Por el basural y el lago, se declaró la ‘emergencia ambiental’ en Villa Carlos Paz

Por Jorgelina Quinteros

Hace casi 30 años que vivo en Carlos Paz y creo que lo que nos tocó padecer la última semana fue un fenómeno inédito en la ciudad. Desde que tengo memoria el lago sufre una contaminación que se intensifica año a año con mucha preocupación por parte de algunos sectores, pero en general con marcado desinterés e indiferencia de gran parte de la sociedad y los sucesivos gobiernos municipales y provinciales.

Año a año las algas en descomposición generaban un olor a ‘gamexane’ que invadía a algunos barrios. Sin embargo, la situación actual implica un proceso biológico recurrente, pero nunca visto con esta intensidad, y muy grave para la salud de la población. La ausencia de políticas públicas socio-ambientales a nivel regional, sumada al incremento de la humedad y las altas temperaturas ocasionaron un cambio rotundo en el color del agua.

Hace décadas que estamos acostumbrados al tono verdoso del espejo de agua en determinadas épocas del año, sin embargo esta vez el agua se puso de color turquesa. Este fenómeno se debe a la proliferación de algas que corresponden a la familia de las cianobacterias. Su color verde responde al proceso de fotosíntesis que realizan cuando están vivas, pero cuando mueren -a raíz de la falta de oxígeno-, toman color celeste.

Las algas se acumularon, sobre todo, en la desembocadura del río San Antonio, entre los puentes Zilli y Carena. A esto se agregó el olor nauseabundo que comenzaron a emanar al entrar en estado de putrefacción. Este hedor se esparció por toda la ciudad generando malestar entre los vecinos.

Con el paso de los días fue incrementándose la presión y la movilización vecinal, de instituciones intermedias y organizaciones ambientales. Diez días después de que las algas y los olores comenzaron a notarse, el Concejo de Representantes de Villa Carlos Paz declaró la ‘emergencia ambiental’.

A su vez, el martes pasado comenzó un nuevo incendio en el basural a cielo abierto. Por lo tanto, el proyecto impulsado originalmente por el edil Gustavo Molina (Frente Cívico), también se hizo eco de la difícil situación en el vertedero de los residuos urbanos.

La declaración de ‘emergencia ambiental’ fue aprobada por unanimidad de los presentes, dado que se habían retirado del recinto, luego de un cuarto intermedio, los concejales Hugo Bustos, Carla Livelli y Mirta Alessio del bloque de Carlos Paz Unido (CPU).

El debate se dio en un clima casi ‘asambleario’, con muchos vecinos que ingresaron al recinto tras marchar por las calles de Villa Carlos Paz en reclamo de soluciones para la problemática del lago San Roque.

La propuesta plantea que el departamento ejecutivo, “en forma urgente arbitre los medios necesarios ante universidades y organismos competentes, para recabar datos certeros mediante análisis científicos, que determinen cuales son los efectos a la salud de la población, ante la quema del basural y la contaminación del lago San Roque y sus afluentes”.

También, se pide al intendente Esteban Avilés que en el término de 15 días “planifique un plan de contingencia de Emergencia Sanitaria, y lo haga conocer a este Concejo de Representantes”.

Otro artículo establece que hay que, “elevar comunicaciones a las autoridades provinciales y nacionales de esta declaración solicitando la ayuda correspondiente”.

“Los máximos responsables son los diversos estamentos del Estado en sus tres dimensiones municipal, de las ciudades que forman parte de la cuenca, provincial y nacional. Estamos acompañando las gestiones dándole herramientas al ejecutivo con esta declaración para que consiga los fondos tanto en provincia como en nación. Estamos para dotar a nuestro ejecutivo para que utilice todos los recursos de los que dispone el Estado para iniciar un proceso de reparación de nuestro querido lago”, desarrolló Gustavo Molina, en su banca.

“Le pido señora presidenta que nos pongamos a trabajar y las obras aparezcan”, enfatizó la concejala de la UCR, Natalia Lenci.

Durante el tratamiento del proyecto se incluyó la propuesta del concejal Omar Ruiz de exigir al gobierno de la provincia la convocatoria “urgente” del Comité de Cuenca del lago San Roque.

Vale recordar que el Comité fue creado por la ley 7773 en 1989. Se reunió por última vez el 26 de mayo del año pasado reavivando las ilusiones de que el organismo coordine acciones para comenzar un saneamiento integral de la cuenca. En aquel momento, parecía firme la decisión política de avanzar con obras que resuelvan la problemática de fondo, sin embargo, no hubo progresos significativos en ese sentido.

“El 5 de mayo del año 2016 este Concejo aprobó por unanimidad una comunicación al gobierno de la provincia a los fines de solicitar que a través de los ministros convoque a los municipios, comunas, instituciones y organizacionesno gubernamentales del departamento Punilla que son parte de la cuenca del San Roque a una reunión para la conformación de una autoridad de cuenca integrada, además, por el gobierno provincial”, recordó Ruiz. La finalidad, especificó, era “coordinar proyectos y acciones con aportes locales, provinciales, nacionales e internacionales para el saneamiento del lago”.

También, hizo mención a la historia del Comité de Cuenca y la definió como “lamentable”. “Fue creado en la década del ’80 y no hubo más de 20 reuniones en 20 años. Así no se puede trabajar. La situación es urgente para la salud pública, lo cual fundamenta claramente esta emergencia”, agregó.

“Queremos que se trabaje en conjunto a favor de que haya diálogo y acciones concretas entre todos los que están preocupados, no sólo los gobiernos si no los vecinos y las organizaciones no gubernamentales”, concluyó.

En la sesión pasada, también se aprobó una resolución relacionada a la necesidad de que los vecinos se conecten a la red cloacal en los barrios ubicados dentro de la zona servida.

En primer lugar pide al ejecutivo que informe “al día de hoy cuál es el porcentaje de conexiones domiciliarias efectivizadas en correspondencia a la zona de prestación de la red colectora de líquidos cloacales”.

Asimismo, solicita que el municipio “intime a la inmediata conexión a los vecinos que se encuentran dentro de la zona servida por la red colectora de desagües cloacales y no estuviera efectivizada la misma”.

Sobre el financiamiento, propuso que el municipio ejecute“un programa de ayuda para realizar la conexión domiciliaria a la red colectora de desagües cloacales a los vecinos que por dificultades económicas acreditadas por informe socioeconómico no se encuentren en situación de efectivizarla”.

Esta propuesta se aprobó por mayoría con siete votos a favor (Molina, Gispert, Sequeira, Lenci, Orce, Ruiz y Cuevas) y dos en contra (Roldán y Zacarías de CPU).

 

Respirar contaminación

A medida que pasaban los días, el lago se transformaba en un ‘pantano nauseabundo’ como lo definieron los vecinos que participaron de las primeras movilizaciones.

Al comienzo de la semana pasada, la escuela Carlos Nicandro Paz suspendió las clases y tomó la misma medida el Centro Parroquial de Educación y Cultura Margarita A. de Paz. También, emitió un comunicado la Asociación Hotelera y Gastronómica demandando “medidas urgentes para mejorar la calidad de vida de la población y el desarrollo armónico del medio ambiente”.

Además, las abuelas del geriátrico Los Arrayanes (ubicado en Avenida San Martín) también se movilizaron el martes para reclamar por la situación del lago San Roque. Apostadas en el puente Ezio Carena, las mujeres relataron que “el olor no se aguanta” y que esto está afectando su salud.

“No se puede dormir. Incluso yo, estoy con vómitos”, dijo Marina Lescano. “Hace nueve años que estoy en el hogar y nunca se vio esto. Yo soy alérgica. Me hincho toda, no puedo hablar y hoy ya tengo diarrea”, agregó María Achaval.

Ese mismo día el gobierno provincial inició un operativo de limpieza de algas en el lago San Roque y el río San Antonio.

Los trabajos se concentraron en el puente del centro. Al mismo tiempo se desarrolló un operativo de similares características pero en menor escala en la zona del arroyo Los Chorrillos, en Villa del Lago.

Las tareas consistían en encapsular las algas con dos cosechadoras, llevarlas con lanchas y redes hacia los laterales, y en esos puntos camiones atmosféricos las iban ‘chupando’ para trasladarlas a su destino final en contenedores, explicó Horacio Pedrone, secretario de Desarrollo Urbano Ambiental del municipio.

Asimismo, reconoció que aún no se conocieron los resultados de los estudios que encararon sobre las algas tanto la secretaría de Recursos Hídricos de la provincia como el Instituto Nacional del Agua (INA).

Por su parte, el defensor del Pueblo Alejandro Luchessi advirtió que las algas en descomposición emanan “gases tóxicos” y recomendó reforzar la ventilación de las viviendas aledañas. El ombudsman definió como un “paliativo” los trabajos de limpieza que realizó el personal provincial y municipal en el lecho del San Roque. “La cuenca necesita una obra de saneamiento profunda, permanente y de larga duración”, expresó.

Dos días después de estas declaraciones la secretaría de Salud publicó en su perfil de Facebook un folleto del ministerio de Salud de la Nación que especificaba los síntomas que generan las cianobacterias en el agua, ya que pueden ser productoras de toxinas que causan problemas de salud por ingesta, contacto dérmico o inhalación.

El jueves, mientras los vecinos marchaban y sesionada el Concejo, el municipio firmó un convenio con la provincia para completar la red cloacal de Villa Carlos Paz (ver página 12). En ese marco, el gobernador Juan Schiaretti se comprometió a avalar el financiamiento que el municipio gestione ante el Ente Nacional de Obras Hídricas y Saneamiento (Enohsa).

 

Desafío

La contaminación del lago San Roque producida por el incremento de los deshechos arrojados al espejo de agua y sus afluentes, sumado al sobrepastoreo y los desmontes en las márgenes de los ríos es denunciada hace años por vecinos y asociaciones ambientalistas locales. Sin embargo, la conciencia sobre la urgencia de que el Estado en todos sus niveles garantice una remediación integral de la cuenca, que implica acciones de saneamiento urbano y rural, es bastante reciente para algunos sectores de la sociedad.

Esto contempla el tratamiento de los líquidos cloacales, el control de los efluentes que se arrojan al lago, políticas públicas de planificación urbano-ambiental y ordenamiento territorial, limitar el pastoreo, los desmontes, los incendios forestales y la minería a cielo abierto. Pero, sobre todo, el compromiso a largo plazo del Estado de garantizar una mejor calidad de vida para todos los ciudadanos, no sólo aquienes viven a la vera del San Roque y sus efluentes, sino también para más de un millón de cordobeses que toman agua de este lago.

El desafío para la ciudadanía es mantener firme la exigencia a nuestros gobernantes de que ejecuten acciones a largo plazo y de manera integral para devolverle la vida al corazón de nuestra ciudad.

 

Nota correspondiente a la edición n° 459 del semanario La Jornada, del 02 de abril de 2017.

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