Obligan a locales gastronómicos a ofrecer menús veganos y vegetarianos y califican la decisión de “una burrada”

Durante la sesión del jueves pasado, el Concejo de Representantes declaró a Villa Carlos Paz “Ciudad Vegana-Vegetariana Amigable”.

El proyecto, impulsado por el bloque de ediles de Carlos Paz Unido, busca “mejorar la calidad de vida de los carlospacenses e incentivar el turismo y la gastronomía vegana y vegetariana en la región”, y fue aprobado por unanimidad.

A partir de la sanción de la ordenanza, “rodos los restaurants, parrillas, pizzerías, patios de comidas, fast-food, establecimientos educativos que posean comedor, bares, cafés, cantinas, o cualquier otro local gastronómico con servicio de mesa legalmente habilitados en Villa Carlos Paz (incluyendo los hoteles, aparts u otros similares que brinden estos servicios), deben ofrecer a los clientes, al menos, dos menú veganos y dos vegetarianos como alternativa de consumo entre sus productos alimentarios, garantizando el derecho a la salud, a la igualdad, y a la libre elección de consumo, de productos exentos de explotación animal”.

La norma establece, además, que los establecimientos gastronómicos “deben colocar en el frente del respectivo local o lugar, por sobre la puerta de acceso principal del mismo y a una distancia no mayor a un metro de ella, o en algún otro lugar visible al público, un cartel con las nomenclaturas que indiquen la disponibilidad de dichos menús”.

En principio, la autoridad de aplicación es la secretaría de Turismo que deberá controlar la efectiva implementación de esta ordenanza y aplicar sanciones a los infractores.

 

“Una burrada”

La primera reacción del sector gastronómico tras la sanción de la ordenanza fue la ironía. En un comentario publicado en La Jornada Web, Mario Sansone exigió que, “para no sentirnos discriminados, para comer lo que queremos y además porque sí”, se obligue a los restaurantes vegetarianos y veganos, “a ofrecer milanesa, papas fritas a caballo y flan con crema”.

La ordenanza “es una burrada”, resumió luego en diálogo con VillaNos Radio.

“Causa sorpresa que con la cantidad de problemas complejos que hay en la ciudad, se desperdicie tiempo, dinero y esfuerzo en una ordenanza que es claramente autoritaria”, señaló. Y profundizó: “una cosa es que impulsemos incentivar a algunos comercios que atiendan la inquietud o particularidad de una parte de la población que opta por un estilo de vida y otra es obligar a tener esos menús invocando el derecho a la salud e igualdad”.

“Nada tengo ni contra vegetarianos ni veganos. Es una opción de vida que no tiene nada que ver con la salud”, aclaró.

Por eso, consideró la decisión del cuerpo legislativo “un desatino de enorme magnitud”.

“Salimos en todos los medios por el estado del lago, y que se use el tiempo en la pavada me da mucha indignación. Es una burrada y hasta me parece una tomada de pelo”, insistió.

Diferenció la opción vegetariana-vegana de la celiaquía, que sí es una cuestión de salud, y aseguró que la ordenanza abre la posibilidad a que haya otros reclamos. “Tenemos una gran colectividad judía en el país. Entonces, por qué no nos obligan a vender comida kosher”, dijo.

El empresario e integrante de la Asociación Hotelera y Gastronómica advirtió, al mismo tiempo, que la ordenanza “deja afuera a los food trucks, una modalidad muy amigable para el secretario de Turismo y otros integrantes del ejecutivo”.

Para Sansone, la ordenanza sancionada por el Concejo de Representantes “no habla bien de la capacidad técnica ni de la inquietud de informarse” de los ediles.

“Si para los concejales esto es una cuestión de Estado preocupémonos mucho. Se está atentando contra la libertad de comercio. No sé quien asesora a estos muchachos”, cerró.

 

Nota correspondiente a la edición n° 520 del semanario La Jornada, del 25 de junio de 2018.

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