Las imágenes ocurridas ayer en adyacencias del Congreso de la Nación confirmaron que las fuerzas de seguridad dependientes del Gobierno nacional utilizaron gases lacrimógenos y balas de goma para reprimir a manifestantes.
Las agresiones, que incluyeron a diputados nacionales opositores y trabajadores de la prensa, no pasaron desapercibidos para la delegación argentina de la organización Amnistía Internacional (AI).
En su lucha por el reconocimiento de los Derechos Humanos sellados en la declaración misma de 1948, además de Pactos y Tratados internacionales, el movimiento expresó ayer su repudio a la represión, reiterando que el Estado “debe respetar los estándares internacionales sobre el uso de la fuerza”.
A su vez, desde el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), también se advirtió sobre la desmesura de las respuestas oficiales, como así también de los riesgos para la salud que pueden tener las balas de goma.
