El fotógrafo cordobés, Emiliano Cantarero, por medio de la web change.org lanzó un petitorio para que cierren el Zoo de Córdoba.
Con fotos que reflejan el estado en el que se encuentran los animales explicó que “el objetivo sería poder trasladar a los animales que sea posible a su hábitat natural, a los que no sea posible por cuestiones que en su hábitat no podrá defenderse debido a como afecto en su curso de vida el hombre, mejorar su calidad de vida, disponiendo el traslado a los posibles llamados santuarios, o lugares totalmente adecuados para su desarrollo de vida con comodidad”.
Por este tema, en Entre Nosotros Rebeca, por radio Universidad, se consultó a la abogada y presidenta de la Fundación Sin Estribo, Andrea Heredia de Olazabal.
“El cierre y/o la reestructuración de los zoológicos tiene un enclave internacional. En muchas ciudades se rediscute y se replantea que objetivo y que función cumplen los zoológicos. Todo viene enlazado de la mano de un cambio de consideración moral y jurídica en relación a los animales”, manifestó.
Para Heredia de Olazabal dijo que “tener animales en cautiverio resulta algo cruel” y en base a la ley 14.346 constituye un delito penal, “porque ese animal está sufriendo desde el mismo momento que es sacado de su hábitat natural”.
Jaulas chicas, comidas que no corresponden, la tergiversación del instinto de cazar, entre otros, generan “daños irreparables” en la salud del animal, explicó la abogada. Cuestionó, además, la ubicación del Zoo, en el barrio de Nueva Córdoba, rodeado de ruidos, causando stress a los animales.
“Nos tenemos que animar a cambiar el cosas, como hemos cambiado muchos paradigmas en relación a la mujer, a la homosexualidad, a los travestis, a minorías. El animal también es una minoría”, expresó.
Adelantó que, con alumnos de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) donde es docente, harán una presentación judicial que exceda lo penal y haya toma de consciencia. “Un grito social por seres que no pueden defenderse por sí mismos”, explicitó.
