“El último café” (Confitería Carlos Paz – Villa Carlos Paz – 28 de febrero de 2018)

Cuando Cátulo Castillo garabateó la letra que insolentemente usé como título de esta foto y que luego inmortalizarían Julio Sosa o el Polaco Goyeneche, entre otros varones del tango… tal vez lo hizo en una mesa porteña del “Tortoni”… o en el “36 Billares”… o en “La Biela”. Qué más da?!?… seguro fue en una mesa… desconsolado, solo como loco malo:

Llega tu recuerdo en torbellino

vuelve en el otoño a atardecer

miro la garúa, y mientras miro

gira la cuchara de café.

Del último café

que tus labios con frío

pidieron esa vez

con la voz de un suspiro

#Findelazita

El 28 de febrero, nuestro Cátulo local, el Eldor ‘Piti’ Bertorello se tomó “el último café” en la legendaria Confitería Carlos Paz, que cerró sus puertas definitivamente para dar paso a otros emprendimientos, tal vez superadores.

El tiempo lo dirá.

Un mozo flaco y largo, ligeramente parecido al Patón Bauza, de andar firme y mirada tristona, nos deja en la fría mesa ese último pocillo, la última cucharita, y muchos… muchos sobrecitos de azúcar (no me vengas con edulcorante para el último café) y nos cuenta sus penas, sus pesares por el boliche que se cierra y su trabajo que termina.

La legendaria Confitería Carlos Paz, erigida sobre el espacio donde estuvo el primer hotel de la Villa, también llamado Carlos Paz, tuvo su esplendor en los 70s. de la mano de los hermanos Picatto, y llegó a tener capacidad para mil personas confortablemente sentadas. Más allá de lo gastronómico, fue un santuario del espectáculo, sobretodo del folklore y del humor con su insólito escenario elevador, desde donde una vez, José “Pepitito” Marrone les gritó:

-Cheeeeeeeee… a todos los que miraban extasiados desde abajo.

Luego vino la época de Cipollini… luego otros gastronómicos… y muchas variantes tanto en lo edilicio como en la onda del lugar.

Por estos días del verano 2018 que se va, la vieja Confitería Carlos Paz fue reducto nocturno, más que diurno, con música en vivo, alegre y popular, en el escenario que está detrás del Piti en la foto, escenario fijo, de madera, que ya no se eleva mas allá de los 20cm de la tarima.

Al café no hay azúcar suficiente que lo endulce… sobrecito tras sobrecito… sabe amargo aún… se sabe el último…

¡Lo mismo que el café

que el amor, que el olvido!

que el vértigo final

que un rencor sin porqué.

Y allí, con tu impiedad

me vi morir de pie

medí tu vanidad

y entonces comprendí mi soledad

sin para qué

llovía y te ofrecí, ¡el último café!

#Findelazita

 

El Piti deja de mirar la 9 de Julio con melancolía, gira mirando a la lejana barra y pide la cuenta con la señita típica de mover los deditos como firmando en el aire… y desde la caja registradora, allá al fondo… alguien muy parecido a René Picatto le dice, con voz estentórea como la de Julio Sosa:

– Vaya Bertorello… el ultimo café… lo pago yo !!!

Chan…chan

#ElUltimoCafe

#LaConfiteriaCarlosPaz

#IconosDeLaVilla

 

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Nota correspondiente a la edición n° 504 del semanario La Jornada, del 05 de marzo de 2018.

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