En el marco de las obras de ensanchamiento de la calle Roma en barrio Altos del Valle (ex 400 Viviendas), el municipio arrasó con los árboles que había en el lugar lo que generó la preocupación de vecinos y ambientalistas.
El proyecto prevé que la arteria pase de tener 10 metros de ancho a más de 20 metros, con un cantero en el medio y veredas en los laterales.
En el cantero, y como manda la estética que le imprimió la gestión Avilés a las obras viales, se colocarían palmeras.
Pero lo que más preocupa son los efectos que tendrán estos cambios sobre todo en lo relacionado al escurrimiento del agua en épocas de lluvia.
“Estamos viendo como una topadora tira abajo cientos de árboles, algunos autóctonos y otros no… Han dejado un algarrobo y un tala por vergüenza, y todo para construir un boulevar de ingreso”, expresó Humberto Capitanelli. Y planteó que esa arboleda “actuaba como retención del agua de lluvia y bajando la temperatura”.
“Incluso existe la versión de que colocarían palmeras no autóctonas que en el invierno no soportan las heladas”, dijo.
Advirtió, además, que “a 500 metros de la terminación de calle Roma hay al menos cinco basurales, incluso uno de ellos se prendió fuego y un viento norte puede generar un incendio de magnitud hasta Tala Huasi”.
“Si la municipalidad no toma cartas en el asunto y actúa de acuerdo a la ley vigente serán responsables de lo que suceda”, remarcó.
Por su parte, el presidente de la Fundación Educación, Ambiente y Trabajo (Funeat), Juan Carlos Paesani, recordó que ese lugar pertenece a la Reserva Hídrica Los Gigantes creada por Ley N° 8941.
“Sin embargo, tiran abajo árboles autóctonos”, lamentó.
Al igual que Capitanelli, el ambientalista alertó sobre las consecuencias que tendrá esta modificación del terreno. “Se sabe muy bien que el barrio de las 400 viviendas se construyó en una cuenca longitudinal y estrecha del arroyo El Sauce. Saben de los efectos de las lluvias en calles transversales y casas. Ahora la escorrentía superficial va a ser más rápida, por la obra que hicieron”.
En un comentario que publicó en La Jornada Web, Paesani consideró que, “esta es la verdadera política ambiental de Villa Carlos Paz, por más existencia de Aula Ambiental, Consejo de Planificación Urbano Ambiental, secretaria de Desarrollo Urbano Ambiental y dirección de Planeamiento Físico Ambiental”.
“La realidad es la única verdad. Funcionarios sin idoneidad para hacer coincidir discursos con acciones”, remató.
En el mismo espacio, Marcela Fernández alertó que se está violando la Carta Orgánica, sobre todo cuando establece que, “el municipio debe preservar y proteger los bosques serranos urbanos y suburbanos, que constituyen áreas de alto valor ecológico con potencial de desarrollo recreativo, educativo y turístico, para el esparcimiento y beneficio de la generaciones presentes y futuras”. Además, puntualizó que las palmeras “no están permitidas” según el vigente Código de Edificación.
Nota correspondiente a la edición n° 530 del semanario La Jornada, del 03 de setiembre de 2018.
