Por Jorgelina Quinteros

“Es jueves 5 de abril, no hay un mango, pero tenemos mucha vocación de comunicar”. Una voz irrumpe en el espacio radiofónico de la 100.7. Así arranca el primer programa de la cuarta temporada de ‘Sin envoltorios’. Minutos antes se habían leído las declaraciones de una comerciante de nuestra ciudad que da cuenta, en un testimonio sobre las personas en situación de calle, de la legitimidad social que avala los mecanismos de exclusión en los que se basa en su totalidad el sistema capitalista.

En septiembre de 2015 tomó el aire de VillaNos Radio un programa denominado ‘Sin envoltorios’. Una propuesta para abordar temáticas vinculadas a la inclusión y la accesibilidad de personas con discapacidad, que se fue ampliando para incorporar una mirada sobre la inclusión en todas las áreas y sectores sociales.

Se gestó como un espacio de construcción colectiva en el que están involucradas distintas organizaciones (Bastones Integrados, Acción poética y la Cooperativa Integral) y profesionales que trabajan desde diferentes áreas la cuestión de los derechos de las personas con discapacidad, entre ellos a la educación, la salud, la sexualidad, el trabajo, la circulación y a una vida digna.

El equipo que lleva adelante este proyecto aporta en cada emisión una cuota de sensibilidad y compromiso frente a la realidad para batallar contra el individualismo organizado. Analía Goyechea, Guadalupe Gil, Roxana Corradi, ‘Puchi’ Rofrano y Edith Manera le ponen voz a las desigualdades y acompañan las alegrías que atraviesan quienes están vulnerados en sus derechos.

La semana pasada iniciaron la cuarta temporada de trabajo ininterrumpido. Todos los jueves a las 19 horas con una repetición los sábados a las 11 de la mañana en VillaNos, la radio de la Coopi. Esta propuesta invita a todos los oyentes a reflexionar sobre el paradigma de la inclusión y hacer compartida la lucha contra el estigma y la discriminación.

Cada emisión se abre el espectro radiofónico a las voces de los protagonistas de luchas contra la desigualdad y la construcción cotidiana de un mundo más justo. “Empezó a fines del 2015 con un grupo que se conocía muy poco y hoy somos un equipo consolidado apuesta a seguir”, manifestó Corradi, que es comunicadora y docente.

La iniciativa surgió a través de Lucía Torres, presidenta de la Fundación UPIS (Unidos por la Inclusión Social) y a partir de ahí se fue incorporando el resto del equipo. Desde un primer momento el objetivo común quedó claro: visibilizar el mundo de la discapacidad en nuestra ciudad.

“Hoy somos una reunión de amigos. Podemos colaborar y ayudar a resolver problemas que son muy grandes y la sociedad no los ve”, agregó Manera y continuó Corradi: “Apuntamos a poner en palabras las problemáticas que atraviesa el colectivo de personas con discapacidad y, además, incorporar la inclusión en todas las áreas sociales”. La decisión de seguir una temporada más surge desde el compromiso asumido de ser “un lugar de referencia para todos los excluidos”.

Ante una coyuntura política, social y económica que profundiza las inequidades, la respuesta desde este programa es habilitar espacios para reconstruir las redes de solidaridad que permitan fortalecer el tejido social de una comunidad. “Se empezaron a plantear situaciones de discriminación e invisibilización de sectores sociales que están potenciadas por un contexto que ayuda a que esto esté pasando. Por eso, venimos recargadas de problemáticas, porque no hay voces que defiendan desde el Estado a estos grupos vulnerados”, explicó Corradi.

“Hay una cantidad de derechos que han sido cercenados”, definió Analia Goyechea, profesora especializada en discapacitados visuales y miembro del grupo Bastones Integrados. Por lo tanto, “es sumamente importante porque nos permite poner en palabras una gran necesidad que es hablar sobre la discapacidad y las oportunidades o no que existen en nuestra ciudad”, enfatizó.

 

Hablemos de discapacidad en los medios

La ‘Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad’ expresa claramente en su artículo 9 que para que, “las personas con discapacidad puedan vivir en forma independiente y participar plenamente en todos los aspectos de la vida” el Estado deberá adoptar medidas para asegurar su acceso “al entorno físico, el transporte, la información y las comunicaciones”. Esto implica la eliminación de obstáculos y barreras que limiten la accesibilidad.

Fue aprobada el 13 de diciembre de 2006 en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York y se convirtió en el primer instrumento amplio de derechos humanos del siglo XXI que determina un cambio paradigmático de las actitudes y enfoques respecto de las personas con discapacidad. Es un documento con jerarquía constitucional en nuestro país básico para el trabajo que lleva adelante ‘Sin envoltorios’. Sin embargo, es frecuentemente olvidado por los diversos niveles del Estado encargados de su aplicación efectiva.

“Intentamos en cada programa dar a conocer los derechos enumerados en la Convención que fue gestada por personas con discapacidad. Pretendemos visibilizar el derecho y las dificultades para el ejercicio de esos derechos en nuestra ciudad. Falta mucho por hacer, pero hay muchos avances: ahora podemos hablar de discapacidad”, expresó Goyechea.

Tres años más tarde fue sancionada y promulgada la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual Nº 26.522. Allí se recuperan estos principios establecidos por la Convención, a partir del plan de acción determinado por la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información. Así queda expresado en el apartado sobre diversidad e identidad cultural, lingüística y contenido local, como un aspecto central, “favorecer la capacidad local de creación y comercialización de (…) contenido destinado a diferentes segmentos de la población, incluidos los analfabetos, las personas con discapacidades y los colectivos desfavorecidos o vulnerables”.

Esto deriva en uno de los objetivos de la ley que es garantizar el “acceso a la información y a los contenidos de las personas con discapacidad”. Si hoy nos ponemos rápidamente a repasar los programas de radio y televisión con mayor audiencia, se puede asegurar sin hacer un estudio exhaustivo que es ínfima, para no decir nula, la presencia de personas con discapacidad en los medios. También, es exigua la cantidad de espacios que tratan problemáticas asociadas a la discapacidad y generan contenidos destinados a este grupo social como sujeto de derechos.

Por estas razones, el programa es una gota en el mar multiplicándose y haciendo lazos con otras que aportan y nutren el espacio. “Es magia, entrás en un mundo distinto. Mi vida empieza en ‘Sin envoltorios’ porque ha hecho que los demás conozcan lo que es realmente la discapacidad. Siento que nadie le da lugar a los discapacitados. Hay que seguir luchando para ser respetados, hoy y hace mucho tiempo no lo somos”, manifestó Rofrano, que tiene una discapacidad visual y participa en el programa desde sus comienzos.

En estas cuatro temporadas se fueron contactando con otros proyectos que también tratan la temática. ‘Somos lo que hacemos’ es un programa que desde 2008 apunta a cambiar la mirada social hacia la discapacidad y está conducido por la Licenciada Karina Vimonte en radio Wox de Rosario. Juan Manuel Forbes es un joven con parálisis cerebral que generó un espacio comunicacional llamado ‘Aire tarde’ e integra los ‘Radiómanos’, un grupo de 30 personas de entre 18 y 45 años que desarrolla tres producciones radiofónicas transmitidas por internet en el marco del proyecto ‘Radiarte’.

A su vez, el programa de televisión ‘Puentes de esperanza’ que se emite los sábados por América TV aborda experiencias de inclusión. ‘Desde la vida’ es otra propuesta de la Televisión Pública que apunta a generar conciencia sobre la importancia de respetar la diversidad y promover la aceptación para la integración plena de personas con discapacidad.

Estas son iniciativas que buscan abrirse camino en un panorama mediático desalentador en lo que respecta al cumplimiento de la Ley 26.522, en cuanto a la incorporación de personas con discapacidad a los medios de comunicación y el desarrollo de contenidos locales y regionales específicos y accesibles para este colectivo.

 

Afuera del estudio

Fue un proceso natural el que derivó en que el grupo que lleva adelante ‘Sin envoltorios’ decidiera trascender las paredes del estudio de radio para intervenir en el territorio. La comunicación para poder incidir e implementarse como una herramienta de transformación tiene que estar decididamente en la calle.

¿Qué implica hablar de inclusión en un contexto que busca ocultar lo diferente? ¿Qué significa mostrar la otredad y la diversidad de una ciudad que condena y expulsa a quien no se ve representado en una idea de ciudadano apolítico, consumista y exitista? Mientras cada programa se debaten y explicitan dinámicas sociales de exclusión e inclusión que muchas veces naturalizamos o justificamos, del otro lado de las paredes de VillaNos Radio, la ciudad y el Estado siguen latiendo al pulso de la rutinaria indiferencia.

Afuera del estudio, el Concejo de Representantes continúa siendo inaccesible, las rampas de la avenida Cárcano no desembocan en ninguna vereda, muchas están obstruidas y a éstas se suman decenas en toda la ciudad que no cumplen los requisitos legales en cuanto a su ancho y pendiente. A nivel nacional, el presidente Mauricio Macri se pone las medias diferentes para conmemorar el Día Mundial del Síndrome de Down y, por otro lado, avanzó en dar de baja 170 mil pensiones por discapacidad hasta que fue frenado por un fallo judicial.

En cada esquina, se presentan barreras que limitan el pleno ejercicio de derechos y nos echan en cara las injusticias que, muchas veces, el común de la ciudadanía decide ignorar. “Hay que entender que la discapacidad es una responsabilidad social, no es únicamente del Estado”, indicó Goyechea. ‘Sin envoltorios’ viene a “desenmascarar estereotipos e hipocresías”, tal cual lo definió la profesora Gil.

Por eso, el programa ha apuntado constantemente a buscar ese contacto con organizaciones y otras realidades que se materializó a través de una actividad de radio abierta organizada para conmemorar el Día Internacional de la Mujer Trabajadora y se hace todos los años desde marzo de 2016. Desde este espacio se fueron forjando lazos con otros grupos que ponen en agenda las problemáticas que atraviesan a Carlos Paz, pero permanecen ocultas: la cuestión de género, discapacidad, medio ambiente, represión y abuso policial.

“Cuando hablamos de inclusión uno no puede estar indiferente a eso y no hacer nada”, sentenció Gil que tiene clara la palabra que define al programa: ‘compromiso’. La decisión, advirtió, fue “incorporar a este espacio a la gente que, en nuestra ciudad, no se la deja que exprese su voz y abrir los micrófonos para que pudieran hacerlo”.

“En el Carlos Paz de una sola campana, donde se muestra únicamente su lado cosmopolita y turístico, hay personas con discapacidad que no se pueden subir a un colectivo, ni siquiera bajarse en la terminal o acceder al Concejo de Representantes. El objetivo es poder mostrar y acercar las voces que son silenciadas y ninguneadas”, concluyó.

 

Un micrófono, muchas voces

Cuando el micrófono se abre en el éter irrumpe poderosa la palabra pública. El uso del lenguaje implica muchas veces mecanismos de distanciamiento, discriminación, ocultamiento y separación. La invitación desde ‘Sin envoltorios’ es a revalorizar la palabra como un instrumento para empezar a acercar historias, incluir personas y compartir realidades.

La construcción simbólica del mundo que se ejerce desde los medios de comunicación es un elemento indispensable para intervenir en la disputa de sentidos sobre la lógica de inclusión/exclusión que somete a determinados sectores sociales a la vulneración de los derechos más elementales para la humanidad. Este aspecto se transparenta en el tratamiento que el programa hace de los hechos, asumiendo como medio el rol de deconstruir y poner en agenda las cuestiones que desde el discurso hegemónico se pretenden tapar para no incomodar al poder.

El lenguaje apreciado en su función performativa que establece una conexión entre el decir y el hacer permite reflexionar sobre el modelo de país y la idea de ciudad que se cimenta desde el programa. “Una elabora un discurso en base a la coherencia de su pensamiento y su accionar. Nosotras estamos comprometidas como grupo en defender los derechos humanos y en este espacio apuntamos a un proyecto de una Argentina con justicia social, igualdad e inclusión”, reflexionó Gil. Goyechea, por su parte, se anima a instar que los carlospacenses empecemos a reconocernos como ciudadanos en el ejercicio de nuestros derechos.

En ese marco, el trabajo colectivo y horizontal es un desafío y una apuesta diaria, una herramienta esencial de resistencia ante un modelo de país que apunta a la concentración del poder y la riqueza basado en el ‘sálvese quien pueda’. “Para los sistemas neoliberales las personas que tienen otras formas y que no rinden de acuerdo a lo que el sistema requiere son expulsados y considerados un gasto. Esa concepción lo que hace es quitar derechos, justamente porque las personas terminan siendo un obstáculo para un rendimiento económico”, explicó Goyechea.

En Carlos Paz, la ciudad de las rampas que si existen no llevan a ningún lado y donde los locutores de radio discriminan y violentan desde su machismo recalcitrante y orgulloso;  el encuentro y el hacer con otros es el motor esencial que impulsa a no claudicar nunca ante la desesperanza. “Estamos infinitamente agradecidos al espacio que da VillaNos Radio desde la Cooperativa Integral que es absolutamente gratuito, donde podemos poner la voz en temas que no se van a escuchar en otro medio”, finalizó Corradi.

Los integrantes de ‘Sin envoltorios’ fueron testigos del repliego de la ciudadanía en los ’90 y, a partir de esa experiencia, han comprendido que la alternativa de lucha siempre es plural y solidaria. “Si lo que podemos hacer ya no es macro, porque las construcciones colectivas también están siendo bastardeadas y apedreadas, laburemos en lo micro que es nuestra ciudad, las escuelas, los ámbitos de contacto con el vecino y este espacio”, argumentó.

El trabajo en equipo es la base para consolidar un espacio atravesado por múltiples miradas, abrir el juego y trasladar esa dinámica a la sociedad para que el punto de vista del otro “no sea el que tengo que anular sino, por el contrario, el que hace que mi mirada se enriquezca totalmente”, interpretó Gil. A su vez, Goyechea, valoró la posibilidad de aprender del conocimiento de otros de manera “horizontal, colaborativa y cooperativa”, que la hace sentir orgullosa del trabajo en y del equipo.

Consolidar el paradigma de la inclusión en torno a la discapacidad va a demandar un proceso de aprendizaje cultural de años donde todos somos actores intervinientes con diversos niveles de responsabilidad social. La propuesta de ‘Sin envoltorios’ es un semillero de activismo político en ese sentido.

Guadalupe Gil condensó en una frase esta idea fuerza que dio nacimiento a ‘Sin envoltorios’ de la comunicación como un ámbito de militancia e intervención, instando a que vos que estás al otro lado de la página pases del discurso a la acción: “Este es el momento para que podamos realmente reflexionar y darnos cuenta de que muchas veces tenemos el discurso neoliberal hecho carne y piel, mientras estamos reproduciendo esas mismas lógicas. Este es el momento para no repetir historias y hacernos cargo cada uno desde el lugar que nos corresponde. No nos podemos quedar de brazos cruzados, porque hay gente que lo está pasando muy mal”.

 

Nota correspondiente a la edición n° 509 del semanario La Jornada, del 09 de abril de 2018.

1 COMMENT

  1. Chicos Gracias por esta nota. Gracias a Jorgelina por su laburo impecable como siempre y a Alejandro Gomez ,director de La Jornada, por darle este espacioen este medio tan importante para la comunicacion de nuestra ciudad , a un programa que hacemos con mas maña que fuerza pero que nos interpela y nos saca lo mejor para multiplicarlo en el aire de Carlos PAz. Gracias!!!!

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here