Punilla, tierra de fiestas y festivales

Por Valeria Flesia

Tapa_401_la_jornada_24-01-16Córdoba tiene entre sus slogans la promesa de “fiestas y festivales” en cada vuelta del camino. Así, los pueblos de los distintos valles fueron expresando su identidad a través de conmemoraciones, encuentros típicos, tradiciones renovadas que se encolumnaban en la intención de atraer a los turistas que visitan las sierras, a los vecinos de otras localidades cordobesas y a aquellos nostálgicos que se reencuentran con sus raíces en una buena fiesta con sus vecinos.

Durante mucho tiempo, las festividades renombradas del Valle de Punilla fueron el Festival Nacional del Folclore de Cosquín, con proyección internacional en el sentido de adentro hacia afuera, y el Festival de la Avicultura, más cercano en el tiempo pero con una fuerza ineludible que hoy lo lleva a posicionarse entre las grandes convocatorias.

Entre uno y otro existen corrientes de atracción y retracción que hablan de una cultura popular viva relacionada con los gustos de los espectadores en dos grandes vertientes: aquellos que vienen a buscar el arte tradicional entendido como esencia de la argentinidad y aquellos que disfrutan del entorno serrano, rústico, informal, marco ecléctico para una mezcla popular sobre el escenario. Cosquín, por un lado, guardián de las tradiciones folclóricas en sus inicios, dio lugar a diferentes discusiones cuando propuso sobre su escenario a lo largo de sus nueve lunas a rockeros, tangueros, cuarteteros, pop latino y otras rarezas provocando encontradas opiniones entre quienes esperaban, como desde siempre, que el escenario Atahualpa Yupanqui fuera el semillero de nuevos valores de la música folclórica. Otros, encontraban que el Festival  también debía ser el pulso del gusto popular por lo que los diferentes géneros musicales, propios y foráneos, en la voz de los artistas reconocidos por el público debían si o si tener un lugar. Otra discusión la dio el cuarteto, y la ganó ya que en estos días casi nadie intervendría sobre su medalla de “folclore cordobés”.

 

¿Qué tendrá Santa María?

El censo de 2010 indicó la presencia de 9525 pobladores estables en la localidad lineal situada sobre la Ruta 38 lindando con Villa Bustos y Bialet Massé, consustanciada quizás sería la palabra ya que los poblados se van sucediendo casi sin interrupción hasta llegar a Cosquín. Zona de rica historia precolombina ya que a la llegada de los españoles y en crónica de los propios españoles, los originarios comechingones estaban en guerra territorial con los sanavirones. El arribo del invasor europeo interrumpió y devastó estas estirpes para fundar sus propios asentamientos aunque es posible pensar en inevitables mixturas así como es interesante imaginar este espacio serrano densamente transitado ya, desde aquellas épocas, frente a otras regiones de la Argentina con escasísima o nula población. La zona era hollada por pies de todo tipo desde tiempos inmemoriales y este uso transitorio de la tierra para recrearse, para curarse, para descansar el alma y el cuerpo podemos pensar como especulación que ha quedado como marca en los hábitos de recepción de los actuales pobladores, en su capacidad mimética de adaptarse a cualquier posibilidad de asistencia  y bienvenida en una ceremonia reiterada.

La historia de Santa María de Punilla continúa a lo largo del siglo XIX y especialmente el XX con improntas productivas distintivas, afluencia de inmigrantes italianos y españoles, una curiosa colonia de japoneses y el inicio de la cría de aves de corral, especialmente para la producción de pollos y huevos frescos. A principios del 1900 se instaló en las tierras de Santa María  la Estación Climatérica para el tratamiento de la temida tuberculosis y otras enfermedades pulmonares. El derrotero de los edificios de la Estación hasta devenir en el Hospital para atención de enfermos mentales forma parte de otra historia pero ilustran muy bien la naturaleza heterogénea de un pueblo y sus habitantes atravesados por tiempos y costumbres híbridas, enfermedades, tradiciones, vivencias y leyendas.

Quizás algo de esta naturaleza predispuesta a la mezcla y un irreprimible deseo de asomar sobre la mera existencia hacen que hoy Santa María de Punilla tenga una Fiesta dedicada a su actividad productiva pero que hace un par de años decidió abrirse a los artistas internacionales, “invertir en el turismo para visibilizar nuestra localidad”, como dice su intendente Dardo Zanotti con una sonrisa de oreja a oreja cuando anuncia una grilla que deja mudo al más pintado: “Esto no termina en este fin de semana, el próximo fin de semana de enero tenemos la chaya de Sergio Galleguillo que viene a festejar su cumpleaños con sus amigos artistas, una fiesta enorme para deleite de todos, los primeros días de febrero llega el Cosquín Rock al Aeródromo de Santa María de Punilla y esperamos miles de visitantes de toda Latinoamérica, en nuestro teatro municipal estamos presentando teatro, obras que están en otras localidades de Punilla y llegan a Santa María: Claribel Medina, Nazarena Vélez, Marta González, Arnaldo André, todo esto en el marco del mejor clima del mundo que es el que nos caracteriza y la hospitalidad de nuestra gente”.

Y en ese marco también da para preguntarle cómo hace y responde con la misma sonrisa a Cadena 3: “Siendo austero cuando hay que serlo y arriesgado cuando conviene al pueblo, viviendo como siempre con las puertas abiertas y ofreciendo lo mejor de lo nuestro”.

Santa María de Punilla y su 24º Fiesta de la Avicultura recibieron durante el fin de semana del 18 de enero de 2016 a 21 mil visitantes llegados de todo el país. Los shows ofrecieron figuras como  Jorge Rojas, Amaia Montero (de La Oreja de Van Gogh), Luciano Pereyra y el Puma Rodríguez entre otros. La fiesta en el escenario se complementa con las especialidades avícolas ofrecidas por el pueblo entero que cocina sus pollos al disco, bochettes,  choripollo, pollo al champiñón y muchas otras delicias que parecen ser tan importantes como los artistas.

¿Hay tradición en Santa María de Punilla? Y cómo no la va a haber, su rica historia de idas y venidas de pueblos en mestizaje, de ciencia y leyenda, está anclada en su capacidad de transformar en éxito cualquier velada haciendo convivir en su tierra el folclore, el rock, la melodía internacional, el teatro tradicional, el carnaval chayero,  el teatro de vanguardia en el Hospital Santa María, y un rico pollo a la parrilla bien regadito.

 

De fiesta en fiesta

Santa María ya está en la huella de los grandes festivales: Cosquín, Villa María, pero hay otros en Punilla que no ofrecen esta grandiosidad sino que apelan a otra cuestión quizás más íntima pero no menos efectiva.

A partir de una decisión estratégica de la Agencia Córdoba Turismo a través de su director en Punilla, Fabricio Díaz, se han dado a conocer al gran público a través de la difusión masiva en los grandes medios de comunicación de estos encuentros que ya son tradicionales por la permanencia y también por la oferta localista relacionada con la identidad especial de cada lugar. Así, el Festival del Pan Casero de la pintoresca localidad de Mayu Sumaj está cumpliendo 19 años y su impronta artesanal está relacionada íntimamente con el noble producto de sus manos. En palabras del jefe comunal, Fabián Flores, el tradicional encuentro “rescata el camino de la tradición de nuestro pueblo, aquel que recuerda la llegada de las migraciones de cordobeses provenientes del sector noroeste de nuestra provincia quienes decidieron hospedarse en Mayu Sumaj. Esos padres y madres buscaron un mejor futuro para sus hijos a través de la elaboración del pan casero. Estos emprendimientos familiares forjaron a base de sacrificio la posibilidad de que muchos jóvenes pudieran acceder a sus estudios y llegar a su oficio o profesión”.

En su última edición, el Festival del Pan Casero alió la venta de entradas con el aporte a la Fundación Deuda Interna que recibía una parte de esa venta para sus acciones solidarias entre comunidades originarias. Dado el éxito de la convocatoria, año tras año sueñan con otra proyección y con una competencia que reúna a los artesanos del pan casero de todo el país a competir al estilo de la competencia de salames entre localidades cordobesas (cuestión que apuntala aún más la relación de la tradición de cada pueblo con su actividad productiva-artesanal).

La Fiesta de la Peperina originada en la bella Cabalango, aún más modesta en sus orígenes, adiciona un elemento contundente a su oferta como es el desfile gaucho por sus calles y el posterior intercambio del público foráneo con esa expresión humana, animal y costumbrista de la tierra. Un asiduo participante de la Fiesta y vecino de Villa Carlos Paz, Fernando Villa, relata su experiencia: “Es una fiesta del pueblo, una hermosa opción para ir con la familia y comer asado con cuero, locro, empanadas, comidas típicas riquísimas. Hay que llevar reposeras, porque hay unos tablones y sillas que se llenan rápido. Me gusta mucho la parte familiar en donde se pueden escuchar grupos nuevos, de la zona, me parece una hermosa oportunidad para salir del ruido de Carlos Paz a disfrutar de esta fiesta mirando el cielo, a sólo 10 minutos en auto. Este año se anuncia un grupo como Los Trajinantes que es muy bueno y eso me hace pensar en que la fiesta va creciendo. Tiene mucha importancia, también, el humor, el baile y el cuarteto, para el que quiera quedarse son muchas horas, cosas ricas de la gastronomía folclórica y una mezcla de gente interesante para compartir”.

Fabricio Díaz de la Agencia Córdoba Turismo al hablar de la Fiesta de la Peperina indica que la gastronomía tradicional es muy importante: “Natalia Sayas, la jefa comunal, le da a la fiesta una impronta muy filantrópica así como a toda su gestión. El buffet es preparado en su totalidad por entidades como los Bomberos,  la cooperadora del Hogar de ancianos, la escuela, y otra gente del pueblo siempre con mucho cariño y esmero, pensando en brindar a la gente lo mejor que tienen. Así reciben por igual a los gauchos que bajan del monte como a turistas llegados de todo el país y que están vacacionando en las sierras. Son las grandes posibilidades que da Córdoba”.

La Fiesta de la Peperina se está presentando este fin de semana del 23 de enero.

Otra gran opción prevista para febrero en su quinta edición y creciendo es la Fiesta Provincial del Cordero Serrano en Tanti. Los organizadores esperan 8 mil personas en esta edición que combina exquisita gastronomía organizada en torno al animalito que le da el nombre y folclore en el escenario del Anfiteatro Municipal con importante presencia de nuevos cantautores.

El municipio organiza junto a sponsors a los que se intenta sumar para continuar creciendo en tradición para que la fecha sea una fija en el calendario cordobés de eventos.

 

Lo popular y tradicional

Quien conduce habitualmente estas fiestas en el sur de Punilla, la locutora Verónica Guía de Villa Carlos Paz, dueña del programa de radio Recorriendo Caminos, un clásico del folclore con 18 años de permanencia da su impresión sobre lo que representan:  “Tratan de rescatar lo popular porque va el pueblo, intentan que lo tradicional que es el folklore no se pierda y en algunos casos rescatar productos del lugar o al menos que los visitantes lo prueben y conozcan como pan casero,  peperina,  cordero y otros que conozcan su historia como la Fiesta del Indio Bamba. Se comparte una comida típica, música, artesanías  y particularmente se esperan este tipo de eventos porque ya marcan un clásico en el almanaque y uno se acostumbra a visitarlos. Algunos son más populares que otros ya sea porque no se cobra entrada, porque gustan más, y otros son más tradicionales por los años y porque la gente lo hace clásico”.

Vero rescata el esfuerzo de comunas y municipios para mantener estas festividades que abrevan en lo tradicional y lo renuevan para que no se pierda: “Se hace mucho esfuerzo, lo hace el pueblo entero y es muy lindo cuando les va bien y empiezan a soñar con el año siguiente”.

Díaz indica que desde la Agencia Córdoba Turismo se brinda una atención especial a estas fiestas locales de verano que se complementa con la promoción durante el año de otras festividades como las patronales: “Desde hace varios años se da especial impulso publicitario a estos eventos que tienen que ver con la identidad productiva y cultural de los pueblos y convocan un público amante de aquello que consideran autóctono y genuino. Les insistimos a los intendentes y jefes comunales en que estas festividades deben encontrar su tono propio para que no dependan de un color político de turno y tampoco de la asistencia económica total del Estado. Yo particularmente creo y la experiencia nos lo muestra así que las más exitosas y permanentes son aquellas en el pueblo se ha “puesto de novio” con la fiesta o el evento, el pueblo es el que ha “comprado” la esencia de la propuesta y lo moviliza y en ese movimiento atrae y encanta a quienes vienen a participar.

Jorge Furt (1902-1971), eximio filólogo, y vecino ocasional de Villa Carlos Paz en su castillo de Villa del Lago, enamorado de los saberes tradicionales y nacionales, en una “advertencia” presente en su gran obra compiladora, el “Cancionero popular rioplatentense” del 1923, expresa: “Entraña [esta obra] por otra parte, una sincera si menguada ofrenda a la argentinidad, en los gauchos que ya ven profanado el inculto suelo, con el extranjero que destruye las tradiciones, y el arado que descubre sus flancos, poblados aún ayer de misterio y leyenda (9-10)”. Así, en este pequeño párrafo, el intelectual rinde honores a la poesía gaucha, a la nación étnica atravesada desde la tierra por “misterios y leyendas”.

Algo que ver con eso tiene, quizás, el deseo de visitantes y locales de mezclarse por unas horas con el gauchaje llegado a pie y a caballo, de bailar una zamba revoleando el pañuelo o una chacarera copiando al de al lado, de dar el mordisco suculento a la empanada de piernas abiertas para ver caer el jugo hirviente sin ensuciarse y, por qué no, al filo de la madrugada, sacudir un cuartetazo de manos tomadas. Mientras todo esto pasa, algo surge de la tierra y hermana, un hálito espeso que le pone algo de conmemoración sagrada.

 

El ‘Carlos Paz Musical’ fue un sueño que duró poco

Alcides Raies - Carlos Paz MusicalEl mítico programa de televisión carlospacense y hoy un archivo ineludible de las idas y vueltas, avances y retrocesos de la ciudad, “Encuentros”, con la conducción y producción de Eldor Bertorello y Luis Tórtolo está preparando un documental dedicado al barrio La Cuesta.

Entre sus perlas surge la figura de Alcides Raies y su enorme propuesta de hace 20 años: el ‘Carlos Paz Musical’.

Alcides Raies lo organizó allá por el 1995. La primera edición fue en el Poli y la segunda en la cancha de fútbol del Club Carlos Paz, para la tercera, el promotor esperaba tener escenario propio en un ambicioso proyecto con 3000 populares y 2000 plateas en un espacio donde hoy está la parte de atrás del Hotel Pinares del Cerro contra la montaña. El propio Jalisco relata en un material de video que generosamente comparte Luis Tórtolo, desde el desmonte mismo del espacio a construir: “La elección de este lugar no se hizo al azar, hemos traído gente que lo seleccionó, no queremos perjudicar a nadie sino que sea una gran obra para Carlos Paz”. Para la temporada siguiente, Raies esperaba poder convocar a Enrique Iglesias, Cristian Castro a quienes consideraba los “jóvenes valores melódicos que iban a ser el boom de esa temporada de verano” y a Mariano Mores para conducir la velada dedicada al tango. El productor artístico era Oscar Mediavilla, todo de primer nivel “para que la gente nos crea”, explicaba ese gran hacedor que se quedó con las ganas, “Jalisco” Raies.

Luis Tórtolo fue contratado en aquella época para hacer el backstage del Festival desde que bajaban el sonido de los camiones y recuerda: “Fue un momento increíble, los personajes que tuvimos tan cerca: Mercedes Sosa, Diego Torres, Valeria Linch, Los Pericos, Patricia Sosa con un sonido de mucho nivel, todo tenía gran calidad”. En su recuerdo, Tórtolo atesora esos momentos como muy intensos: “El público no acompañó mucho, era el comienzo de algo y había que bancarlo, que sostenerlo en el tiempo. Yo creo que los grandes festivales en sus comienzos también habrán tenido sus vaivenes pero había muchas ganas de seguir, no se pudo y sumó al triste ranking de grandes cosas en Carlos Paz que no superaron la segunda edición”.

Lo que pasó después fueron los ataques a la posibilidad de continuar de Raies, se desdibujó el impulso del empresario y de quienes lo acompañaron con el resultado de todos conocido: hoy la ciudad reclama por un espacio para la música popular con gran capacidad para elevarlo al nivel de Festival  y no lo tiene. La historia completa de lo que pudo ser la veremos con nostalgia en la presentación del documental ‘Encuentros en La Cuesta’.

 

Nota correspondiente a la edición n° 401 del semanario La Jornada, del 24 de enero de 2015.

1 COMMENT

  1. Punilla tierra de fiesta, pero sin agua, por lo menos aca en Parque Siquiman donde el jefe comunal el Sr Nestor Cuello y su sobrino el Sr Soto, no dan respuestan, ni siquiera dan la cara a la falta del servicio que se extiende desde hace una semana.
    Que pretenden estas personas, que la gente venga a vacacionar y bañarse con tierra?
    O hacer sus necesidades en el patio?

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here