– ¿Cómo le va?
– Excelente Alfred.
– Cuente un poco de usted. ¿Cómo se considera dentro del ámbito musical?
– La música es mi vida desde el vientre de mi madre, mi cable a tierra, mi desvelo. Me considero un amante de ella, un aprendiz constante, un docente, un canal, un ayudante para que mis alumnos logren sentirla, vivirla e interpretarla.
– Trabajás en el IES, en la Muni (CEM), tenés una escuela de Música (El Groove) y acompañás a grupos… Te consideras docente o músico?
– Me considero un músico de Carlos Paz que lleva nuestra música folklórica como estandarte. Mi idea es transmitir mi pasión por la música a mis alumnos para que ellos logren sentirla y expresarla.
– ¿Se puede vivir de la música?
– Yo vivo por ella… (risas). La música es vida Alfred, si vos hablás en lo monetario, te digo que sí, que a veces es duro, que la rueda es muy chiquita. En lo personal, tengo mi trabajo en el IES que me da la seguridad económica, doy clases para el CEM y tengo la escuela de música junto a Cristian Escobedo; entonces puedo vivir de la música con tranquilidad y elegir qué trabajo hacer.
Giras largas ya no hago, a pesar que a veces acompaño a figuras del folklore.
Nuestra remuneración solamente como músico no ayuda, solo los músicos que acompañan a figuras de renombre logran vivir solo de actuaciones, aunque los que conozco también dan clases o hacen producciones. Si sos compositor o intérprete asociado a SADAIC y/o a AADI, tenés la posibilidad de cobrar por tus temas o difusiones de tus discos grabados.
– ¿Cuáles son tus proyectos?
– Estamos componiendo con mis hermanos de la música Penke Pereyra y Cristian Escobedo. Pronto saldrá a la luz nuestra producción y serás uno de los primeros en conocerla.
Seguir fortaleciendo nuestra escuela de música El Groove, que la pandemia nos frenó bastante. También hacer una gran murga de niños, jóvenes y adultos, ensambles, etc. la gente busca refugio en la música, es lo más lindo y sano.
– ¿Hay estudios como base o te largaste con el corazón?
– Hay estudio como base pero si no se pone el corazón no vale. Estudié en el Conservatorio Provincial de Música Félix T. Garzón, la vida y la música me llevaron a la guía de Juan Saavedra, quien fue el que me hizo descubrir y sentir la expresión de la música y la magia de nuestro bombo y percusión en general, aprendí cosas que no están en los libros ni en los conservatorios y que intento, humildemente, transferir a mis alumnos. Otros grandes maestros fueron Pichi Pereyra y Esteban Gutiérrez, enormes percusionistas de nuestra Córdoba; y en Buenos Airess, Domingo Cura moldeó un poco también mi vida musical.
– Para cerrar, ¿con quiénes has trabajado musicalmente?
– Los Del Suquía (con quienes recorrimos las principales ciudades de EEUU, Canadá, Uruguay…), Los 4 de Salta, Los Changos (Luis Paredes y Franco Barrionuevo), actualmente y desde el 2003 con el Maestro Daniel Altamirano, Los De Siempre, Jorge Luis Carabajal, Jorge Leguizamón, Sonco Canta, Cintia Mariel, Germán Palacios…y la lista sigue…. Agradecido a la música por haberme relacionado con estos exponentes de nuestro folklore, haber conocido el país entero, su gente, su cultura, su tradición; sin olvidarme de mis comienzos, a los trece años con el grupo local Cardal (hoy Dúo del Pocca) y también acompañando a amigos del alma como Penke Pereyra, David Castillo, Nano Romero entre otros.
Gracias Alfred…
Nota correspondiente a la edición n° 557 del periódico La Jornada, del 30 de setiembre de 2020.
