Gabriel Ludueña: “Ahora queremos salir campeones de Punilla”

Por Hernán Ibar

El pasado fin de semana se llevó a cabo la final en la Liga Departamental de Punilla donde San Lorenzo obtuvo el subcampeonato tras su flamante vuelta al certamen regional.

En la localidad de Cosquín cayó 4-2 ante 25 de Mayo, demostrando estar a la altura ante los mejores del campeonato.

La Hilacha, protagonista en cada partido, se formó para esta vuelta con un plantel mezclado entre experimentados y jóvenes, que le dieron al azulgrana carlospacense varias alegrías en su 50° aniversario.

Su capitán, Gabriel Ludueña, se ha convertido en uno de los referentes del plantel local, que con su voz de mando es el encargado de acomodar el equipo cada vez que lo necesita.

Una historia que comenzó a los 13 años, cuando junto a Gastón, su amigo de la infancia, eran llevados por su mamá, en esos primeros partidos como futbolista.

Luego pegó el salto a barrio La Cuesta y en Atlético Carlos Paz continuó su formación desde la Sexta hasta Primera División.

De a poco, Ludueña ya comenzaba a mostrar su ímpetu dentro del campo de juego, que lo llevaba a ser observado por todos.

Continuando con su gran amor, el fútbol, no se privó de nada, y también tuvo su paso por Independiente y Sportivo Rivadavia, obteniendo siempre buenos resultados.

Con el “Sala” se encargó de disputar dos Federal “C”, uno de ellos llegando hasta cuartos de final, en una edición histórica para el conjunto de Villa Carlos Paz.

Un jugador con todas las características de barrio, y vaya si sabrá de sacrificio, dentro y fuera del campo de juego.

Hoy, a los 37 años, se encarga de un taxi, laburante como pocos, pero además pensando en cuando cortará el turno, para poner la mente en el próximo partido, las concentraciones y el vestuario que tanto le gusta al capitán.

Sin embargo, esta historia no la hubiese podido contar sin el apoyo de su familia, esa que tanto hizo en su arranque como futbolista, para aguantar esos viajes, los colectivos, o los primeros botines.

Acompañado por su mujer, Dana, y sus hijas, Julieta, Brisa y Agostina, la familia Ludueña ya tiene su gran ídolo.

En fin, Gabriel Ludueña es otra historia del deporte de Villa Carlos Paz, demostrando que con sacrificio todo se puede, y además siendo querido por todos en el ambiente espera por un futuro alentador soñando con levantar otra copa próximamente.

 

– ¿Qué conclusiones sacaron luego de conseguir el subcampeonato en la Liga de Punilla?

– Al principio cuando perdimos nos sentimos todos muy mal, pero con la cabeza fría ahora uno piensa y decir que arrancamos en marzo después de 25 años que no entrabamos en la Liga, y en tres meses llegar a una final, la verdad que el año viene siendo muy positivo. Nadie daba dos pesos por este equipo y llegamos a la final.

 

– ¿Cómo se vivió la vuelta a Punilla?

– Fue algo muy lindo, justo cuando San Lorenzo cumplió cincuenta años, fue un año bárbaro, empezando en Malagueño con una final perdida, que también es un campeonato muy competitivo, y ahora entrar a Punilla en el aniversario, una fiesta hermosa que hubo más de trecientos invitados, presentación de camiseta, la verdad que fue todo muy lindo, y así esperamos que sea la segunda parte del calendario.

 

– ¿Con qué torneo se encontraron?

– Algunos equipos los conocíamos, yo también sabía que estaban otros por haber jugado en la liga, este año entraron muchos equipos del comercial así como nosotros que nos costó un poco, pero ya después empezar a ver los equipos como Bialet o los de zona norte te hacen saber que tenés que estar bien para ganarles.

 

– ¿Qué expectativas se plantean para la segunda parte del año?

– Trataremos de repetir lo hecho y esta vez ganarlo, nos quedamos con mucha bronca, sabíamos que podíamos pero no jugamos bien. El equipo contrario no era más que nosotros pero hizo mejor las cosas, por eso queremos revancha. Ahora queremos salir campeones de Punilla.

 

– ¿Te acordás cómo fue que arrancaste a jugar al fútbol?

– Sí, empecé a los 13 años en el Jockey, que ahora no existe más… todo fue gracias a la madre de un amigo, Gastón Requena, ella me fue a buscar y me llevaba al club en el cual estuve un año, y después la misma madre nos lleva a Atlético Carlos Paz. Ahí jugué sexta, quinta y cuarta, reserva, primera, alterné un tiempo, porque me iba y volvía, pero ese fue el arranque que tuve en este deporte.

 

– ¿Y el debut en Primera tardó mucho en llegar?

– Mi debut en primera fue con el “Polaco”, en cancha de Villa Siburu, jugando de tres, tenía 17 años. Ese partido guardó unos titulares, como Nervo, López, grandes jugadores que había, para jugar una liguilla, y nos puso ese partido que primero jugamos en reserva y después llegó el debut oficial. Fue durísimo.

 

– ¿En lo personal te genera algo especial tantos años llevando la cinta de capitán?

– Es algo lindo, una confianza extra que te da el técnico, los compañeros, pero en el plantel actual de San Lorenzo hay varios jugadores que pueden usar la cinta tranquilamente.

 

– ¿Qué análisis hacés con respecto a los clubes de barrio?

– La verdad que cuesta mucho, por ahí no hay lugar para entrenar, nosotros a veces contamos con la cancha del Jockey y somos como cinco equipos que no tenemos espacio, después Rivadavia tiene su cancha, pero nosotros, Sportivo Brasil, San Lucas, Pittys, no tenemos donde entrenar, buscamos alternativas, pero es una lástima, así cuesta el doble y se hace todo más complicado.

 

– ¿Cómo se viven las previas a los partidos?

– Los martes entrenamos en el Jockey, y jueves y viernes hacemos lo propio en el Polideportivo por la noche. Los sábados cada uno sabe que se tiene que cuidar para el domingo. Ahora en la final tuvimos la chance de concentrar y fue algo muy lindo para todo el grupo, lástima que no se pudo redondear, pero fue muy bueno lo que se hizo.

 

– ¿Te queda algún sueño pendiente por cumplir?

– Sí, actualmente quiero salir campeón en Punilla, yo viví buenas y malas, como todos, pero me queda ese gustito de ganar la Liga y sé que se va a poder dar.

 

– ¿Qué fue lo mejor que te dio este deporte?

– Las amistades, me gusta mucho viajar a jugar a otro lado, el vestuario es muy lindo, pero sobre todo destaco las amistades.

 

– Importante el apoyo de la familia…

– Tal cual, yo vengo de una familia muy humilde, siempre nos costó desde chico, como conté gracias a la mamá de un amigo que nos bancaba los viajes podíamos jugar por muchos lugares, que en ese entonces nos costaba muchísimo.

 

– ¿Quién es Gabriel Ludueña?

– Afuera de la cancha un laburador, padre de familia, tranquilo, y vive el día a día, mientras que adentro de la cancha uno más, dejando todo por el equipo y los compañeros.

 

Nota correspondiente a la edición n° 473 del semanario La Jornada, del 09 de julio de 2017.

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