Cebrían encaró el debate preguntándole al mandatario cómo hará para gestionar toda la expectativa que generó tras “una etapa de un populismo que hizo destrozos”.
“Muchos me preguntan por qué esta vez la Argentina no va a volver a sorprendernos negativamente. Hay que entender el proceso. No es algo que inventé yo. Los argentinos dijeron basta de engañarnos, de echar la culpa al mundo de lo que pasa, del papel de víctimas, del nacionalismo autocompasivo. La gente dijo ‘tenemos capacidad, talento, desarrollémoslo'”, afirmó.
Una vez más, pidió paciencia y confianza: “no se sale del populismo de un día hacia el otro, este es un proceso de cambio cultural, pero es sano, es un proceso de autopurificación”. “Estamos capitalizando el aprendizaje de todos estos años, se ve cómo fuimos resolviendo los problemas”, sostuvo.
Macri admitió las dificultad que supone gobernar en coalición y en minoría en la dos Cámaras, pero destacó que esto obliga a una “dinámica de diálogo” que está funcionando, inclusive con la oposición. “Esto no significa que todas las dificultades se acabaron, pero encontramos un sistema para resolverlas. Dejando a un lado la intolerancia y discutimos sobre la realidad”, subrayó.
En otro de los momentos del coloquio, a Macri le preguntaron por Donald Trump, a quien dijo haber conocido a raíz de una operación de compra venta de un terreno de su padre en Estados Unidos.
“Es un personaje particular, convencido de sus cosas. Pero hay que darle tiempo, es un hombre con mucho olfato, pragmático, que va a actuar en función de lo que ve que es posible”, señaló.
“Él siente lo que sienten muchos americanos, esto de que soy un país rico y todos me sacan ventaja. Creo que quiere encontrar un lugar nuevo desde el que negociar. Vamos a ver si lo encuentra”, agregó Macri, quien reiteró que hoy en día “hay mucha preocupación sobre el futuro del empleo” y eso es lo que lleva a que haya “muchos miedos y se tomen posiciones extremas” como las de Trump.
“Pero el problema no es la globalización, sino la revolución tecnológica a la que estamos adaptándonos”, marcó.
Por otro lado, también se refirió a la situación de Venezuela y reiteró que el país sigue caminando “hacia el infierno”, todos los días empeora, pero “no se le encuentra una salida”. “Hicimos una enorme tarea suspendiendo a Venezuela del Mercosur, no solo porque no había cumplido sus compromisos sino porque era un mensaje”, señaló.
“Pero de alguna manera hay que lograr un proceso democrático urgente, que garantice que los venezolanos voten y puedan decidir su futuro. Es dramático lo que sucede, allí el que expresa algo distinto va preso”, indicó.
Finalmente se refirió a su relación con el papa Francisco y dijo que en el medio se generará ruido, pero que “realmente se siente bien con él”.
“A veces los argentinos hemos extremado la vocación de pensar que el Papa se iba a ocupar primordialmente de nosotros”, “tiene una agenda que es global, y está intentando de ayudar” en casos como el de Venezuela, arriesgando su rol, su lugar e investidura, y esto tiene un gran valor. No puede más que agradecer lo que hace por la humanidad”, zanjó.
Antes de decir que está “orgulloso” de que ocupe ese lugar, sostuvo que sumando que los argentinos tenemos a Messi, “no se puede pedir más”.
Con su participación en el debate, Macri dejó inaugurado el foro, del que participan numerosos empresarios y funcionarios de ambos gobiernos, entre ellos la canciller Susana Malcorra, el ministro de Fomento, Francisco Cabrera, y del español sus pares, el ministro de Exteriores, Alfonso Dastis, y de Economía, Luis de Guindos, entre otros.