El candidato a defensor del Pueblo por el Movimiento Solidario, Mario Sansone, se refirió a los comicios del domingo pasado y llamó a la clase política a reflexionar sobre la escasa participación para encontrar respuestas que permitan recuperar el compromiso cívico.
En cuanto al resultado (su lista sacó 3252 votos -17,81%- para ubicarse en tercer lugar detrás de Daniel Mowszet y Alejandro Luchessi), reconoció que no se cumplió con el objetivo aunque valoró la convivencia entre los distintos espacios que formaron la alianza. Opinó, en este sentido, que fue “un buen comienzo para derrotar una histórica e inexplicable intolerancia partidaria”.
Además, advirtió sobre “los insultos, agresiones y descalificaciones pregonados desde el poder”, y pidió “a quienes ganaron y a quienes perdimos” que “no nos olvidemos de la gente”.
El documento firmado por Sansone expresa textualmente: “Pasó la campaña electoral.
Pasaron los tiempos de los aparatos, el uso del poder, y el poder de los recursos.
Pasó la elección.
Y algunos con justa razón, se preguntan. ¿Qué elección? ¿Hubo una elección?
No cabe ninguna duda que todos debemos reflexionar acerca de la falta de participación y compromiso.
¿Cómo recuperamos el compromiso cívico?
¿Qué debemos hacer para reencontrarnos y entre todos, proteger el sistema republicano y el valor de la división de poderes?
Espero que rápidamente encontremos las respuestas.
Sin embargo, parece que hay quienes atrapados por la metodología de la confrontación, el agravio y la descalificación, embriagados de poder, como un bólido al que la velocidad a la que está lanzado no le permite frenar, impunemente se llevan todo por delante, y nada les importa.
Los insultos, agresiones, descalificaciones, pregonados desde el poder… en definitiva la mentira, no se pueden sostener todo el tiempo.
Simplemente porque el poder algún día se termina, tiene fecha de vencimiento.
Ni el poder ni la mentira se pueden sostener todo el tiempo.
La verdad transita todo el tiempo a cara descubierta, mientras que la mentira, en algún momento inexorablemente, debe ocultarse de los lugares que solía frecuentar.
Comprendo el entusiasmo y hasta la pasión que genera la política partidaria. Pero de manera alguna el agravio, la descalificación artera y mucho menos la mentira.
Como candidato he encabezado la propuesta de una alianza multipartidaria donde me he sentido escuchado, respetado y protegido por todos. Lamento no haber podido cumplir con el objetivo de un proyecto que se lo merecía.
Quiero agradecer al Frente Cívico, al Partido Justicialista, al GEN y a Participación y Cambio.
Quiero agradecer por la experiencia vivida, muy particularmente por el respeto y la convivencia mantenida entre todos los actores.
Experiencia que me permitió tomar contacto cara a cara con la realidad, la cual es mucho más dura y reveladora de lo que nos imaginamos.
Y además por haber sido parte de una nueva manera de hacer política. La de buscar y mantener coincidencias que hacen al bien común. Experiencia que ha sido muy gratificante y esperanzadora.
Y a quienes con análisis anacrónicos quieren reavivar los fantasmas de las divisiones, les digo que si pudiera retroceder en el tiempo, ya con el diario del lunes bajo el brazo, haría lo mismo.
Un buen comienzo, seguramente pequeño pero prometedor y significativo.
Un buen comienzo para derrotar una histórica e inexplicable intolerancia partidaria. Intolerancia que tanto le aporta a la apatía y descreimiento del ciudadano común.
Y que si nada hacemos para vencerla, inexorablemente seguirán triunfando quienes pretenden perpetuarse en el poder.
La elección no ha solucionado nada, en realidad ninguna elección por si sola soluciona nada.
Quiero pedirle al gobierno y a la oposición, a quienes ganaron y a quienes perdimos, en definitiva a todos, que no nos olvidemos de los grandes problemas que tenemos y de lo más importante: no nos olvidemos de la gente”.
Nota correspondiente a la edición n° 472 del semanario La Jornada, del 02 de julio de 2017.
