Por Hernán Ibar
El exjugador de Atlético Carlos Paz viene siendo la revelación en la máxima categoría del fútbol paraguayo. Tras su debut en el campeonato de Primera División junto a Cerro Porteño, en los últimos días tuvo su primer encuentro de manera internacional en la “Copa Sudamericana” venciendo a Fénix y accediendo a la siguiente fase.
Tras su buen andar en la Reserva donde salió campeón, siendo uno de los pilares y referentes del equipo, se ganó la consideración de todos.
En el último mercado de pases “Santi” iba a ser cedido a Rubio Ñu, pero el actual técnico del “ciclón”, Gustavo Florentín, pidió a los dirigentes que el “capitán” se quede con el plantel profesional “azulgrana”.
La historia comenzó en las canchas de la Cooperativa Integral de Carlos Paz. Allí Santiago Molina empezó a tener sus primeros romances con el “gol”, en aquel entonces bajo la conducción del profesor “Pato” Chávez.
Luego de un viaje a España, volvió a la villa serrana y su camino siguió en Atlético Carlos Paz, integrando la categoría 96. Pero lo mejor recién estaba por comenzar.
Instituto de Córdoba fue la próxima parada. El mariscal comenzaba a crecer y eso se notaba dentro del campo de juego. Integrando listas de buena fe en inferiores de AFA, con buenas actuaciones en la defensa, Molina ya era conocido por todos.
Pero como en toda carrera, la historia tiene una parte agridulce, aquella temporada en la cual el “cordobés” se lesionó los ligamentos y estando frenado por varios meses en Instituto, aparecían las ganas de abandonar su gran amor, el fútbol.
Sin embargo, Santiago Molina una vez más demostró ser todo un profesional, con un gran trabajo y dedicación se pudo recuperar, el sueño de jugar en el Mario Alberto Kempes lleno de gente seguía latente, y aun mas, de poder estar en algún mundial.
Lo mejor estaba por venir ya que el carlospacense se metió de lleno en el mundo del fútbol, varios representantes pusieron sus ojos en él, pero su futuro no estaba en Argentina. El defensor dejó a la “gloria” para armar su bolso y partir rumbo a Paraguay.
Con el apoyo de su papa “Tatín”, gran compañero y referente en todo esto, y qué decir de ellas, mamá Carina y sus hermanas, Tatiana y Tamara, quienes acompañaron al más chico de los Molina que iba a dar el gran salto de su carrera donde Cerro Porteño lo aguardaba con las puertas abiertas.
De chico quería ser 9 pero sin saber que sus habilidades estaban en la otra área, siendo el capitán de la defensa.
Hoy ya consolidado en Paraguay lo consideran el “Kurepa” de Cerro por la guapeza en la cancha.
Entre los pasillos de “la nueva olla” ya se habla del “pendejo” que no se calla adentro de la cancha, a pesar de sus primeros minutos con los más grandes él no se achica y hasta se anima a arengar a los suyos.
En Paraguay ya tomaron nota del central argentino, que tiene 1,87 de estatura, queriéndolo nacionalizar para que juegue en principio en la Sub-23.
Pero Santiago no desespera, con tan solo 20 años es todo un profesional, con las palabras suficientes se comporta como un referente, imaginándose que esto recién comienza. Que aquellos esfuerzos que realizó de chico hoy están dando sus frutos y aun teniendo en cuenta que faltan muchos bolsos por armar, países por recorrer y goles por hacer…
Un año que quedará en la historia de Santiago Molina…pero guarda, que en esta película recién comienza la mejor parte…
– ¿Cómo viviste tu debut en la máxima categoría de Paraguay junto a Cerro Porteño?
– El debut lo viví con mucha adrenalina, fue algo hermoso cumplir un sueño, es algo inexplicable.
– Al segundo partido jugás tu primer clásico frente a Olimpia, ¿que se sintió en esta oportunidad?
– Más allá que sea mi primer clásico, era jugar un partido con la cancha que explotaba, fue algo muy lindo y lo disfruté mucho.
– Además tuviste tu primera experiencia internacional jugando la “Copa Sudamericana” y accediendo a la siguiente fase?…
– Sí, es muy lindo y te suma mucha experiencia por lo vivido.
– La temporada viene siendo histórica para vos… en la primera parte del año saliste campeón con la reserva de Cerro
– Hicimos una campaña muy buena con la reserva, inclusive varios jugadores tuvimos la chance de subir al plantel profesional.
– ¿Cómo es vivir en Paraguay lejos de la familia y amigos?
– Se hace difícil cada día estar lejos de ellos, se los extraña muchísimo, pero está mi novia viviendo conmigo acá y me ayuda bastante para que no se sienta tanto el extrañar.
– ¿Cómo nació tu amor por la pelota?
– El amor nació de varias generaciones, lo heredé de mi abuelo y también de mi viejo.
– A lo largo de tu carrera te tocó vivir algunas situaciones malas…
– Creo que como todo jugador, hace dos años me rompía la rodilla y pensaba que se acaba todo. Y hace ocho meses quedé afuera de la lista de la Copa Libertadores Sub 20. Se hizo todo muy difícil para mí, porque me esforcé mucho para estar ahí adentro y al final fui uno de los tres que sobraron.
– ¿Seguís al Atlético Carlos Paz?
– Sí, lo sigo al Atlético, me enteré que vienen en un buen presente dentro de la Liga Cordobesa de Fútbol.
– ¿Que recordás de tu paso por Instituto?
– Me quedan recuerdos lindos nomas, menos el último año. Pero es muy grande el cariño con Instituto, yo lo amo.
– Por otro lado también estuviste convocado a Selecciones Juveniles Nacionales…
– Fueron buenas las experiencias, lástima no poder jugar ningún partido oficial pero fue algo muy lindo.
– ¿Qué referente tenés dentro del fútbol?
– Me quedo con Diego Lugano, tuve la posibilidad de entrenar con él y la verdad que no lo podía creer.
– ¿Cuál es tu sueño en este deporte?
– En si son muchos, pero mi sueño es jugar un mundial.
– ¿Cuánto tiene que ver tu familia en todo lo que has logrado hasta el momento?
– Mi mamá, papá, hermanas, novia y amigos, todos tienen lo mismo que ver, ni alguno más ni alguno menos. Ellos estuvieron en las buenas y también en las malas.
Nota correspondiente a la edición n° 430 del semanario La Jornada, del 21 de agosto de 2016.
