Paula Vega: “El vóley es primordial para mi vida”

Por Hernán Ibar

paula-vegaEl conjunto femenino de vóley del Club de Pesca viene de sellar su clasificación a los playoff en la División de Honor el último miércoles frente a PVS. Además, las carlospacenses contaron con el retorno de Paula Vega al plantel profesional, siendo una vuelta fundamental para el entrenador Pablo Gusella.

La jugadora de Villa Carlos Paz se había alejado hace tiempo atrás del auriverde pero el amor pudo más y volvió a ser una de las referentes que tiene el equipo.

Ya con 23 años se ha convertido en una deportista con mucha experiencia en esta disciplina, pero siempre manteniendo la humildad para contagiar y transmitir esta pasión que es el vóley.

En el tiempo quedó el recuerdo del ansiado ascenso obtenido a la División de Honor en el 2012. Qué decir de aquel equipo… la rompía toda bajo la conducción de Ricardo Fuchs, contando con jugadoras de primer nivel, como las hermanas Vega, Candelaria Panadero, Sofía Moroni, Agostina Ciancaglini y la experimentada Memi Olivera, entre otras.

Ellas lo hicieron, llegaron y pusieron al Club de Pesca donde se merecía, en la elite del vóley cordobés.

Los tiempos cambian y cada una encaró un recorrido distinto, pero la historia de esta película para la punta receptora de Pesca continúa.

Todo comenzó desde pequeña. Cuando ella nació este deporte ya formaba parte de la familia Vega. Qué decir de aquellos primeros torneos, los viajes, las historias, derrotas y victorias que fueron llevando a que hoy “Pauli” sea una de las jugadoras más destacadas que tiene la ciudad.

Pero todo relato tiene sus protagonistas, y vaya si son principales en esta crónica, sí, la familia… Su hermana Luciana, la más grande, siempre con algún consejo pero además dándole la oportunidad de ser tía, y poder ver a Iara jugar al vóley para que todos se emocionen… “la Vale”, que hoy no está al lado de ella en la cancha, ya enfocada como entrenadora de las “Mini”, la acompaña desde afuera… Su mamá, María Esther, que es la que menos acude al vóley, pero es la primera que tiene todo el bolso listo para que su hija vaya a ser feliz en lo que tanto le apasiona… Su hermano Maxi, el más chico de los Vega, hoy creciendo con la Primera del Polideportivo…

Y él, su ídolo y referente, al que todo le sale bien… su papá Carlos “Chavo” Vega, respetado por todos en el ambiente, y al que su hija le hubiese gustado experimentar como entrenador, que hoy triunfa con los varones pero además ya triunfó con las mujeres…

El historial ya es largo dentro del vóley, pero ella todavía sigue más motivada que nunca, sin importar el pasar todo el día en la Facultad de Córdoba estudiando Antropología, llega a su casa, busca el bolso y se va a entrenar al Club de Pesca cumpliendo su gran sueño de ser feliz junto al vóley, esa disciplina que la va a acompañar toda la vida…

Siendo un ejemplo todos los días, Paula Vega y el vóley todavía tienen aún mucho camino por recorrer…

 

– ¿Qué conclusiones sacaron tras conseguir el pasaje a los playoff?

– Pudimos dar vuelta el resultado contra este rival con respecto a lo que había pasado en la ida, si bien ese partido no estuve, fue dirigido por las propias jugadoras, ahora la cosa estuvo peleada en todos los sets, tuvimos la ausencia de Abril Gusella, que es importante para nosotras, igualmente pudimos resolver bien las posiciones y sacar un buen resultado.

 

– Volviste a jugar al vóley, ¿cómo sentiste este retorno al Club de Pesca?

– La verdad que me siento muy a gusto, mis compañeras me han recibido de gran manera y lo quiero destacar. En el club me siento muy bien, hago lo que me gusta, aportando lo mío, soy la jugadora más grande del plantel con 23 años, y vengo a aportar desde ese lado, con mi experiencia y de los años que llevo como jugadora.

 

– ¿Cómo fue tu vida sin poder desarrollar por un tiempo el vóley?

– Fue muy difícil para mí, este deporte lo practiqué toda la vida, y la verdad que se siente en el estado de ánimo, en la vida misma, sentís que te falta algo, la mente misma te pide volver a hacer lo que toda tu vida hiciste. Nunca desarrollé otro deporte como lo hice con el vóley, además en mi casa se habla siempre de este deporte, y mi mamá que quizás es la más lejana de vóley, es la que me tiene todo listo, sea el bolso o las cosas para entrenar, entonces siempre está presente y se me hacía muy difícil estar lejos.

 

– ¿Con qué equipo te encontraste ahora en tu vuelta a Pesca?

– Jugué siempre con el mismo plantel, Candelaria Panadero, Sofía Moroni, mi hermana también, que la ausencia hoy es grande ya que estábamos acostumbradas, nos conocemos mucho, y hoy el carácter es más o menos parecido, me encuentro con un equipo que es más joven que yo, son de otro tipo de escuela y tienen otro tipo de ánimo, a mí me costó mucho tiempo darme cuenta de eso, la fortaleza mental que hay que tener dentro de la cancha y estoy tratando de transmitir a mis compañeras eso, la fortaleza y optimismo que hay que tener en los partidos.

 

– ¿Cómo fueron tus inicios en este deporte?

– Era muy chica cuando empecé. Mi papá es entrenador y casi que nacimos adentro de la cancha, pero siempre se practicó en un ambiente muy familiar, con mis hermanos siempre fuimos muy compañeros, por ahí con Vale un poco más ya que compartimos planteles, y hoy siento mucho su ausencia y extraño que sea ella la persona que este al lado mío de la cancha. El vóley me dio la oportunidad de recorrer diferentes lugares y clubes, la gente que conozco me sigue desde muy chica.

 

– ¿Se extraña jugar con el Polideportivo los clásicos?

– Es algo que se extraña mucho, incluso lo planteamos desde el lugar de amistosos, siempre decimos de preguntarle a las chicas del Poli si quieren jugar, porque la rivalidad está, sana obviamente. Hoy el vóley en Carlos Paz está bastante quedado, hay varios clubes, pero se han desintegrado bastante y hay que trabajar para que se mantengan los equipos.

 

– ¿Qué recordás del ascenso a la División de Honor?

– Fue un año maravilloso para nosotros, después de haber peleado tres años el ascenso y la reválida también, lo alcanzamos con Ricardo Fuchs, que fue importante en la cuestión mental del equipo, en la fortaleza de los lazos, la consolidación de un grupo humano que hasta el día de hoy prevalece, siempre estamos al tanto una de la otra, las mismas madres, más que nada lo recuerdo como un año emotivo y llenador de alma, fue un proyecto que se hizo a largo plazo y por suerte se pudo cumplir.

 

– ¿En qué lugar pones hoy al vóley en tu vida?

– Ocupa un lugar indispensable, o sea, estudio y voy muchas horas a la facultad, entonces lo tengo como un lugar de dispersión, me mantiene la cabeza en otro lado, es primordial para mi vida, lo quiero mantener lo más que se pueda. El tiempo que no lo pude aprovechar lo sufrí mucho, y no lo quiero dejar de nuevo.

 

– ¿Cuánto tuvo que ver tu papá, el “Chavo” Vega, en el crecimiento que has tenido dentro del vóley?

– Mi papá es el pilar principal de este deporte que practico, siempre que tuve dudas pude acudir a él, me respondió todo, me acompañó desde lo anímico y deportivo, me supo dar respuestas a todo, una persona súper sabia, te transmite mucha confianza a la hora de jugar, siempre me da la sensación que puedo seguir creciendo en lo que hago pero a la vez  también valora lo que vengo haciendo y eso es importante.

 

– ¿Te hubiese gustado que te dirija como entrenador?

– Es el mejor entrenador que conozco, tiene una esencia muy particular, por algo hoy tiene los mismos jugadores que trabajó toda su vida, todo el mundo lo quiere y lo sigue, su forma de trabajar es particular pero le dio sus frutos. Me hubiese gustado tenerlo conmigo pero prefirió a los varones y su trabajo está ahí. Me hubiese encantando que nos dirigiera aunque sea un tiempo para experimentarlo como jugadora, ya como persona lo experimento todos los días en casa.

 

Nota correspondiente a la edición n° 439 del semanario La Jornada, del 23 de octubre de 2016.

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here