muy prolijo, se tomaron todo el tiempo del mundo”.

Si bien se trata de sospechas y dudas, más que de pruebas que acrediten una complicidad del poder judicial con los asesinos; el relato de los familiares es un indicador fiel de la inoperancia de los funcionarios para dar respuestas, contener y amparar a los ciudadanos. No obstante, la trama de las dos causas y sus explicaciones permanece a la espera de una respuesta; mientras esto sea así, el reclamo será vigente y fundado.

 

Tres años igual

A 36 meses de los dos crímenes, ambas causas corren el riesgo de ser cajoneadas sin brindar un esclarecimiento certero de las circunstancias.

Minutos antes de gritar con estridencia “¡No se olviden de Andrea Castana!”, sus amigas aseguraron que el objetivo central de su lucha es lograr que Andrea descanse en paz. “Es muy difícil estar en este cerro cada año, nos tiemblan las piernas. No es fácil perder a tu amiga de la noche a la mañana, no saber quién fue y encima tener que sacarte las lágrimas, ponerte la remera y salir a la calle. Pero eso es lo que nos tocó y así lo asumimos. Nuestra lucha está más fuerte que nunca, vamos a seguir de pie como sea y contra quién sea hasta el final, hasta la justicia”, precisaron.

En marzo de 2015, a pocos días de ser encontrados los cuerpos, La Jornada concluía el informe del suceso con unas palabras que se repitieron en los años posteriores. Lamentablemente no podemos hacer rectificaciones sobre aquél párrafo final; no por pereza periodística ni falta de innovación, sino porque la realidad es la misma y el silencio permanente impide agregar algo nuevo a lo que transmitíamos tres años atrás: “Indignación y dolor en cada una de las familias involucradas. Indignación y dolor que esta vez ha despertado la solidaridad de gran parte de la población carlospacense. Las respuestas las deberán dar los responsables de que estos casos se esclarezcan. Responsables policiales, judiciales y políticos. Hemos tocado fondo y la respuesta a esto jamás puede ser el silencio”.

 

Nota correspondiente a la edición n° 506 del semanario La Jornada, del 19 de marzo de 2018.

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