Santiago Gutiérrez: “El desafiar lo imposible está siempre latente”

En su sesión del pasado miércoles, la legislatura provincial brindó un merecido homenaje al carlospacense Santiago Gutiérrez (40).

La iniciativa fue impulsada por el legislador Adolfo Somoza (Frente Cívico) con el objetivo de reconocer al atleta que atravesó a nado el canal de Beagle.

Cabe recordar que Gutiérrez perdió la movilidad de sus piernas por un accidente vial en 2012 y hoy padece paraplejia. Aun así, logró cruzar varias veces el lago San Roque. Y este año, el domingo 5 de febrero, se sumergió en las aguas heladas del Canal de Beagle y nadó 1,8 kilómetros entre Cabo Peñas (Chile) y Puerto Almanza (Argentina) en un tiempo de 45 minutos y sin equipo térmico. La hazaña se realizó en el marco de la celebración del Bicentenario del Cruce de los Andes por el General San Martín, uniendo Argentina y Chile.

En este sentido, se destacó el mensaje del atleta a través de sus desafíos deportivos, para la sociedad como ejemplo de lucha y decisión para sobreponerse a situaciones de tal adversidad.

 

“El desafiar lo imposible está siempre latente”

En una charla con VillaNos Radio, Gutiérrez se refirió a sus próximos proyectos, entre los que se destacan unir las Islas Malvinas y cruzar el estrecho de Magallanes, y contó que están intentando armar en Villa Carlos Paz un grupo NAF (Nadadores de Agua Fría).

“Tres amigos comenzaron con esto en Ushuaia hace varios años, y nosotros estamos armando el grupo de a poco en Carlos Paz. Nos estamos conociendo y haciendo algunas actividades, como nadar en distintos balnearios, incluso de noche. La gente se está sumando, quiere probar y saber de qué se trata. No buscamos crear un grupo de elite, pero sí de gente que quiera disfrutar del río todo el año, siendo responsables y cuidadosos”, explicó.

Contó que “la universidad donde te recibís oficialmente de NAF es cuando hacés el cruce del canal Beagle, donde hay todo un equipo que te ayuda para que el proyecto sea viable”.

Cumplida esa meta personal, el siguiente objetivo que aparece en el horizonte es unir las Islas Malvinas por el estrecho de San Carlos.

“Son 4,5 kilómetros en línea recta, pero con las derivas que siempre están se puede alargar hasta 6 kilómetros”, describió.

La idea es intentar esta nueva hazaña en marzo. “Estoy haciendo las gestiones y entrenando desde ahora. Con calma. La idea es cruzar a nado por el estrecho de San Carlos, que tiene el significado especial de que por ahí entraban los aviones argentinos a bombardear los barcos ingleses durante la guerra de Malvinas”, destacó.

Pero mientras ese proyecto se va gestando, “estamos tramando entre todos los nadadores de agua fría de Argentina, la posibilidad de hacer el cruce del estrecho de Magallanes por la parte argentina que tiene unos 35 kilómetros”.

“Se hace con relevos. O sea, tres personas nadan 2 o 2,5 km, salen y entran otros tres, y así. Todavía no tenemos fecha”, dijo. Y rescató que en el grupo, “tenemos nadadores reconocidos a nivel internacional”.

Sobre cuál es la reacción de la gente cuando cuenta los proyectos que quiere encarar, reconoció que no falta quien le diga que está loco.

“Pero no me conocen. Yo me entrené durísimo siempre, y cuando tuve el accidente, a los sietes meses ya estaba en la pileta del Club Carlos Paz nadando. Algunos me dicen que estoy loco y creen que no tengo la determinación para hacerlo”, afirmó.

De todos modos, aclaró que a la hora de enfrentar un desafío “no busco demostrarle nada a nadie, sino a mi mismo que soy capaz de hacer y mostrarle a la gente que está en discapacidad que puede lograr cosas sin ser súper humanos o atletas de elite”.

“El mensaje primario fue para esa gente y tuvimos mucha repercusión en diferentes países”, señaló sobre lo que significó que una persona con discapacidad motriz cruzara por primera vez a nado el canal Beagle.

Por eso, dejó en claro que no se plantea límites. “El desafiar lo imposible está siempre latente. Es bonito”, concluyó.

 

Foto: Rubén Tomasi / 168 Horas

Nota correspondiente a la edición n° 467 del semanario La Jornada, del 28 de mayo de 2017.

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here