Fernando Eberhardt: “Con una medalla olímpica o mundialista cerraría una hermosa carrera deportiva”

Por Francisco “Pancho” Ciarez

Fernando Eberhartd (1)Luego del furor de los Juegos Panamericanos en Toronto (Canadá), el éxtasis y la algarabía por los buenos resultados, repasados hasta el hartazgo en los medios de comunicación, tuvo el orgullo argentino de la sociedad en boca de todos.

Semanas después este entusiasmo se fue apagando y en la misma ciudad se realizaron los Juegos Parapanamericanos, quizás no tan difundidos como los anteriores pero no por haber sido más o menos exitosos, sino por el conocimiento público y el hermetismo de la gente (también de los medios) que todavía no tiene incorporado o le falta incorporar a los deportes adaptados en su reconocimiento.

A pesar de todo esto la delegación argentina viajó con las ilusiones de representar del mismo modo a su país sabiendo que el furor en los medios y las redes sociales hablarían demasiado poco, salvo si se obtiene alguna medalla y se pueda llenar un espacio en blanco en algún diario.

El miércoles pasado, el estadio Kempes reunió a los cordobeses que participaron en los últimos Juegos Parapanamericanos de Toronto (7 al 15 de agosto). Allí, fueron agasajados por la Agencia Córdoba Deportes. En la 5° edición de los Juegos Parapanamericanos, el medallero general dejó a la Argentina con el séptimo puesto obteniendo 67 preseas, de las cuales 8 fueron aportadas por cordobeses. Uno de los trece cordobeses que participaron es Fernando Eberhardt. El tenismesista vino con dos medallas en su valija, una de bronce conseguida de manera “Individual” y otra de plata en su participación por “Equipos”.

El deportista radicado en San Antonio regresó a su ciudad, aquella que le abrió sus puertas hace aproximadamente una década, y ya instalado en su casa dialogó con La Jornada.

Fernando Eberhardt cuenta su historia de vida. Cómo comenzó en el tenis de mesa adaptado, las experiencias con cuatro Panamericanos (dos de todos los deportes conjuntos y dos de la especialidad) y un Paralímpico. Fernando ya piensa en diciembre donde estará expectante a lo que pase en el ranking mundial que hasta ahora lo tiene como el último confirmado para afrontar en la Clase 1 los Juegos de Río 2016.

 

– ¿Cuál es el balance que realizás de estos Juegos Parapanamericanos?

– Estoy bastante contento, bastante satisfecho. El balance es positivo, tuve medalla bronce en “Single” (Individual) y plata en “Equipos” junto a mi compañero Carlos Duarte de Buenos Aires. Por ahí me hubiese gustado llegar la final en “Single” porque tenía pensado buscar la plaza directa a Río 2016 y solamente era para el campeón. Me veía con bastante chances ya que venía jugando muy bien, sobretodo en la gira de mayo donde le pude ganar al 4 y 8 del mundo, jugando partidos muy buenos.

No arranqué bien en el Parapanamericano, después tuve que remontar, pasar la zona, en semifinal me crucé al rival más complicado, el brasileño Aloisio Lima, me sacó él, jugó mejor que yo y eso lo demostró en la final que ganó cómodamente y se llevó el oro.

 

– ¿Fue tu segunda experiencia en estos Juegos?

– Fue mi segundo Parapanamericano. Fui a la edición anterior del 2011 en Guadalajara. La verdad que la estadía estuvo fantástica. Toronto me deslumbró como ciudad, la Villa Panamericana también estuvo fantástica. Lo que me pareció mejor en Guadalajara es que los estadios estaban más llenos, se sentía un poco más el calor de la gente.

La verdad es que han hecho las cosas muy bien y cada año que se progresa, se avanza muchísimo en el deporte paralímpico.

 

– A pesar de no haber nacido acá sos un cordobés más, ¿cómo llegaste a San Antonio?

– Mis padres vinieron a San Antonio en el 96´. Me acuerdo que venía y había muy pocas casas, ahora está muy grande y muy crecido.

Nací y viví hasta los 20 años en Santa Fe, hasta que sufrí un accidente automovilístico. Después de ahí, desde el 99´ estoy viviendo en San Antonio.

 

– ¿Cuándo empezaste a practicar el tenis de mesa?

Fernando Eberhardt (4)– Fue hace 8 años. En el 98´comence a jugar tenis de mesa gracias a un amigo de Villa Carlos Paz, Orlando Netto, que practicaba en ese momento en la Municipalidad de Córdoba. Yo era muy amigo de él y me invitó a ver un juego.

Un día empecé a practicar, entrenar, me fue muy bien. Rápidamente en mi primer torneo salí tercero. Ahí me vio el técnico de la selección argentina de Buenos Aires y me convocó enseguida para formar parte de la selección nacional. Me dijo de tratar un poco más en serio la práctica del tenis de mesa y no tomarlo como algo recreativo, que era lo que en principio yo quería hacer. Pasar a un deporte de alto rendimiento exige muchísimas más cosas como los entrenamientos diarios, mantenerte bien físicamente, el cuidado de las comidas y gente que te ayuda en este camino como por ejemplo el psicólogo deportivo. Es otra historia más compleja.

Cuando vi que podía andar y me di cuenta que enseguida avanzaba, lo tomé “full time” al tenis de mesa. Hoy puedo decir que vivo de este deporte. Estoy muy agradecido a mi amigo que me invitó a participar y de todas las cosas que pasaron para llegar a este presente.

 

– ¿Cuántas horas le dedicas por día al entrenamiento?

– Entreno en la Municipalidad de San Antonio cuatro veces por semana. Lunes, martes, jueves y viernes. Tres horas. En mi casa una vez por semana entreno saques solamente, ya que es muy importante esto en el juego. Estoy prácticamente cinco días de la semana entrenando y una semana por mes viajó a Buenos Aires al Cenard, estoy toda la semana donde entrenamos un poco más fuerte, ya que tres de los cinco días hacemos doble turno.

Por mes tenemos una o dos competencias organizada por FATEMA (Federación Argentina de Tenis de Mesa Adaptado).

 

– Conociendo tu caso. ¿se ha acercado gente a practicar este deporte?

– Tuve varios casos de chicos que se han comunicado conmigo gracias a las redes sociales y las notas periodísticas, que querían practicar este deporte. Muchos han empezado pero son pocos los que siguen. Hay que decir que el alto rendimiento te exige muchas cosas, el chico viene y no quiere entrenar todos los días; después va a Buenos Aires juega un torneo, pierde rápido, se frustra y no quiere ir más.

El tenis de mesa es un deporte individual y está muy polarizado en Buenos Aires. Ahora lo que estamos por hacer acá en Córdoba junto a Guillermo Bustamante es armar una fundación para captar chicos que empiecen a entrenar y formar una federación para jugar torneos en Córdoba. Va a llevar su tiempo y la idea es formar chicos acá en la provincia. Me acuerdo cuando comencé en esto viajamos a Buenos Aires 10 chicos con distintas discapacidades para entrenar, ahora solamente yo quedó.

La idea es empezar con Guillermo, que el chico se enganche y empiece a entrenar, que si lo quiera hacer de forma recreativa lo haga y si lo quiere hacer de manera competitiva entrene y se prepare para competir.

 

– ¿Te sentiste alguna vez excluido socialmente?

– No. La verdad es que nunca me sentí discriminado y sobretodo lo veo en la juventud. La mente de los jóvenes es muy abierta, ven como una persona prácticamente ‘normal’ a quien está en silla de ruedas o tiene otro tipo de discapacidad. En Argentina se mejoró mucho este aspecto, quizás las mentalidades de antes era de reservar a sus hijos que tenían discapacidad pero creo que esto ha cambiado.

Lo que sí creo es que hace falta mucho trabajo arquitectónico, de infraestructura, para que al discapacitado se le haga más simple la vida. Si quiere subirse a un edificio que tenga la rampa necesaria o ningún escalón para que pueda subir. En Carlos Paz he luchado muchas veces para que el transporte público sea adaptado, lamentablemente no lo es, por ahí ponen un colectivo por empresa y tenés que esperar tres horas para que venga el colectivo que esté adaptado para subirte.

Cuando vas a ciudades del primer mundo, ahí es cuando ves la diferencia. Todos los colectivos adaptados, los trenes adaptados, todas las esquinas con rampas para que se pueda subir sin problemas. Creo que en eso estamos alejados, pero se va a ir mejorando.

 

– ¿Qué competencias te quedan hasta fin de año?

– El objetivo más importante cuando me puse la meta de este año es clasificar a los Juegos Paralímpicos de Río 2016. Ahora por no haber salido campeón Panamericano, lo que me queda es terminar a fin de año dentro de los 11 mejores en el ranking mundial. No es fácil, es bastante complicado. Justo en la clase mía, la “Clase 1”, es la que menos competidores van a Río, clasifican solamente 12 deportistas; una plaza es por invitación especial. Tengo que terminar entre los 11 rankeados. Actualmente estoy 11º, estoy al límite, perdí un puesto en el Panamericano. Dependerá de lo que pasa en octubre con el Torneo Europeo, si vemos que no nos pasa nadie, la idea es no hacer más torneos porque al participar te arriesgas a perder puntos. Así como podes ganar también podes perder. Si vemos que me pasa uno y estoy 12, tengo que buscar un puesto o puntos en noviembre tenemos la “Copa Tango”, que es un torneo internacional que se hace en Buenos Aires todos los años. Después ya pedimos Chile en el Enard que se hace la semana posterior y si es necesario Costa Rica en diciembre.

Eso lo vamos a ir manejando con el correr del tiempo y la cantidad de puntos que necesite. Sé que voy a tener que sufrir hasta diciembre para clasificar pero tengo mucha fe de estar en el próximo Juego Olímpico que es lo máximo que puede aspirar un deportista amateur. Londres me demostró que haber ido es algo magnífico, por eso quiero estar el próximo año representando al país.

 

– ¿Te queda alguna meta por cumplir personal y deportivamente?

– Por suerte la mayoría de las metas en mi vida las fui logrando. Hace pocos años una de las cosas más importante era poder independizarme, terminé mi casa y puedo vivir solo que eso para mí significa un montón y es muy importante.

En lo deportivo, una medalla en los Juegos Paralímpicos o un Mundial. Siempre dije ´el día que pueda lograr eso, me retiro´. De hecho hace 8 años que practico y son muchos viajes a Buenos Aires, llega un tiempo que cansa mucho, es muy saturador. No estás con tu familia. Lo hago todos los meses. La mayoría de las veces lo hago en colectivo y son 11 horas de viaje. Es desgastante, pero creo que tengo las condiciones para poder lograrlo.

Por ejemplo, le gané a un inglés que fue medallista en Londres y estuvo 3º del mundo. Si le puedo ganar a este jugador medallista es porque puedo llegar a esa meta, no es que se hace inalcanzable.

Conseguir eso en el deporte coronaría y concluiría una etapa hermosa en mi vida.

 

Nota correspondiente a la edición n° 382 del semanario La Jornada, del 30 de agosto de 2015.

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