Alfredo Alí: “Es el mejor momento de Bolívar”

Por Hernán Ibar

El último miércoles Sportivo Bolívar cumplió 72 años de historia, y justamente Alfredo Alí, histórico personaje de la institución carlospacense, hace un repaso de lo que viene siendo este 2018 para los de barrio Villa Domínguez.

Disfrutando de este presente, el “Turco” se emociona al recordar aquellos comienzos, desde los 4 años cuando cruzaba la calle para ver cómo jugaban al fútbol, sin saber qué tiempo más tarde, se iba a convertir en la figura principal que hoy tiene Sportivo Bolívar…

Un hombre que pasó todos los caminos en su “segunda casa”… primero como jugador y luego como dirigente, vio como nadie el crecimiento que tuvo Bolívar, el nacimiento del estadio, que hace varios años lleva su nombre, algo que le da “vergüenza” cuando entra al “Alfredo Alí”.

El legado está buenas manos… Alfredo Alí se encargó de dejar un mensaje, un estilo, y un club con buena gente, que llevaron a que Bolívar triunfe deportivamente y socialmente.

“Bolívar es una gran familia”, dice el “Turco” entre líneas, sabiendo que el objetivo se cumplió…

Y vaya si él lo cumplió. Hoy, disfruta de ver a sus nietos en el club que formó, algo emocionante para el ídolo que tiene la familia Alí…

En fin, Alfredo Alí es otro de los personajes que tiene el deporte de Villa Carlos Paz, que más allá de su trabajo incondicional para su segundo amor, Bolívar, es respetado y querido por toda la ciudad…

 

– Pasó otro aniversario de Bolívar, ¿cómo vivís el presente de la institución?

– Indiscutiblemente es el mejor momento de Bolívar. Yo que pasé por todos los momentos del club, te aseguro que este es el mejor momento lejos de todos los que ha pasado la institución, no solamente por el cumpleaños, sino que también por los éxitos que esta comisión directiva ha logrado, deportivos y de otro carácter, pero la alegría grande la tengo cuando entro a la cancha y veo el club lleno de chicos, inclusive teniendo a dos niños también en silla de ruedas, es algo que me pone contento, feliz, porque no deja de ser un club de barrio.

 

– ¿Era muy difícil pensar el crecimiento que se ha tenido en los últimos años?

– Por lógica, yo vengo de la época que había dos dirigentes, nada más, y se reunían en la estación de servicio, así fuimos dando tumbos, hasta que en la presidencia de Marconi cambiamos esos lotes por los que había donado Callejón, y ahí arrancó de otra manera, con dirigentes que quieren al club, por eso se fue siempre para adelante. Sin embargo lo que han hecho estos muchachos es maravilloso, con la comisión que armó Gabriel Acosta es algo increíble, yo te aseguro que si agarrás cien clubes del interior somos uno de los que más se adelantó en estos años, teniendo ayuda por parte del municipio y el sector privado que también dice presente.

 

– ¿Cómo fue tu llegada a Bolívar?

– Yo nací acá en la casa de Güemes y Azopardo, a los cuatro años ya me empezaba a llevar una señora vecina a ver el fútbol que estaba a una cuadra y desde ahí es un amor incondicional con esto. Cuando Bolívar perdía lloraba, y realmente el amor que le tengo a esta institución va desde cebollita a jugar en Primera, después en la Comisión, siempre trabajando en Bolívar… Aunque no figure en nada, saben que estoy. Acá se necesita gente que quiera al club, como la gente que tenemos, es una familia, gente buena.

 

– ¿Pudiste cumplir todos tus sueños en el club?

– Sí, desde cebollita llegando a Primera, luego cuando me fui a la colimba, a la vuelta ya jugaba en Primera, no era dúctil, sino que más bien rustico (risas), y me acuerdo que con esa Reserva pudimos salir campeones.

 

– ¿Qué sensación te da al ver a tus hijos o nietos pasar por Bolívar?

– Esa es la felicidad total, mis hijos ya están grandes, no es el orgullo que hayan jugado acá sino que se hayan criado en el club. Acá es un club de barrio, el mayor éxito es formar a los niños y jóvenes para que sean buenas personas, después si juegan mal, bien o regular es otra cosa, pero hay que tener en cuenta los valores. Y con mis nietos es algo de locos, esto que vivo ahora no tiene precio. Vivimos una época muy mala, el club estuvo a punto de perderse, casi acéfalo, gracias a Dios hoy el presente es otro, yo viendo a mis nietos jugar al básquet es una retribución que me dio la vida.

 

– ¿Cómo ves el hecho que el estadio lleve tu nombre?

– Yo le dije a los muchachos que me da vergüenza, orgullo también, es algo único … para colmo uno nunca se lo imaginó, y lo poco que hizo para el club no lo hizo para eso, pero bueno te digo la verdad en esta etapa de mi vida estoy tranquilo, con este grupo de dirigentes el club está pasando un gran momento.

 

– ¿Es muy grande la familia de Bolívar?

– En este momento la cantidad de gente que viene acá es impresionante, que colaboran, tanto hombres como mujeres, cuando hay una fiesta, locro o empanadas… Esto sigue siendo así, todo a pecho, no es fácil, pero la gente que viene acá es impresionante, Bolívar es una familia.

 

– ¿Qué lugar ocupa el club en la vida de Alfredo Alí?

– Te voy a decir la verdad, tuve dos amores en mi vida, mi mujer y el club, así de simple. Yo gracias a mi mujer pude seguir en el club, tuve esa suerte que me acompañó y pude llevar a Bolívar en mi vida, por ahí en algunos casos se te pone la mujer en contra y olvídate, a mí me entendió, por eso ella fue mi primer amor, y el segundo es Bolívar, no tengo otro, con eso te digo todo.

 

Nota correspondiente a la edición n° 514 del semanario La Jornada, del 14 de mayo de 2018.

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