Municipio colocará carteles en la ribera del lago San Roque advirtiendo que sus aguas están contaminadas

El Concejo de Representantes aprobó el jueves pasado, por unanimidad, una resolución impulsada por la radical Natalia Lenci ordenando la puesta en marcha de medidas concretas respecto al estado del lago San Roque.

En primer lugar, se solicita al intendente Esteban Avilés que explique “en el plazo de 10 días los motivos por el cual se demoró más de cinco años en comunicar sobre el informe del ministerio de Salud de la nación del 2011 (…) sobre la situación de eutrofización del lago San Roque y la peligrosidad de sus aguas por la existencia de cianobacterias y cianotoxinas”.

Asimismo establece que “en el término de 30 días disponga la colocación de carteles informativos de 1 metro por 0,50 centímetros sobre toda la vera de las 2 márgenes del peri lago y lago San Roque, desde el puente Zilli y hasta la calle Nahuel Huapi con una distancia entre cartel y cartel de 150 metros con la leyenda ‘Prohibido bañarse y pescar– aguas contaminadas. Cuide su salud’”.

El punto tres requiere que se gestione ante el gobierno provincial “la reubicación de las plantas choperas que se encuentran en la costanera al lado del club de pesca”.

Por otra parte se insta al ejecutivo “a que destine los fondos específicos de la ordenanza 5807 (Rubro Obras) para realizar la obra Red Troncal de líquidos cloacales, en el tramo comprendido entre el camping Sol y Rio y  el Puente los Gigantes ya que dicha obra no se encontraría contemplada dentro del proyecto de empréstito que se gestiona ante el ENHOSA”.

También se demanda el estudio de la ubicación más conveniente de un sistema de aireación en el tramo inferior o desembocadura del río San Antonio y que se gestionen los recursos para su instalación.

En otro artículo se encomienda al ejecutivo “que planifique y ejecute la limpieza preventiva y correctiva de márgenes y remoción de plantas acuáticas, en el marco de la implementación de un plan de contingencia permanente para mitigar los efectos del bloom de algas que se repite sistemáticamente en forma anual”.

Los ediles exigen, además, que se presente al Concejo de Representantes “en el término de 30 días el plan director de corto, mediano y largo plazo con mediciones plausibles de resultados e informar todas las acciones llevadas a cabo de manera bimestral”.

 

Debate intenso

Durante la sesión el punto se discutió largamente. Primero, porque los ediles impulsores de la propuesta pidieron que el tema sea tratado sobre tablas. Esto es, que como se discuta en la misma sesión en el que el proyecto toma estado legislativo.

Gustavo Molina (FC) argumentó a favor de esa moción diciendo que la ciudad había declarado la emergencia ambiental y como tal, debían emprenderse todas las acciones que fueran necesarias para comenzar con el saneamiento del San Roque.

Desde el avilesismo, en tanto, la concejala Carla Livelli –presidenta de la Comisión de Obras Públicas- alegó que el punto debía pasar a comisión porque “tiene errores conceptuales”.

“Hay errores conceptuales que deberíamos debatir. Por ejemplo, cuando se habla de la obra de calle Los Gigantes, ¿cuál es el criterio para que sea en ese lugar y no en otro donde también hay situaciones críticas? Tengo un pedido de vecinos de Colinas, de calle Sacramento y Amazonas, donde solicitan que le hagan de forma urgente la obra de cloacas”, dijo y prometió: “Nos comprometemos a tratarlo en la semana entrante”.

Posteriormente aludió a las expresiones del coordinador de Políticas Públicas Saludables, Emilio Iosa y dijo que, “está claro que no es la primera persona que reconoce que hay cianobacterias en el lago; pero sí es el primer funcionario público que lo hace”.

En este punto vale aclarar que no es así. El primer informe que realizó el biólogo Raúl Montenegro sobre la situación del algo San Roque lo hizo en 1983 siendo subsecretario de Gestión Ambiental del gobierno de la provincia de Córdoba, en manos de Eduardo Cesar Angeloz.

A nivel municipal, en el año 2000 fue Norberto Bossi quien advirtió sobre la presencia de organismos celulares capaces de transmitir enfermedades. Bossi, quien venía con un extenso trabajo siendo integrante de Phuma (Protección Humana del Medio Ambiente), llevó su experiencia de trabajo al área de Coordinación de Medio Ambiente durante el gobierno de Gustavo Dellamaggiore (ver recuadro aparte).

Finalmente, los concejales aprobaron por 7-5 que el punto sea tratado en esa misma sesión. Acompañaron Lenci, Molina, Sequeira, Gispert, Orce, Ruiz y sorpresivamente Cuevas. El avilesismo ‘duro’ quedó solo en su postura de postergar el tratamiento.

Ya en el debate sobre el punto –que la presidenta del Concejo, Alejandra Roldán, por distracción, desconocimiento o no sabemos qué casi se olvida de tratar- el edil Omar Ruiz habló sobre la necesidad de “salir del diagnóstico” y pasar a acciones concretas.

“Me da vergüenza, propia y ajena, que hayamos estado 30 años diagnosticando. Algunas acciones se han hecho. Pero me parece que la situación no da para más para que este tema siga siendo objeto para sacar tajada o ventajas partidarias, de cualquier lado.

Cuando digo que hay que superar la cuestión partidaria, me refiero a que tiene que estar el gobierno, la Coopi, la Cooperativa San Roque, las instituciones de Carlos Paz, la población de Carlos Paz trabajando en el mismo sentido. Si no, esto es realmente desgastante”, afirmó.

Finalmente, el proyecto en sí fue aprobado por unanimidad.

 

Norberto Bossi: “El Estado tiene que hacerse cargo de la salud de los vecinos y turistas que nos visitan”

Norberto Bossi es un histórico militante activo de la causa ambiental. A comienzos de los 80 creó junto a otros vecinos y profesionales la ONG Protección Humana del Medio Ambiente (Phuma). A fines de esa década, y tras conocerse los resultados de lo que se denominó el “informe Montenegro”, salieron a poner carteles en la costa del lago San Roque, advirtiendo de la situación en la que estaba el embalse. Los carteles colocados desaparecieron en dos días.

En esa línea, valoró que el Concejo haya dado el paso de determinar que se pongan carteles en la costa advirtiendo del estado de contaminación del embalse. “Tardaron 30 años en reconocer que hay que poner esos carteles advirtiendo la situación. Pero en buena hora que lo hagan. El Estado tiene que hacerse cargo de la salud de los ciudadanos y turistas que nos visitan”, expresó a VillaNos Radio.

Recordó que a fines de los 80 y principios de los 90, Phuma junto a la Coopi pusieron carteles en la costa del San Roque. “En todo lo que significa saneamiento, la Coopi siempre estuvo presente con Phuma. A pesar de la resistencia de funcionarios actuales que eran miembros de Phuma, estuvimos en marchas contra la mina de uranio. Nos prestaban las camionetas para hacer actividades con los ‘niños exploradores de Phuma’. Hicimos `La semana del agua’ en conjunto. Ya nadie se acuerda de eso”.      

Aclaró que el biólogo Raúl Montenegro hizo dos informes sobre la situación del lago San Roque. El primero fue en el año 1983, siendo subsecretario de Gestión Ambiental del gobierno de Angeloz. “Después de eso, lo rajaron. Lo vamos a decir sin eufemismos”, graficó y añadió: “El informe fue lapidario. Se encontraron más de 500 conexiones clandestinas al lago”.

En 1987 se vuelve a elaborar un informe con el Consejo de Organizaciones Ambientalistas no Gubernamentales: “24 organizaciones vuelven a hacer un estudio sobre el lago, que sería un resumen y actualización del informe anterior. Ese informe se llamó ‘Un lago limpio para todos’. Ese informe también fue lapidario y con información actualizada esto llega a difundirse en casi todo el país a través de la Red Nacional de Entidades Ambientalistas”.

Afirmó que desde Phuma fueron los primeros en darle el nombre de “cianobacterias”, ya en la década del 90.

En 2000 formó parte del gobierno de Gustavo Dellamaggiore, siendo coordinador de Medioambiente. “Hice un informe en el año 2000. Ese año hubo una mortandad de peces en el puente Las Mojarras. Hacía un mes que había ingresado al municipio. No tenía presupuesto ni oficina. Trabajaba en los pasillos, con un bolso. Lo digo no para parecer una especie de héroe, sino para que se tenga dimensión de la malaria del momento. 

Cuando se dio la mortandad de peces, tomamos muestras y se hizo la determinación de que las algas no eran verdeazuladas, sino ceratium. Tienen una especie de ganchito que agarra las branquias de los peces y se mueren. En algunos lugares los llaman algas rojas. Eso lo determinamos en el año 2000”, recordó.

 

Nota correspondiente a la edición n° 468 del semanario La Jornada, del 04 de junio de 2017.

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