Por Alejandro Gómez
Hay gestos que renuevan la esperanza. El jueves de la semana pasada, por la noche, compramos algunas cosas en la verdulería ubicada en Alvear casi esquina Mozart.
Al día siguiente, cuando notamos que la billetera (con todos los documentos) no aparecía por ningún lado, volvimos al local con la esperanza de que estuviera allí, en caso de que la hubiéramos dejado olvidada.
Nos atendió el propietario, Horacio Staffa, quien de inmediato nos la devolvió.
Contó que notó que la dejamos cuando nos fuimos, y que si no íbamos a buscarla, pensaba ir a la dirección que figura en el documento.
“Está todo”, aclaró. Ni hacía falta.
Charlando, reflexionó: “es mi deber y obligación devolverle su billetera olvidada en mi negocio”.
Un gesto enorme, tan despojado de egoísmo y cualquier tipo de actitud ventajera de las que encontramos a diario, que creemos merece ser rescatado.
Muchas gracias Horacio, por su honradez y su bondad.
Nota correspondiente a la edición n° 449 del semanario La Jornada, del 22 de enero de 2017.
