¿Campaña contra el dengue?

Por Valeria Flesia

Durante el mes de septiembre del corriente año fue lanzada por parte de la secretaría de Salud Pública que depende de la municipalidad de Villa Carlos Paz la campaña de lucha contra el mosquito transmisor de los virus del dengue, chikungunya y zika.

La campaña en sí, según lo que se conoció a través de gacetillas de prensa, constaba de una parte dedicada a la información “en escuelas primarias” y una instancia de descacharreo en la cual se informaba de la instalación de contenedores en distintos puntos de la ciudad para que los propios vecinos se deshicieran de aquellos objetos en desuso que tuvieran en sus patios.

De acuerdo a esta premisa, los objetos en desuso podían ser de la índole más variada,  sin embargo, se apelaba a los oficios de los centros vecinales para informar. Llegados a este punto, no queda claro si la información de los centros vecinales quedaba fijada en la instalación de los contenedores o eran los  mismos integrantes de la entidad vecinal quienes debían informar a los vecinos sobre el tema sanitario específico a saber: razones para evitar los depósitos de agua, hábitos y costumbres del transmisor, tipo de mosquitos y picaduras,  síntomas de la enfermedad, cuidados en el hogar,  lugares adónde prestar especial cuidado, etc, es decir, toda la información que debe contener una campaña de prevención.

La misma palabra “descacharreo” genera dudas dado que no es un término de uso habitual y muchas personas desconocen a qué objeto se le aplica el nombre de “cacharro”. La cuestión se vuelve aún más oscura cuando dentro del “descacharreo” se incluye cualquier objeto pequeño que pueda servir como contenedor de agua de poca profundidad que permanezca limpia  y también otros artículos no tan pequeños y con una forma muy alejada del “cacharro”, como por ejemplo, gomas de autos en desuso que, por su particular conformación, pueden ser hogar del mosquito, cómodo, calentito y resguardado.

¿Todas estas especificaciones sanitarias debían ser dadas a los vecinos por los integrantes del centro vecinal? Algunos integrantes de los centros vecinales de Villa Carlos Paz dijeron que sí y otros, que sólo informarían los lugares para ubicar los contenedores porque de lo otro no tienen ni idea.

Otro aporte a la cuestión es que algunos vecinalistas pidieron material gráfico de algún tipo para poder cumplir de mejor manera con esta tarea dada la enorme extensión y población de su barrio. Sin embargo, la secretaría de Salud de Villa Carlos Paz indicó que no contaban con ningún tipo de folleto explicativo o material gráfico que se pudiera exhibir en ningún lado “por falta de presupuesto” y que sólo iban a pegar un cartelito en el contenedor como todo soporte de “campaña”.

Así las cosas se dio a conocer el calendario de colocación de los contenedores ofrecidos por la empresa Cotreco para servir de receptáculos de a dos o tres barrios por vez porque no hay tantos y deben ser mudados de un sector a otro. Este procedimiento de elegir el lugar donde deben ser colocados los contenedores fue supervisado por la doctora Sofía Cagnone de la secretaría de Salud y también por la Coordinación de Centros Vecinales, dato informado por los propios integrantes de los CV quienes agregaron que, para coordinar la cuestión, se abrió un grupo de WhatsApp.

 

Si ves un mosquito, tirame un WhatsApp

Es de público conocimiento que el barrio Colinas es una ciudad dentro de la ciudad. Se trata de uno de los conglomerados de vecinos más ecléctico que cuenta en su especial topografía con calles de tierra, recovecos que suben y bajan, fondos de los hogares a la sierra misma y cursos de agua que lo circundan.

Las características sociales del barrio son, asimismo, de conocimiento general: es el hábitat de muchas familias trabajadoras con cantidad de niños, los terrenos son pequeños dando lugar a gran cantidad de hogares por cuadra y existe, también, una cuota de marginalidad reconocida.

El tratamiento del tema sanitario debería, entonces, considerarse una de las prioridades explicitadas dentro de la competencia funcional del secretario de Salud de la ciudad cuando dice: “Implementar Programas de Salud focalizados en grupos poblacionales de extrema pobreza, exclusión y alto riesgo”. El alto riesgo mencionado podría correrse de la extrema pobreza y la exclusión y quedar sólo centrado en la cantidad de población y sus múltiplesvariables: bebés, niños, madres, ancianos, jóvenes, en hogares de todas las escalas sociales, con o sin trabajo  entre tanto más, mereciendo una atención especial por parte de esta cartera.

Consultada Sandra Figueroa, presidenta del centro vecinal de Colinas acerca de la campaña del dengue llevada adelante en su barrio, indicó: “A nosotros se nos pidió que indicáramos la cantidad de contenedores y los lugares dónde se ubicarían desde la Coordinación de Centros Vecinales. Nosotros pedimos cinco y pasamos la ubicación. Pero vinieron tres y los ubicaron adónde les pareció. Cuando pregunté a través del grupo de WhatsApp me contestaron que “siempre habían hablado de tres”. Cuando solicitamos algún material, un papelito, un volante, algo para llegar a la cantidad de gente que vive aquí me dijeron que no tenían presupuesto y que, en todo caso, pegaban un folleto en el contenedor”.

El Centro Vecinal explicó que, previo a la llegada de los contenedores, lo que hicieron fue relevar algunos espacios del barrio teniendo en cuenta los datos que recibieron por parte de la coordinación y que provenían de la Secretaría de Salud.

cubiertas-en-el-arroyo-las-catitasEntre esos datos se explicitó un grave problema relacionado con el arroyo Las Catitas que cruza por el barrio y discurre por una de sus fronteras. Una vecina de la zona indicó: “A este sector vienen todas las gomerías de la ciudad y tiran sus desechos, en la orilla del agua y dentro del agua. Es un cementerio de gomas viejas amontonadas. Cuando nos dijeron de la campaña y de que esas gomas eran criadero nosotros les dijimos que había que sacarlas, que ayudábamos. Además, hay una cantidad de basura al borde del arroyo y adentro, de todo tipo. Ahí debe ser criadero no sólo de mosquitos, y se pueden fijar, enfrente está el merendero Solecitos Naranja”.

Consultado el centro vecinal sobre este particular dado que parece que la secretaría de Salud hizo cargo a estas instituciones de llevar adelante una campaña con escasísima preparación y sin ningún soporte material indicaron: “Nosotros visitamos ese espacio y visualizamos el riesgo sanitario que significaba. Fuimos con los mismos vecinos y sacamos fotos para que, ya que nadie iba a venir, pudieran ver de qué estábamos hablando. Tuvimos dos respuestas: por un lado nos dijeron que las fotos de las gomas eran trucadas y que ese grupo de WhatsApp no era lugar para mandar fotos. Por otro, sobre la basura dentro del arroyo, nos dijeron que no les correspondía limpiarlo. Entonces nos dimos cuenta de que no tienen la menor idea de la realidad de este barrio y tampoco les interesa el riesgo sanitario para la gente, ni de acá ni de ningún lado”.

 

Pican, pican los mosquitos

Resulta casi gracioso si no fuera trágico tener que indicar que los mosquitos tienen alas y vuelan con lo que, un mosquito infectado en las gomas y demás “cacharros” que abundan entre los desperdicios visibles  del arroyo Las Catitas puede salir de Colinas y picar a un vecino de barrio La Cuesta, Santa Rita, el centro y seguir volando hasta donde pueda los kilómetros que sean picando gente.  De la misma manera, un mosquito infectado en cualquiera de estos barrios puede fundar su hogar y su familia en este cómodo espacio que se deja librado al azar en barrio Colinas.

Tampoco se le puede pedir al mosquito que distinga los límites del ejido porque aún no ha desarrollado tal habilidad, muy por el contrario, se alimenta de la sangre caliente que se le presente de este o del otro lado de tal frontera.

Asimismo, los mosquitos no discriminan gomas, cacharros o cualquier otro recipiente que esté dentro del patio de un vecino de aquellos que están desparramados en un espacio público: saldrán del tarrito que el vecino tiró en el contenedor y se irán a vivir muy cómodamente en una goma del arroyo Las Catitas a pocos metros.

La respuesta de los funcionarios en plena “campaña de descacharreo” indicando que “a esta altura no se puede modificar nada porque ya está todo organizado y, en todo caso, se puede organizar algo cuándo termine la campaña” resulta, por lo menos, irresponsable  teniendo en cuenta que la finalidad de la acción es la prevención del nacimiento de estos zancudos y se les deja para su regodeo un sitio de agua corriente, limpia, de un arroyo, con gomas y otros recipientes de desecho sobre el agua con la justa dosis de líquido para una vida sana y correcto desarrollo.

Da para pensar que, en vez de proteger a los vecinos, se está protegiendo a los mosquitos.

Más allá de toda ironía, la razón de una campaña de prevención que involucre a la salud es conseguir que toda la población comprenda el mensaje y cambie los hábitos necesarios para evitar aquello que pueda ponerla en riesgo.

Es primordial, entonces, la transmisión de los mensajes de manera clara y concreta, haciendo  hincapié en los procesos y las consecuencias de no adoptar las propuestas ofrecidas. Específicamente en el caso de las enfermedades de dengue, chikungunia y zika, la campaña debe instar a la eliminación de los criaderos de mosquitos Aedes Aegypti que es el vector de estas enfermedades, por lo que, si los vecinos están señalando un espacio público con acumulación de potenciales criaderos,  el Estado debe eliminarlos de inmediato porque si no lo hace está  desconociendo su propia campaña de prevención, atentando contra la salud de toda la población de Villa Carlos Paz y cualquier visitante que llegue de manera ocasional.

La ciudad espera, entonces, por una verdadera campaña de prevención que atienda a los posibles criaderos de insectos diseminados por espacios privados y públicos dando el ejemplo de contención en aquellos lugares de mayor vulnerabilidad tal como indica la Carta Orgánica, los derechos humanos y los deberes de cada funcionario público.

 

Nota correspondiente a la edición n° 437 del semanario La Jornada, del 09 de octubre de 2016.

1 COMMENT

  1. Campaña contra el dengue o justificación de sueldo y trabajo, que se puede esperar de personas que no tienen la menor idea de acciones en salud publica , el asesoramiento que debería provenir de especialistas en el tema tampoco existe, se delega en instituciones sin haberlas formado para ello, vergüenza les debería dar proponer cosas tan poco serias, y si ven un mosquito pongan la foto en Instagram ademas de comunicarse por Whatsapp, por favor, la erradicación del vector era tarea de años de concientizacion, no todos los fin de año salir corriendo a eliminar posibles contenedores, de tantas campañas de descacharreo que ya hubo no debe haber mas cacharros en carlos paz, son muy poco serios.

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