Hartos de la inacción municipal, vecinos decidieron salir a las calles para reclamar por los ómnibus de gran porte

Con la llegada de la temporada de turismo estudiantil, el problema de los ómnibus de gran porte se reinstala cada año en Villa Carlos Paz.

Si bien hay una ordenanza municipal que prohíbe la circulación de estos colectivos por la ciudad, y se habilitó un playón de estacionamiento en los terrenos del tercer Cuerpo del Ejército, la problemática está lejos de resolverse.

colectivos en costa azul surEl lunes pasado por la noche, y ante la inacción y la falta de respuestas de las autoridades municipales, vecinos autoconvocados resolvieron tomar cartas en el asunto de manera directa.

El grupo se reunió en la esquina de Galileo y Rosario, de barrio Costa Azul Sur, uno de los lugares más castigados por el tránsito de los enormes colectivos.

Contaminación ambiental y sonora, calles rotas, y deterioro en la salud física y sicológica de los habitantes, motivaron esta novedosa intervención.

Los vecinos detenían a los colectivos, hablaban con los choferes, y les pedían que circulen por la avenida San Martín, y no por las calles del barrio.

“Nos autoconvocamos con la necesidad de que se haga eco el gobierno municipal de nuestros múltiples reclamos. No somos escuchados y necesitamos poder respirar”, resumió Liliana Picatto, presidenta del centro vecinal Costa Azul Sur. La movilización contó con la presencia de vecinos de otros barrios, como La Cuesta, Sol y Río y El Canal.

“Gente que teníamos necesidades y derecho a autoconvocarnos para defender nuestro hábitat.

Estamos desbordados, sicológicamente muy impactados”, admitió Picatto a Radio Cyber, y apuntó contra los funcionarios municipales: “no responden a nuestros pedidos, no aportan soluciones y cambian el sentido de las ordenanzas y de las leyes provinciales y nacionales”.

“Han invadido nuestra ciudad. Han entregado todos nuestros derechos a esta gente”, señaló sobre los enormes colectivos.

“A nivel centro vecinal me han llegado certificados médicos de gente cuya salud está afectada, y fueron entregados a las autoridades del municipio. Dentro de sus oficinas los funcionarios nos dicen que tenemos razón, pero nosotros no queremos tener razón, queremos tener derechos, y que se nos respete nuestra integridad física”, expresó.

En esta línea, sostuvo que “todos nos prometen soluciones”.

“(El intendente) Avilés desde 2013 dice todo lo que queremos escuchar, pero lejos lo cumplió. Es el fiel reflejo de crónicas no cumplidas. Sufrimos mucho destrato, y la gente se siente humillada”, reflexionó.

La dirigente barrial reiteró que los vecinos, “no estamos en contra de nadie”, pero se mostró firme en el reclamo: “Vamos a seguir acompañando a todos los que están sufriendo este problema”.

“Este gobierno no da respuestas. Nada se cumple. Todo es maquillaje”, acusó, y recordó que inspectores de tránsito admitieron que les habían ordenado no hacer cumplir la ordenanza.

 

Canchas de fútbol

Otro de los problemas del barrio tiene que ver con un complejo de canchas de fútbol 5.

“Dos canchas fueron habilitadas por el gobierno de Felpeto, cuando Avilés era concejal. Después de mucha pelea se logró que funcionaran hasta las 21:30. Ya en el gobierno de Avilés se permitieron (incumpliendo otra ordenanza) dos canchas más y se le extendió el horario hasta las 23:30 pero de hecho se cierran a las 0. Funcionan de lunes a lunes no permitiendo a los vecinos el descanso ni siquiera de un día semanal. Estamos impactados todos el día, todos los días”, finalizó.

 

Denuncian que colectivos estudiantiles impidieron la rápida llegada de una ambulancia para atender una emergencia en Costa Azul

Liliana Picatto, vecina del barrio Costa Azul Sur, denunció públicamente que el jueves por la madrugada, el intenso tránsito sobre calle Rosario impidió que una ambulancia llegara rápidamente a su vivienda para atender una emergencia.

La mujer se comunicó con Radio Cyber y explicó que un familiar se descompuso alrededor de las 5,30 de la mañana, lo que motivó que de inmediato llamaran a un servicio de emergencias.

La ambulancia logró llegar hasta el otro lado  de su casa, pero no podía avanzar por la cola de los micros estudiantiles que, a esa hora, van y vienen por el barrio llevando los contingentes.

El caso no pasó a mayores porque el familiar logró recuperarse, pero el hecho alerta de manera cruda sobre los efectos nocivos que provoca la permisividad de las autoridades municipales para hacer cumplir las ordenanzas y ordenar el tránsito.

 

Nota correspondiente a la edición n° 394 del semanario La Jornada, del 22 de noviembre de 2015.

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