Peligro, situación de calle

Por Valeria Flesia

Tapa_423_la_jornada_03-07-16Sin números certeros en torno a cuántas personas viven en situación de calle en Villa Carlos Paz, el crudo invierno continúa avanzando con temperaturas que descienden de los cero grados prácticamente todos los días en un rango de horas cada vez más amplio.

Las alarmas en torno al peligro de vida de quienes viven en la calle, porque no solamente duermen sino que durante el día deambulan escasamente alimentados y abrigados, se han encendido en los últimos días pero aún son tibias planteando coordinación y relevamientos que, sorprendentemente, no se han realizado nunca de manera formal siendo que la ciudad es permanente receptora de personas que llegan en distintas circunstancias y luego permanecen imposibilitadas de autoabastecerse y tampoco de emigrar hacia otros lugares.

Las personas en situación de calle, también denominados “sin techo”,  son definidas como “toda persona que se halle pernoctando en lugares públicos o privados, sin contar con infraestructura tal que pueda ser caracterizada como vivienda, aunque la misma fuera precaria. Esto último supone al menos, paredes y techo que otorguen cierta privacidad, permitan albergar pertenencias y generen una situación relativamente estable”.

Sin embargo, la situación de calle implica también cuestiones relacionadas con la escasez de ingresos, la ruptura de lazos familiares, la vulnerabilidad, entre otros.

A esto se suman cuestiones como el crecimiento o decrecimiento de las ciudades y sus oportunidades laborales con procesos de exclusión social y segregación. En los núcleos urbanos de mayor crecimiento, las personas piensan que tendrán mejores oportunidades económicas y sociales: mejor acceso al trabajo, a la atención de la salud, la educación, la vivienda,  pero esto no es así y se inicia una problemática que afecta a la mayoría de las ciudades en el país.

En un relevamiento realizado por la Defensoría del Pueblo de Córdoba para la capital cordobesa se afirma que “la calle no significa para ellos y ellas el lugar de paso convencional como para el resto, sino que se constituye con diversas modalidades, en un lugar para estar o permanecer, las relaciones grupales que se establecen en la calle no conforman grupos delimitados específicamente por un territorio, con funciones bien definidas y una jerarquía estricta. El territorio cumple una función utilitaria, y los límites son difusos, ya que van cambiando si tienen problemas con la policía o con la comunidad en general” (Lucchini).

Contrariamente a lo que se puede pensar, la situación de calle es capaz de generar pertenencia y hasta identidad. Los contactos con personas cercanas, los vínculos establecidos que ayuden a salir de situaciones de violencia, inseguridad u opresión dan un sentido a estar en la calle.

La problemática, así, se vuelve compleja porque los sujetos que la atraviesan están sujetos a ella por vínculos de pertenencia en relación a su circunstancia de vida.

Proyecto 7 y Ciudad Sin Techo son organizaciones que luchan por los derechos de la gente en situación de calle en el país. Según sus números, en la Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, por año mueren 100 personas en situación de calle, sin embargo, “para el resto de la sociedad”, dicen estas organizaciones, “pareciera que no existen, son invisibles, parte del decorado de una ciudad que los niega. El problema es tan estructural que ni los profesionales que trabajan se encuentran preparados. La respuesta del Estado no es muy diferente, son NN, negando los números reales, contribuyendo a la invisibilización del problema: lo que no se nombra, no existe”.

En Argentina, a diferencia de Venezuela y Brasil, no hay una ley que trate de manera estructural esta problemática sin ser algo meramente paliativo. Las pocas leyes que existen en algunos lugares como en la Ciudad de Buenos Aires (ley 3.706) y la provincia de Buenos Aires (ley 13.956), no se cumplen, y si lo hacen, es de manera incompleta.

 

Un caso impactante

En relación a esto, puede darse un ejemplo  conocido hace pocos días en la ciudad. Con el comienzo de los fríos, los vecinos de barrio La Cuesta tomaron conciencia de la presencia de dos personas que dormían a la intemperie sobre calle Resistencia. “No tienen ni siquiera el techo de una galería para resguardarse”, dijo un vecino conmocionado.

En la calle Resistencia, a metros de la avenida San Martín, dos personas duermen cada noche a la intemperie.
En la calle Resistencia, a metros de la avenida San Martín, dos personas duermen cada noche a la intemperie.

Se trata de una mujer mayor y un joven, el caso fue advertido a través de las redes sociales por una vecina que tomó una foto y la publicó en su perfil de Facebook mientras le reclamaba directamente al intendente Esteban Avilés. Se trata de Andrea Juncos quien decía: “Hace tres días estas dos personas están viviendo así, ella una señora mayor, él un joven que, según  lo q percibí padece de alguna discapacidad…en la calle ni un alma, el frío te corta al medio, sólo un termo de café, un pan casero y algunas frazadas q aceptaron con mucha timidez, pero mañana? La gente pasa, pensaba tantas casas vacías de fin de semana, tantos locales cerrados, alguien…quien sea tenga a su alcance o mejor dicho, a quien le corresponda señor intendente Avilés me dirijo a usted y lo comprometo a que se dirija a la calle Resistencia 95,debajo de gym que está ahí que le dé una inmediata solución”, escribió.

Sin embargo, el caso es conocido. Desde el Refugio Nocturno Cura Brochero los identifican en seguida. Se trata de Juana y Sergio. Ellos van todos los días allí a comer, se bañan y cambian y lavan su ropa sucia (así como lo lee). Si les falta alguna prenda, allí mismo se las proveen. A diario les ofrecen quedarse a dormir pero no quieren hacerlo, prefieren volver a su lugar a la intemperie. ¿A qué le temen? ¿Cuál ha sido su historia de crueldad que les hace elegir el frío de la noche y la helada antes que el techo y una cama abrigada?

Sergio, según cuentan desde el Refugio, ha estado internado en un psiquiátrico y Juana también padece alguna discapacidad mental menor. Duele su historia, esto poquito que se conoce. El Refugio les abre amorosamente la puerta para brindarles esta ayuda, sabe sus nombres, los vuelve personas cada día. Desde el Estado, no se sabe qué se hace.

 

El enorme Refugio Nocturno Cura Brochero

Con la constancia y persistencia del cura gaucho del que toman el nombre, el Refugio Nocturno se ha hecho cargo desde hace años de la problemática social de las personas en situación de calle por distintas razones vitales y, no sólo brinda cobijo para pasar la noche, sino también comida caliente y un espacio para higienizarse, bañarse y cambiarse la ropa. El Refugio Nocturno es, quizás, la asociación sin fines de lucro  más potente de la ciudad por el aporte concreto a las necesidades básicas de las personas: el alimento, el abrigo, el cobijo.

Su mirada humana aún tiene tiempo y preocupación para clamar por la necesidad de salir a buscar a aquellos que sobreviven en la calle con temperaturas bajo cero apenas cubiertos con una frazada.

Seguramente, si pudieran, estas mujeres (en su mayoría quienes conducen y sostienen el Refugio son mujeres), saldrían ellas mismas a buscarlos pero sus fuerzas y la importancia de su tarea dentro de la institución es demasiada y piden a quienes, por otro lado, deberían ser observadores preocupados por la realidad imperante.

Así las cosas, Alicia Barrigó, presidenta de la Asociación Civil que tiene a su cargo el Refugio Nocturno Cura Brochero, convocó días pasados a una reunión a aquellos actores relacionados con la asistencia a personas, Acción Social y Seguridad Urbana de la Municipalidad de Villa Carlos Paz y la Policía Comunitaria. Esta reunión tenía por objeto el intentar establecer un relevamiento urgente de personas en situación de calle en Villa Carlos Paz y mejorar la red de contención posible para el control y mejoramiento de la calidad de vida de estas personas.

“La reunión surgió porque las temperaturas que están haciendo son fuera de lo normal, y la cantidad de gente que está en la calle también o por lo menos es distinto a lo que venía pasando el año pasado. Por eso, debemos coordinar acciones con todas las instituciones, porque no tiene sentido que estemos trabajando de manera aislada cuando asistimos a las mismas personas. Necesitamos un diagnóstico de la situación”, indicó Barrigó.

Las entidades convocadas asistieron el martes 28 de junio al encuentro y se comprometieron a la tarea de relevar para elaborar este diagnóstico de la situación.

La directora de Acción Social del Municipio, Isabel Schoj, se mostró ante los medios de prensa  entusiasmada con el resultado de la reunión y la concurrencia: “Fue muy productivo porque estamos preocupados por la situación y nos parece que a veces, desde los distintos organismos públicos y privados estamos haciendo las mismas cosas por separado y eso implica un mal uso de los recursos”. Consultada sobre esta situación preocupante a la que hizo referencia indicó, sin embargo, que la gente en situación de calle no se ha incrementado, aunque tampoco ha disminuido, y luego dijo que, de todas formas, “es muy difícil censar porque las personas no siempre están en los mismos lugares”.

La imagen ya forma parte del ‘paisaje’ del coqueto Puente Uruguay. Debajo de una de las explanadas de ingreso, una persona pasa sus noches durmiendo allí.
La imagen ya forma parte del ‘paisaje’ del coqueto Puente Uruguay. Debajo de una de las explanadas de ingreso, una persona pasa sus noches durmiendo allí.

Schoj insistió en que se está trabajando en el tema desde hace tiempo desde el municipio, que se han resuelto algunas situaciones,  pero que esta reunión con otras entidades les permitirá trabajar en red. Con respecto a un caso en particular de dos personas que desde hace por lo menos un mes está durmiendo bajo las  rampas de ingreso al Puente Uruguay donde tienen instalado su colchón, la funcionaria indicó que, “el señor fue visitado ya en dos ocasiones pero no quiere salir de allí, dice que no lo molestemos. Se trata de un caso que necesita un trabajo psicológico intenso con nuestras trabajadoras sociales. Estamos trabajando con él para que renueve su documento y poder gestionarle un trabajo o una pensión y le insistimos en que si a él le pasa algo somos responsables todos”.

 

¿Comenzó el relevamiento?

Desde la Policía Comunitaria indicaron que salieron a relevar en conjunto con una trabajadora social del área de Acción Social de la municipalidad y Seguridad Urbana un solo día desde el martes en que se hizo la reunión hasta el sábado 2 de julio. Como resultado de la salida sólo se pudo consignar el encuentro con personas que viven bajo el puente Zilli con los que se dialogó. El suboficial Fabio Gutiérrez de Policía Comunitaria informó a La Jornada que desde la Departamental se han puesto a disposición de la comunidad para realizar este relevamiento del cual participan brindando acompañamiento y seguridad ante ciertas situaciones que puedan presentarse.

La parsimonia en la realización del diagnóstico no se condice con el  pedido de la coordinación del Refugio Cura Brochero quien definió esta herramienta como fundamental para trabajar los casos de mejor manera y poder prevenir situaciones gravísimas como pueden ser enfermedades y muerte.

Alicia Barrigó indicó este sábado que desde hace por lo menos tres noches el Refugio está completo, las trece camas destinadas a varones y las seis a mujeres están completas para pernoctar y las mesas para comer no bajan de entre 20 y 25 personas con lo que se nota un agudizamiento de la situación de vulnerabilidad en la calle para poder subsistir. “Un caso paradigmático es el de los muchachos que trabajan en las obras  venidos de otros lugares. Ellos, habitualmente, vienen a comer y a bañarse y luego se van a dormir de nuevo a la obra. En estos días, esos espacios se han puesto tan fríos que ya no pueden estar allí y vienen a dormir al refugio. Pero no son todos, también hay personas que intentan resistir en esos lugares porque ofician, por ejemplo, de cuidadores por unos pesos y están poniendo en riesgo su vida. Nos referimos a todos esos casos cuando decimos que hay que salir a buscarlos y con urgencia”, advirtió.

Otro de los pedidos realizado por la coordinación del Refugio es que se reedite un programa que se estaba llevando adelante con la ahora concejala Alejandra Roldán y durante su gestión frente a Acción Social. Ese programa permitía que una asistente social del municipio llevara adelante una tarea de relevamiento en el mismo Refugio pudiendo captar la problemática de aquellas personas que concurren a comer y a bañarse y luego se van a pasar la noche a otro lado.

“Sabemos que hay personas que van a obras en construcción o a otros espacios abandonados que son difíciles de ubicar una vez que salen de aquí. Aquella experiencia realizada cuando la asistente tomaba contacto aquí con las personas fue realmente muy buena porque permitía un seguimiento, un asesoramiento de los distintos casos para orientarlos en distintas búsquedas que mejoraran su calidad de vida. No sabemos por qué aquello se dejó de hacer, lo que sí puedo decir es que cuando asumió Isabel Schoj al frente de Acción Social le pedimos verbalmente que se continuara  y ahora, hace una semana hemos insistido con el tema a través de una nota presentada por nuestra institución. Era una manera auténtica de practicar el sostén de estas personas a través de una red de contención, nosotros sabemos que muchas veces aunque les pidamos que se presenten en Acción Social no van y era mucho más efectivo encontrarlos aquí”, explicó Barrigó.

 

Una tarea urgente

La situación es de emergencia. Para este lunes se espera una nueva nevada muy cerca de Carlos Paz y muchos estiman que la romántica nieve también nos alcance siendo un significativo atractivo turístico en este comienzo de las vacaciones. Así las cosas,  las bajas temperaturas se prolongarán, según los meteorólogos hasta octubre.

Las personas que duermen a la intemperie tendrán que soportar todavía muchos días de frío intenso. La gravedad de la situación no sólo implica saber que están ahí, hay que movilizarse para ponerlos a resguardo y, como dicen desde el Refugio, comenzar a pensar en la tarea más amplia, en un programa que contenga a la problemática teniendo en cuenta sus particularidades en nuestra ciudad y trabaje con ella para que les permita a estas personas visualizar caminos hacia una mejor calidad de vida, a su reencuentro como personas.

Desde el aquí y ahora, desde el Refugio dicen estar muy agradecidos con la sociedad de Carlos Paz por la permanente ayuda con alimentos, abrigo y las campañas de papel y cartón que permiten a la institución solventar los gastos del edificio.

Para aquellos que quieren hacer aportes, pueden llegarse a la sede de Cárcano 224 con alimentos perecederos y no perecederos (recordando que son 25 personas las que cenan habitualmente y desayunan), artículos de higiene (según cuentan es uno de los rubros que no se tiene en cuenta y hace mucha falta porque las personas se bañan y lavan su ropa), toallas, frazadas, colchones. También, aquellos que quieran colaborar con su tiempo serán muy bien recibidos para ayudar en la cocina o en la atención de las personas, así como profesionales variados, psicólogos, médicos, entre otros, que puedan acercarse y ayudar. Nunca es suficiente y, al mismo tiempo, cualquier pequeña ayuda es de enorme trascendencia.

Alicia Barrigó cuenta que, además, el Refugio Nocturno Cura Brochero ayuda a otras instituciones: “Un caso para poner un ejemplo. Hace poco nos llaman del Hospital de Carlos Paz que tenían que derivar a un señor mayor a un geriátrico de San Francisco del Chañar y tenía que llevar colchón y ropa de cama para allá y no tenían. Nosotros pusimos todo lo que hacía falta”.

 

 

Nota correspondiente a la edición n° 423 del semanario La Jornada, del 03 de julio de 2016.

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