#Agua ¿Un salto al vacío?

Por Alejandro Gómez

Concejo - apertura de sesiones 2016-2017 - Foto Tórtolo Imágenes (5)“La verdad, no se entiende”. Esa es la frase que cruza a todo el entramado político local en referencia a las últimas dos decisiones tomadas por el intendente Esteban Avilés.

La primera tiene que ver con romper el acuerdo que mantenía con Walter Gispert y el Frente Cívico, que se materializó en la reciente elección de las nuevas autoridades del Concejo de Representantes. La otra, el anuncio de que le iba a quitar la concesión del servicio de agua a la Cooperativa Integral. Entre ambas apenas pasaron un par de días.

Y las consecuencias ya se empiezan a ver.

Avilés se presenta como un intendente moderno (le encantan las selfies y las fotos con las estrellas del mundo del espectáculo), cercano a los vecinos, que escucha, pluralista, buscador de consensos, respetuoso de la división de poderes y de quienes piensan diferente… Todas características que confluyen en el slogan ‘gestión comunitaria’.

Pero la verdad es que es solo eso, apenas una frase marketinera. Avilés es todo lo contrario (salvo la parte de las selfies, eso es así), y el discurso se hace insostenible.

Gispert lo anticipó apenas el intendente ordenó a sus ediles que lo desplazaran de la presidencia del cuerpo legislativo para poner en su lugar a Alejandra Roldán: “La decisión es concentrar el poder”.

Lo dijo el viernes y tres días después, con la suma del poder municipal, Avilés se lanzó por la Coopi.

Sin vueltas. Lo anticipamos en estas páginas en la edición de la semana pasada. La Coopi es una vieja deuda, personal y familiar, que sólo se salda con su destrucción.

Adornó el anuncio del agua con un supuesto ‘consenso’ y en la interpretación (suya) del ‘sentir ampliamente mayoritario de los vecinos’.

Ningún consenso. Hecho el anuncio y sacando al grupo de ‘aplaudidores’ rentados se encontró con una fuerte resistencia. No solo la esperable por parte de la Coopi y sus más de 50 años de trayectoria, si no de sectores que, en teoría, forman parte del mismo espacio y comparten la toma de decisiones.

Sin mediar ni una sola reunión con la Coopi en sus casi cinco años de gobierno decide, de un momento al otro, intentar quitarle el agua.

Y lo planteamos en esos términos porque la cuestión está lejos de resolverse con la comodidad que esperaba.

El primer cachetazo se lo dio Gispert, al día siguiente. La postura del Frente Cívico de pedir que retire el proyecto y que abra una mesa de diálogo tiró por tierra cualquier eventual aprobación del proyecto en el Concejo, ya que sin esos votos no llega a los dos tercios necesarios. En este escenario, y lejos de pasar al ostracismo como fantaseaba Avilés, Gispert se encuentra ante la posibilidad única e inesperada de ser protagonista de un proceso que busque articular las distintas voces (cada vez más) que se alzan disconformes con la gestión de gobierno.

Luego se sucedieron las reacciones que lo dejaron expuesto como un líder autoritario y personalista.

Hasta la flamante titular del Concejo reconoció que no participó del armado del proyecto.

El padre Mario Bernabey, párroco de la Iglesia Nuestra Señora del Carmen, apuntó a la falta de diálogo, y advirtió que, “el encerramiento de los dirigentes ha generado totalitarismo”. Avilés, molesto con Bernabey por algunas opiniones que no le gustan, ni siquiera participó de las recientes fiestas patronales. Su manera de ‘hacer sentir’ quien manda.

Elexintendente Eduardo Conde, quien lo respaldó en las elecciones de 2011 y 2015, lo castigó con dureza. No sólo opinó que municipalizar el agua es “totalmente desacertado”, si no que puso en duda cómo pasará a la historia. “Muchas fotos, muchas fotos pero por la ciudad no hace nada”, criticó.

Desde el PJ y la UCR también salieron a rechazar el proyecto.

La CGT Punilla asumió un rol protagónico en defensa de los trabajadores, y eso asustó a más de uno por la dimensión que está tomando el rechazo.

El último golpe se lo dio Omar Ruiz, el viernes. El edil de la CC-ARI reconoció haber “acompañado la estrategia de Avilés respecto a la presidencia del Concejo”, pero en cuanto a la municipalización del agua, admitió que se enteró “unos días antes del anuncio” y que realizó una serie de advertencias “que no fueron tenidas en cuenta”. Además, sostuvo que tiene “opinión propia”, y pidió, también, un espacio de diálogo. Chan.

Hablamos de Ruiz que no es, precisamente, el dirigente político que tiene más empatía con la Coopi.

El concejal del PRO, Marcelo Cuevas, también se despegó en parte. Y así, hoy, Avilés apenas mantiene (sin hilar demasiado fino porque hay muchas dudas en algunos) apenas cinco votos en el Concejo.

Está claro que la opción de retirar el proyecto es casi impensada, ya que significaría una tremenda derrota política.

¿Pero hasta dónde llegará para cumplir su objetivo? Si se cae la opción legislativa, ¿irá por un referéndum? Nadie sabe la respuesta.

Enceguecido por ver cómo continúa su carrera política en 2019, apuesta a salir fortalecido de este conflicto como carta de presentación para ingresar formalmente al PRO. O a algún otro espacio que le garantice un lugar para seguir trabajando de político.

Así las cosas las opciones son dos: o es un genio y tiene una carta bajo la manga para erigirse victorioso, o leyó todo mal y saltó al vacío sin red, arriesgando no sólo el capital político que logró acumular en estos años, sino la construcción de la alianza Carlos Paz Unido que, a esta altura, de unida no tiene nada.

 

Nota correspondiente a la edición n° 428 del semanario La Jornada, del 07 de agosto de 2016.

1 COMMENT

  1. Aparte de mentiroso e incapaz,quiere ir por mas…no le podemos permitir que avasalle una institucion de tantos años por un capricho, total,los platos los pagamos nosotros despues…..de Ultima que si quiere cambiar cosas en la Coopi,les haga contrato nuevo y ponga alli las nuevas condiciones,pero no puede jugar con la gente….esta mal este pibe

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here