Por Alejandro Eguiguren, Gerente General de La Coopi de Villa Carlos Paz

La humanidad, en su largo peregrinar, ha atravesado por numerosas crisis civilizatorias y en todas ellas ha habido ganadores y perdedores.

En esta en particular, a la pandemia del sistema mercantil internacional se le  suma la pandemia biológica sanitaria del coronavirus junto a los vasos comunicantes que entre ambas conectan y amplifican.

Las dos pandemias encuentran tierra fértil en los cuerpos biológicos y sociales para el desarrollo exponencial de contagios.

Los gobiernos de los estados nacionales muestran a las claras su inmunodepresión.

La destrucción sistemática de los sistemas públicos de salud, de educación, de autonomía monetaria, comercial, industrial y financiera dejan a la intemperie a los perdedores de todas las crisis: los desarrapados del mundo, los asalariados, las pequeñas y medianas empresas y las cooperativas.

El sistema planetario de “CONTROL”, ineficaz para controlar las crisis que genera, desarrolla todo un sistema de captación y cooptación de gobiernos, instituciones y de la conciencias colectiva e individual. El miedo manejado con hipocresía desarrolla mecanismos reaccionarios de control y el aislamiento estimula efectos persecutorios. Por eso es bueno reflexionar al servicio de quién ponen la cuarentena y este aislamiento los “ganadores” de todas las crisis.

Sin duda el nuevo gobierno, con mayores anticuerpos para el neo-liberalismo dominante, desarrolla una batería de medidas y búsquedas para despegarse del “aislamiento” de las necesidades populares que los centros de poder promueven.

Dichas medidas intentan romper con la lógica acumulativa de capital de los sempiternos ganadores, con las escuálidas herramientas heredadas que la destrucción sistemática del estado benefactor dejaran en pie.

Medidas necesaria, pero no suficientes para proteger de esta doble pandemia a cuentapropistas, precarizados, desocupados, asalariados de bajos recursos, ancianos, pequeñas y medianas empresas, pequeños comerciantes y cooperativas.

Las Cooperativas sin duda somos parte del sistema inmunológico de los cuerpos sociales, somos anticuerpos, que ante cualquier agresión tanto externa como interna, ponemos en marcha mecanismos de defensa para el sostenimiento de la vida y la salud de ese cuerpo social del que somos parte.

A la lógica de la delación ciudadana, le oponemos redes de apoyo mutuo. Así, se ha visto a lo largo y ancho del país a Cooperativas fabricando insumos sanitarios, barbijos, alcohol en gel, asistencia alimentaria, etcétera.

En ese sentido La COOPI, Cooperativa Integral de Villa Carlos Paz, lleva entregadas hasta la fecha 350 módulos alimentarios en Carlos Paz, siendo parte de una amplia red de agrupaciones solidarias como la Asociación Vida, VCP Cuarentena Solidaria, centros vecinales y clubes, que también lo están haciendo.

La captura represiva de la cuarentena por parte del gobierno neo-liberal de Carlos Paz persigue estas prácticas solidarias llegando al extremo de denunciarla penalmente.

Sin duda los daños, no sólo en muertes físicas y simbólicas, que dejará esta doble pandemia serán campo propicio para que el “AMOR” en tiempo de coronavirus, ese amor por lo público, por lo solidario, por el “NO NOS SALVAMOS SOLOS SINO ENTRE TODOS” nos encuentre unidos y beligerantes junto a un gobierno nacional que ha empezado a transitar caminos de reconstitución del tejido social.

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