El Fondo Monetario Internacional (FMI) bajó la perspectiva de crecimiento para América Latina y, en el caso de Argentina, lo atribuyó a necesidad de ajustes.
El informe Perspectivas de la Economía Mundial de julio de 2018, en base a datos recabados hasta abril pasado, expuso una baja de 0,4%, en el crecimiento regional, para pasar de 2% a 1,6%.
El organismo multilateral apuntó al impacto de “la constricción de las condiciones financieras y el ajuste necesario de las políticas” sobre la Argentina. Mientras que en Brasil destacó “los persistentes efectos de las huelgas y la incertidumbre política; y en México hizo hincapié en “las tensiones comerciales y la prolongada incertidumbre que rodea la renegociación del TLCAN y el programa de políticas del nuevo gobierno”.
El Gobierno que encabeza Mauricio Macri se comprometió a llevar adelante un plan de ajuste, bajo el monitoreo del Fondo, después de recurrir a un préstamo Stand By por US$ 50.000 millones, de los que se acreditaron US$ 15.000 millones en las arcas del Banco Central de la República Argentina (BCRA), en medio de la crisis cambiaria que se desató en mayo.
La entidad que conduce Christine Lagarde mantuvo la proyección de crecimiento para la economía global, pese a alertar sobre los riesgos de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, en torno al 3,9%.
