“Tulo, Moco y Tijera” (Mónaco Hotel – Villa Carlos Paz – Enero de 2018)

Piedra, Papel y Tijera es el juego de manos clásico de los aburridos en todos lados… menos en mi villa.

Aquí, desde que vinieron de Rafaela Aldo y Mirtha Picco con sus tres hijos varones, allá por 1968… se escucha: Tulo, Moco y Tijera !!!

Los tres Piccos crecieron en un entorno de villa serrana ideal para las trapisonadas, las aventuras y las correrías… y los apodos no tardaron en aparecer: Tulo, Moco y Tijera.

Sus nombres los tengo apuntados por algún lado… pero créanme que no valen la pena. Han sido superados por los motes: Tulo, Moco… y Tijera.

Tulo, el mayor, de pié en la foto y oficiando de productor, me lo trajo al Tijera, del que yo ni rastros tenía, ya que lo necesitaba como el vodka a la naranja para mi nuevo documental sobre la noche de la villa.

Moco no fue invitado, aunque hubiera sido una linda foto de los tres Piccos… pero seguro anda “pedaleando” por allí.

Me centro entonces en Tijera, el más pendejo de los Picco. Sentado y con sus manos más inquietas que nunca.

Si todavía no sabés de quien hablo… es porque tenés una asignatura pendiente con la danza… o con la noche.

Tijera hizo bailar a dos generaciones completitas de carlospazonzos, con clásicos inoxidables y… con el espacio vital para #LosLentos que, llegaban inexorablemente, tipo 4 de la mañana… y si te agarraban en la pista, la posibilidad de ‘chapar’ estaba más de tu lado que nunca.

Debe ser el único DJ que se puso las camisetas de Boca y de riBer… o sea del Molino Rojo, de los Fernández… y del Keops del Turco Neder.

Tiene un long play (los jóvenes googleen) de anécdotas que se escapan en este ensayo foteril… pero que formarán parte sustancial, aunque con toques de censura necesarios, en el futuro EncuentroS con La Noche de la Villa. Y digo censura porque no creo que el Piti Eldor Bertorello me deje poner (sobretodo por los gestos zarpados de Tijera) la anécdota de cuando se les filtró Venus del paquete de señales del cable, en las pantallas gigantes de la Pirámide… y de la pista tuvieron que ir a avisarles:

– Che, Tijera… se ven cosas chanchas; los pibes del estudiantil está chochos pero… no sé si da!!!

Miles de historias de la Noche. De Molino, de Keops, de los personajes, de los mamados, de los hits del verano cuando no existía internet (porque no se si se acuerdan que… laburábamos sin internet) y la música había que salir a comprarla… o a buscarla… o traerla de U.S.A.

El Flaco Tijera deja fluir los recuerdos en el quincho del Mónaco, y los presentes escuchamos extasiados. De repente “pincha” el disco “La dicha en movimiento” de los Twist (plena revolución del rock argento post Malvinas) y cuando Pipo Cipollati canta eso de: “Pensé que se trataba de cieguitos… anteojos negros usaban los 6”… me flasheo viendo al Dany Castañeda, en la tarima de Molino, con su inseparable vaso con gin (o era agua?) y su antebrazo repleto de pañuelitos hippones (creo que se decían gatitos hindúes) haciendo la mímica.

Sigo en trance… imagino la puerta de la cabina entreabierta, me asomo irreverentemente y al verlo al Flaco Tijera con un vinilo Thriller de Maicol en la mano le ruego con la voz lo más rockera que me sale a mis dulces 17:

-Tijera… no me pones uno de Van Halen?!?

Y sin esperar respuesta… me voy al Salón Azul a seguir fracasando.

La noche de la villa explotaba… y está buena para rescatarla.

#ElFlacoTijera

#PersonajesDeLaVilla

#LosPiccoBroders

 

MAIL: [email protected]

FACEBOOK:LUISTORTOLO

TWITTER:LUIS TORTOLO

INSTAGRAM:PHOTORTUL

 

Nota correspondiente a la edición n° 497 del semanario La Jornada, del 15 de enero de 2017.

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here