Adicciones y nuevos abordajes

Por Valeria Flesia

Juan Carlos Mansilla (subsecretario de Prevencion de Adicciones de la provincia) y Roberto Cabrera (Pro-Joven)El pasado viernes se llevó a cabo en Villa Carlos Paz la sexta Jornada en Salud Mental y Adicciones dirigida al Valle de Punilla organizada por el Centro Terapéutico Integral Pro Joven y cuyo tema general fue “Paradigmas actuales en la Intervención”.

Con la presencia de destacados investigadores  y titulares de las instituciones públicas más renombradas a nivel provincial y de alcance nacional, el evento presentó “aquello sobre lo que se está trabajando, cómo se está abordando la problemática en general a equipos de salud, equipos de intervención, docentes y público en general.”

Roberto Cabrera, director de Pro-Joven esbozó un panorama de la problemática en la ciudad: “Carlos Paz tiene dos caras, noche y día pero también es una hasta diciembre y luego cambia radicalmente con la llegada del verano, la temporada que no sólo la ciudad se prepara para recibir al turismo, viene gente de afuera a instalar comercios y los narcotraficantes también vienen, más allá del consumo y el tráfico que hay acá, los narcotraficantes se preparan desde hace meses para desembarcar. Ellos saben qué fiestas va a haber, en qué fiesta se puede vender qué sustancia, en qué rango se puede vender, hay  una cuestión de permisividad que, más allá de lo que realiza el municipio, debe alcanzar a otras áreas”.

Otra de las aristas del tema es el perfil de consumidores que puede construirse en la ciudad: “El consumo se entiende que va creciendo por la cantidad de personas que hay, el circuito de jóvenes que ingresa a los 13, 14 años ahora van a cumplir 15 o 16 y una nueva camada está ingresando.  El circuito siempre se cierra a los 21 o 22 años cuando el joven asimila esa información clara que va recibiendo, hay una modificación. Lo que sí se ve, de acuerdo a las charlas que hemos tenido de los especialistas y el trabajo en Carlos Paz, es el primer contacto que antes llegaba más tarde y hoy se instala desde los 13 años con el contacto con la marihuana, el tabaco o el alcohol que son las estrellas del consumo y es el momento en que hay que trabajar más firmemente”.

Consultado sobre cuál es ese “trabajo” al que se refiere,  Cabrera indicó: “El problema es un problema social así que no podemos hablar de erradicar sino de contrarrestar, de subir el nivel del primer contacto y para eso las personas deben tener un nivel de información mucho más claro para que decida mucho mejor”.

Con respecto al trabajo que se realiza con los jóvenes en Villa Carlos Paz, las escuelas son un punto de inflexión en cuanto a que la gran mayoría de la población juvenil en las edades de ingreso al consumo está transitando esos espacios.

Roberto Cabrera - Pro JovenCabrera estableció una distinción en cuanto a las posibilidades de prevención e información que viene desde el reconocimiento de las nuevas aristas de la problemática: “En las escuelas públicas se trabaja muchísimo mejor porque tiene la particularidad de hablar del tema, de hacerse cargo de que el problema del consumo está dentro de la escuela y que tienen que hacer algo. Las escuelas privadas, no todas por supuesto, tratan de resolver el problema internamente por lo cual es una decisión nada más, se traslada al docente y, hemos escuchado a los especialistas de la provincia decir que los docentes están muy capacitados para dar clases de su materia, reciben capacitación sobre estos temas y podrían hacer algo pero no tienen el espacio ni el tiempo para hacerlo. La escuela no lo incluye como una temática con el rango de otras”.

“Tratar de incluirlo sería algo bueno, abrirse a la sociedad, permitir que instituciones que trabajan en esto desde hace tiempo y han experimentado con distintas formas de abordaje tengan ingreso a dar charlas, talleres, orientación. Hay muchos docentes de escuelas privadas de Carlos Paz que están interesados en hacer algo y la Dirección del colegio no lo está permitiendo. Luchar contra la Dirección se vuelve más complicado”, destacó.

Educación y abordaje de problemáticas sociales se encuentran en un punto de inflexión, apuntó: “Vemos, entonces, que tenemos un sistema educativo del siglo XIX, docentes del siglo XX y alumnos del siglo XXI, hemos quedado totalmente desfasados. Nos ha pasado cuando vamos a dar algún taller en una escuela que nos encontramos con docentes que esperan un mensaje tipo ‘La droga te mata’ y hoy en día eso a los chicos les provoca risa porque eso no pasa en su vida, al contrario, te dicen: ‘Estoy en sexto año, tengo auto, tengo novia, tengo familia, estoy bárbaro y me drogo’. Porque la dinámica del abordaje ha cambiado muchísimo, el discurso está apoyado en otro lado, no desde el ataque o el miedo a los jóvenes. El mensaje ya no puede ser ‘no te drogues porque te va a hacer mal’, los jóvenes están comprobando que no es así, es otro el abordaje, es de tipo social, es mucho más amplio, con otra información que deja de lado lo físico y se apoya en las consecuencias sociales que son, en realidad, las que afectan primeramente esa vida. Y yo confío plenamente en que un joven con toda la información necesaria puede tomar buenas decisiones, en eso se basa la prevención”.

 

Una nueva adicción: las nuevas tecnologías

El programa ofrecido por la jornada fue extenso y de mucha profundidad alcanzando problemáticas como criminalidad y drogas, drogas en el ámbito universitario, incidencias del alcohol.

Entre ellas, una de las novedosas ponencias presentadas por la 6º Jornada en Salud Mental y Adicciones realizada en la ciudad fue la conducida por el licenciado Raúl Ángel Gómez, responsable del postgrado en Drogodependencia de la Facultad de Psicología de la UNC.

Raúl Ángel GómezGómez relató la experiencia de un grupo de investigadores en torno a las que denominaron “nuevas adicciones: Facebook y las tecnologías de información y comunicación”.

Este trabajo, aún en desarrollo, comenzó ya hace unos años, con la irrupción en el mundo cotidiano de las nuevas tecnologías y se propuso considerar el fenómeno de su uso como una adicción comportamental.

Este tipo de adicción sin sustancias puede relacionarse con la ludopatía en cuanto a adicción fenomenológica.

Gómez describió los comportamientos comunes a toda adicción que pudieron comprobarse con respecto a la tecnología: compulsión a su uso, síndrome de abstinencia, fallos de manera sistemática en intentos de controlar esa conducta compulsiva. “Los estudios realizados en amplios grupos de personas relacionados con tecnologías de información y comunicación permitieron definir este constructo llamado tecnodependencia  como los adictos a la tecnología con uso de computadoras, tablets, celulares en interfaz, es decir, se homogeneizan las habilidades para acceder a todos estos instrumentos mientras las redes sociales ordenan la interacción”.

En su evaluación de la tecnodependencia en nuestro medio, los especialistas encontraron esquemas cognitivos asociados a la tecnodependencia y pudieron crear un modelo de creencias adictivas que proporciona distintas escalas, entre ellas, una escala de uso abusivo de Facebook.

Las problemáticas derivadas de la adicción a las tecnologías, según explicó Gómez, “sin considerar a las tecnologías como nocivas en sí mismas sino como un fenómeno comportamental derivado de su uso”, es propia de esta época.

Las relaciones interpersonales se ven particularmente afectadas y se destacan problemas derivados del uso del tiempo, “no hay tiempo para otra cosa que no sea estar ‘en red’, quitándoselo a otras actividades”, derivados de la imposibilidad de cesar que ocasiona hasta malestares físicos, derivado de una ordenación de la vida a través de las redes.

Un ejemplo de la tecnodependencia es el denominado F.O.M.O., “miedo a quedarse afuera de algo que pase en las redes mientras estoy fuera de ellas y, como la vida pasa por las redes, es como estar al margen de la vida”.

El fenómeno se encuentra en estudio, está afectando profundamente las conductas sociales y, según indican los especialistas, “los resultados de las estadísticas en cuanto al abuso de las tecnologías es sorprendente, no es como muchos creemos”.

En opinión de los investigadores, el análisis de la tecnodependencia con la construcción de su patrón patológico ayudará a conocer mejor las condiciones sociales y humanas del consumo de sustancias.

 

Nota correspondiente a la edición n° 394 del semanario La Jornada, del 22 de noviembre de 2015.

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